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Paseo de ronda

Ser o no ser... español

Imagen de la película ´Arn, el caballero templario´.

A Fernando Trueba le han caído bofetadas hasta en el carné de identidad (bueno, sobre todo ahí) por decir que no se siente español. Pasmoso. No es que Trueba se distinga por sus dotes diplomáticas (les dijo a los americanos que no cree en Dios), pero uno se siente algo o no se lo siente, y ésas son razones del corazón, que la razón no entiende, como dijo Pascal. Qué nos importa si se siente o no español mientras haga buenas películas. Y si las hace malas, qué nos importa cuán español se sienta.

En parte ahí subyace un concepto casposo de España (qué error), y una vez más ha sido el mundo de la creación el que ha demostrado una visión más abierta de este país, mandando a los Oscar una película en euskera, Loreak, de Jon Garaño y Josemari Goenaga. Claro que no tiene ninguna posibilidad (¿o sí? Madonna cantó en vasco), pero en castellano tampoco tendría demasiadas. Ya hace cuatro años la Academia certificó su sensibilidad hacia las otras culturas españolas con el estupendo Pa negre de Agustí Villaronga, aunque tampoco se llevara la estatuilla (por cierto, la de Trueba, ¿ya no cuenta?).

Como veo que seguimos en la Edad Media, qué mejor que acercarse este viernes 9 al Castell de Bellver, donde proyectan la película de Peter Flinth Arn, el caballero templario, con presentación a cargo del doctor en Historia Lluís Tudela Villalonga. Forma parte del ciclo Els templers: història i misteri, que el castillo programa dentro de sus Nits gòtiques, por el séptimo centenario de Ramon Llull; la sesión, con entrada gratuita, es a las ocho de la tarde. Por cierto que el Any Llull en Balears ya tiene nueva comisaria, la filóloga Maria Isabel Ripoll; enhorabuena.

Al principio no sabía nada de Ana Diosdado salvo el título de sus dos primeras piezas teatrales, fascinantes: Olvida los tambores (1970) y El okapi (1972). Después sí, incluso vi algún fragmento de Anillos de oro, una serie que respondía al cambio que por entonces estábamos viviendo. Afortunadamente su talento y su trabajo habían sido reconocidos como se debía, en 2013, con el Max de Honor.

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