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Mujeres y libres

La actriz mallorquina Rossy de Palma y Lou Doillon, en la adaptación cinematográfica de ´Gigolá´.

Hay novelas que sólo podrían haberse escrito en Francia. Repasando la historia universal de los personajes femeninos, tanto La garçonne como Gigolá merecen formar parte de ese elenco de mujeres libres, dueñas de su propio destino -y, sobre todo, de su propia sexualidad- que tan brillantes y visionarias páginas han proporcionado a miles de lectores brutalmente aburridos y propensos a escandalizarse. Si Madame Bovary inauguró el realismo con su potencia descriptiva de un mundo que se venía abajo, biempensante y falso, estas dos novelas, protagonizadas por jóvenes impulsivas de pelo corto y volcánicas ganas de vivir, constituyen a su manera sendos hitos en la reivindicación literaria de un tipo de mujer incómodo, criticado y a menudo maltratado por las artes creativas.

Francia, años 20 del siglo XX. La Gran Guerra y sus secuelas apenas han alcanzado a la aristocracia y la alta burguesía industrial, que han hecho importantes negocios con el gobierno. Monique Lerbier, nacida con el siglo, es la hija única de un matrimonio de pega: su padre vive dedicado a sus negocios y su madre a la vida mundana de quienes se saben a salvo de todo peligro. La victoria trae consigo unos años locos, de protagonismo femenino, y que en Francia permitiría la instalación y eclosión de un sólido movimiento de mujeres escritoras e intelectuales -de Gertrude Stein a Colette, ya saben- que supondría un vendaval de aire fresco capaz de remover los pesados cortinajes de la cultura occidental.

La garçonne está escrita en 1922, en plena apoteosis de la ruptura, con un país entero entregado a la recuperación del tiempo perdido. Su protagonista, pobre niña rica, criada por su tía en una ciudad de provincias, encarrilada hacia una vida repetitiva, fiel a los clichés de la época, se rebela contra su destino, y lo hace a través del dominio de su cuerpo y en contra de las convenciones. Monique es promiscua, no le hace ascos a nadie, y su personaje, que daría nombre a un prototipo de mujer, lanza un mensaje contra la resignación y los convencionalismos de la época. Lástima de su obsesión por la maternidad: algunos años más tarde Simone de Beauvoir reclamaría para las mujeres el derecho a no ser madres, y pondría de manifiesto el dilema que supone elegir entre la maternidad y el desarrollo pleno de las mujeres, en sociedades de apariencia moderna pero lejanamente preparadas para la conciliación, y mucho menos para la corresponsabilidad.

"¿Por qué una mujer sin marido, ni hijos, incluso sin padres (?) tendría unos escrúpulos que no tienen los hombres?", se pregunta La garçonne. "¡Que cada cual viva su vida! ¡Que a todos nos llega nuestra hora! ¡Y, mientras yo espero la mía, no me compadezca porque viva como un hombre!".

50 años después

Justo 50 años después de su publicación, en cierta medida escandalosa, otro fenómeno literario sacude Francia. Esta vez es una escritora, Laure Charpentier, la que en plena resaca de mayo del 68 consigue que su potente novela Gigolá sea censurada por una sociedad que parecía haber roto moldes y pasado página respecto a muchos de los prejuicios de los años anteriores. Porque Gigolá (Cabaret Voltaire, 2011) es una novela valiente y poderosa, marcadamente sexual, protagonizada por lesbianas, con escenas explícitas de tribadismo y muy desafiante. Herederas de las "garçonnes" de los años 20, los primeros años 70 alumbran en París un circuito de locales exclusivos (Le Monocle, George V, Palmier) donde las mujeres buscan la compañía de sus iguales. Gigolá es joven, hermosa, impaciente y pasional. La novela, cuya protagonista viene a ser un trasunto de la autora, y basada por tanto en la realidad de la época, supuso un golpe encima de la mesa, desnudando una verdad oculta, manifestando la hipocresía de una sociedad que pretendía haber hecho la revolución. Es curioso, pero la revolución siempre llega más tarde cuando se trata de beneficiar a las mujeres, de abandonar estereotipos de tutela, paternalismos rancios de otro tiempo.

El precio de ser libre

Ni La garçonne ni Gigolá -que sería un libro de referencia en cuanto a la sexualidad femenina- son libros políticos, aunque su trama y su aparición sin ninguna duda supusieran una cierta revolución en el paisaje literario de la época. Hoy, recomendaría su lectura no sólo a quienes quisieran disfrutar de dos hermosas novelas: también a quienes deseen hacerse una idea más exacta del papel asignado a las mujeres en las sociedades occidentales modernas y su traslación a la literatura, algo que sí es político. Poco después de la publicación de la primera de estas novelas, Joseph Kessel publicaría por entregas -como Madame Bovary- nada menos que Belle de jour, en 1926, otra de las obras esenciales del

siglo XX, otra novela que cuestiona la rígida limitación presumida al pensamiento femenino, y que abre la puerta a la imaginación de otro tipo de relaciones, vedadas por la moralidad imperante, mucho más perturbadoras e incontroladas.

Gigolá tardaría nada menos que 30 años en ver la luz en el país de las luces, capaz de deslumbrar pero también de sorprender con sus sombras más oscuras, con sus terribles contradicciones internas. Sin embargo, posiblemente ninguna de estas dos novelas podría haberse escrito en otro lugar que no fuese Francia, la patria de Madame Bovary, de Monique Lerbier, de Séverine, de Laure Charpentier, de Marguerite Duras, y de tantas otras. La patria chica que fue en aquellos locos años 20 de Gertrude Stein, Colette, Djuna Barnes, Sylvia Beach, Renée Vivien, Solita Solano y tantas y tantas otras.

Hay una cita de Chavela Vargas que sobrevuela la lectura de estas dos novelas: "Lo supe siempre. No hay nadie que aguante la libertad ajena; a nadie le gusta vivir con una persona libre. Si eres libre, ése es el precio que tienes que pagar: la soledad". Mujeres y libres: un desafío que aún hoy la sociedad no ha resuelto. Estos dos libros, cada uno a su manera, ayudan a entenderlo.

VICTOR MARGUERITTE

La garçonne

Traducción de Marta Cabanillas

GALLO NERO, 304 PÁGINAS, 21 ?

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