Aunque hay un antes y un después del paso devastador de la filoxera en Mallorca, antiguas viñas abandonadas vuelven a ser recuperadas para la enología. En ese ánimo de recobrar antiguas raíces vinateras se encuentra el 3.10 Celler, con sede en Porreres, aunque cuenta también con viñas, recobradas del pasado, en Manacor y Felanitx, cuyo responsable es Miquel Durán Feliu. Un proyecto que comenzó a gestarse con la recuperación de terrenos y replantación de las parcelas años antes y que ya empezó a dar frutos a partir del 2013. Su tinto es el Ruc, ya en su cosecha 2015. Se elaboró con la uva autóctona Callet y las francesas Cabernet Sauvignon y Merlot. Se le dio una crianza de diez meses, en barricas de roble de varias prosedencias. Domina su tonalidad una capa intensa. Sus aromas están muy marcados por las variedades que le dan vida, sin faltar notas afrutadas. Ofrece en el paladar equilibrio entre taninos y grado, con recuerdos a frutas rojas.
