—¿Qué tal, doña Anna?
—Espero que lo haya dicho usted con una sola N, no la vayamos a tener.
—Veamos, ¿qué hace usted en Suiza?
—Me han dicho que es un país estupendo para los que huimos de la justicia de las dictaduras.
—¿No es usted la única?
—No. Tengo una amiga aquí que está en el mismo caso.
—¿Cómo se llama esa amiga?
—No le puedo decir el nombre, pero empieza por Cris y acaba por na. Tuvo un follón enorme con algo que dicen que hizo su marido —o eso me ha contado—, pero ella no sabía absolutamente nada de nada. Fíjese si ella no sabía nada que hasta el fiscal dijo que era inocente. Una santa. Y ahora están los pobres en un sin vivir porque a él, que es un chico deportista la mar de sano, lo pueden meter en la cárcel.
—El procés ha acabado pasándoles factura€
—€y eso que quién más quién menos nos vamos escaqueando como podemos.
—¿Como podemos?
—Como Podemos.
—Dice usted que seguirá luchando por la independencia de Cataluña€
—Por supuesto. Ese es mi compromiso.
—Y por los derechos humanos en general€
—Siempre que no sean los derechos humanos de los españoles que no sean catalanes.
—¿Y Balears?
—Les Illes€ Forman parte de nuestras colonias, claro.
—No va a volver a España€
—Ni loca. Ya me han condenado.
—Pero si usted hace eso, será un suicidio político€
—De momento es un suizidio€ estoy en Suiza.
—El juez Llarena ha emitido una orden de búsqueda y captura, pero sólo en España€
—Es de agradecer, aunque ya sabía dónde no tenía que ir.
—Se ha comentado mucho el cambio de imagen que parece haber experimentado usted en Suiza€
—Es que en Suiza no puedes ir hecha una facha por muy de izquierdas que seas€
—¿¿De izquierdas??
—Bueno, eso que somos los de la CUP.
—Supongo que hay buenos peluqueros y estilistas en Suiza, claro.
—Donde había buenos peluqueros y estilistas era en la CUP. No se imagina usted lo guapa que es la gente de la CUP y lo difícil que es ponernos así de horribles.
—¿Algún problema de subsistencia en Suiza?
—Ninguno. No tendré problemas. Además Iñaki me está dando unos consejos buenísimos.
