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Narrativa

Piglia: modos de empleo

En esta ´Antología personal´ se traspasa el moderado umbral de la expresión literaria. El Premio Formentor Ricardo Piglia (1940) lo ha desgastado para restablecer como resorte el zigzagueo por los libros de otros autores y por los propios. Para él, la literatura (leer y escribir) es una investigación. Por eso su antología tiene un aire de tanatografía

Ricardo Piglia, recién galardonado con el Premio Formentor de las Letras. EFE

La Antología personal de Ricardo Piglia apresa al lector con la ambigüedad que caracteriza su escritura. Las piezas recogidas en el libro están escritas en diferentes momentos, entre 1968 y 2014. Se trata de una antología personal porque es el autor quien ha seleccionado los textos entre los suyos propios. También es personal porque la antología abarca un tiempo de escritura de casi cincuenta años confiriéndole al libro un aire de ensayo autobiográfico, pues "los libros recorren grandes distancias", dice Piglia. Y sabedor de que ninguna lectura obvia la bifurcación del título, cuando prevé que la lectura vendrá tambaleándose, a continuación, en el Prólogo, sin descanso, el autor reta a descubrir "el secreto tramado en el tejido" del libro, que consta de cuatro partes: I) Cuentos morales; II) El laboratorio del escritor; III) Los casos de Croce; IV) La forma inicial.

Una idea en la que Piglia se detuvo enCrítica y ficción (1986) y en El último lector (2005) reaparece en la Antología personal: "No hay una esencia de los textos ni de los géneros, sólo hay modos de leer". La lectura es el uso de los textos. Leer es la operación más relevante en lo escrito. Por supuesto, la parte III se hace eco del comisario Croce de Blanco nocturno (2010) y de las palabras: "Leer es pensar". Este comisario representa la actividad investigadora, la lectura liminar y la pregunta: ¿qué es un lector?, que según Piglia es la pregunta de la literatura. Leer no es un extravío, es una serie de llegadas interminables, cabalísticas, es el arte del curator de las galerías en las que cada caso, cada obra, es un mundo. El detective es el gran lector, el hombre culto que entra en el mundo de la investigación de crímenes, representa el paso del hombre de letras al hombre de acción, dice Piglia.

Preguntar por los modos de empleo de los textos modifica el debate literario, hace que ya no se centre en el análisis de la especificidad del texto sino en pensar "sus usos y sus condiciones". El texto está sometido al lector que a su vez está determinado por algo que no es literario. Sólo de este modo, dice Piglia, la lectura puede convertirse en un gesto extremo. La lectura es la respiración de lo escrito. Los libros seguirán siempre condenados a ser leídos y pensados, y reescritos en el mejor de los casos. Quien lee se interpone entre el texto y el mundo; o mejor, quien lee escinde el mundo para componer con parte de éste un texto al que casi todo le viene de la lectura. Otro tanto averiguó P. Quignard al respecto en El lector.

Del binomio lector/escritor, Piglia, al escribir,se centra en la tarea del primero. Varios nódulos de la Antología personal contienen consideraciones a propósito de la operación en que consiste leer. En el capítulo II.1, "El escritor como lector", se acentúa la prosa de los cuentos del capítulo I para culminar en los apartados del último capítulo del libro que se ocupa de la cuestión del último lector (no lo formula Piglia, pero en toda su radicalidad la expresión quedaría: "el lector póstumo"). Se dispersan los casos de lectura como gesto extremo. Los modos de lectura tienen la forma de una transición, por ejemplo: a) de la afasia a la adquisición del yo (II.1, Gombrowicz); b) de labiblioteca a la vida como acción en la que lamuerte puede dar al traste con todo (IV.5, E. Guevara).

La reflexión de Piglia en torno al acto de leer adquirió en Blanco nocturno, a través del comisario Croce, un aspecto importante al pensar si de un hecho existe más de una historia válida, al plantearse si puede existir más de una versión correcta. La búsqueda de la verdad literal, y altamente confusa, es un acto del pensamiento. Cada lector es una versión última. El lector es, pues, un testimonio, se emplea en ello. Es irreemplazable. Leer es testificar. Hay modos de emplear los libros, de usarlos.

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