—¿Qué tal, doña Luisma?
—Ciertamente bien. Y usted llámeme don Luis María.
—Con setenta y dos años es usted el gobernador del Banco de España más anciano de la historia€
—Diga veterano, pedazo de mamón.
—Bueno eso, el más veterano.
—Soy el más veterano gracias a que Rajoy dejó que mi cargo, porque es mío, se pudiera ejercer después de los setenta.
—A medida, vamos.
—A mi medida, naturalmente.
—¿Qué le han hecho a usted los jubilados?
—Panda de vagos que encima se quejan. Míreme a mí, setenta y dos años y dando el callo.
—Hombre, no está usted precisamente en una zanja cavando con un pico€
—No desprecie usted la penosidad de tener que decir gilipolleces y parecer un imbécil.
—¿Sus ciento ochenta mil euros anuales pueden compararse con los cinco mil que cobran algunos jubilados de su misma edad?
—Yo no tengo la culpa de que mi cargo esté así remunerado.
—Bueno, se lo ha subido usted muy por encima del IPC cada uno de los tres años que lleva en el puesto€
—Usted cree que eso es mucho. Será su opinión.
—En 2014 se subió usted el sueldo 10.000 euros al año, bastante más que la pensión completa de miles de jubilados de su misma edad, a muchos de los que este año han subido 50 euros, si llega.
—No me venga usted a decir que ahora los jubilados tienen que decidir cuánto se les tiene que subir la pensión.
—¿Entonces?
—Mire, yo soy una persona muy importante le guste a usted o no. No compare lo que veo yo en el espejo de mi cuarto de baño con lo que ve usted, alma de cántaro.
—¿Puede que esté usted mal acostumbrado?
—Es lo mismo. Si los que me mal acostumbran son importantes y con capacidad de mover pasta lo único que demuestro es que soy inteligentísimo. Pero yo ya lo sabía.
—Entonces, menos invertir en pisos y más en activos financieros€
—Exacto. Un buen plan de pensiones, por ejemplo, te permitirá pagar un buen alquiler. El resultado es el mismo.
—€o unas buenas preferentes€
—Ya estamos con la demagogia. Los activos financieros serán los que yo diga, no los que diga usted. Ignorante.
—Pues le deseo mucho éxito, y sobre todo le deseo una pronta jubilación, que ya va siendo hora.
—Ustedes los tribuletes antisistema son completamente despreciables. Se lo digo con todo el cariño.
