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Medio ambiente

El ritmo loco de la naturaleza

En un ejercicio de ciencia ciudadana, todos podemos hacer seguimiento de cómo el cambio climático está cambiando nuestro entorno

Paisaje invernal con las plantas afectadas por las heladas matinales. UAB

Echando la vista atrás, los inviernos son, en líneas generales, más cálidos que antaño y que los animales despiertan antes de la hibernación. Por tanto, el ritmo de la naturaleza se ha alterado. La Red de Observaciones Fenológicas (Fenocat) del Servicio Meteorológico de Cataluña (SMC) ha registrado en el sur de Cataluña un adelanto gradual de las floraciones desde 1970. Por poner un ejemplo, algunas especies de almendro, como el de la variedad Ferragnes, hoy en día florecen 10 días antes que hace 40 años. ¿A qué se debe este adelanto de la primavera fenológica? Los expertos no tienen ninguna duda. "La temperatura media ha aumentado en Cataluña en 1,5 grados centígrados desde 1950 y los cambios fenológicos que estamos observando son la manifestación inequívoca de este cambio", comenta Marc Prohom, responsable del Área de Climatología del SMC.

¿Qué consecuencias tiene si las plantas y los animales cambian el momento de la floración, la migración o despertando de la hibernación antes de que en épocas pasadas? Entre otros problemas podemos encontrarnoscon que las flores y los insectos que las deben polinizar aparezcan en momentos diferentes y no se encuentren, o que las heladas del mes de marzo dañen las flores y las futuras cosechas. Ante este escenario, el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales, CREAF y las empresas Altran y Starlab han liderado la creación de un observatorio ciudadano que ayude a la comunidad científica y los gestores a seguir como varía el ritmo de la naturaleza. Los datos que se recojan podrán servir para tomar medidas para evitar problemas en la agricultura o en el funcionamiento de los ecosistemas naturales.

El nuevo observatorio se ha bautizado con el nombre de www.RitmeNatura.cat y se ha creado gracias a la implicación del Servicio Meteorológico de Cataluña, la Diputación de Barcelona, ??el Museo de Ciencias Naturales de Granollers, la Institución Catalana de Historia Natural, Natusfera, la Agencia Estatal de Meteorología, la Oficina Catalana de Cambio Climático, el Instituto Catalán de Ornitología y SEO/BirdLife. Expertos de todas estas entidades se han unido al proyecto y han participado en el codiseño del observatorio durante el 2017.

"Después de la experiencia con el proyecto FenoDato ahora hemos tenido la posibilidad de dar un paso adelante; crear un nuevo observatorio conjuntamente con las entidades gestoras, científicas y naturalistas que podrán utilizar la información de los voluntarios para tomar decisiones", comenta Joan Pino, desde el CREAF.

Apadrina una planta

Seguramente cerca de ti tienes un árbol, un arbusto o incluso un nido que puedes seguir semana a semana y ver sus cambios: cuando caen las hojas, cuando sale la flor o cuando llegan los pájaros a poner los huevos. Si tomas los registros siempre de la misma manera y lo compartes en una plataforma de acceso abierto pueden ser muy útiles para la ciencia. Esta es la filosofía de www.RitmeNatura.cat, un observatorio que unirá voluntarios y voluntarias que quieran apadrinar una planta o una zona y anotar los cambios que ven a lo largo del año. Todos los datos se volcarán a Natusfera, una herramienta para hacer observaciones naturalistas que alimenta un mapa de observaciones propiedad de todos los usuarios y sigue las directrices comunitarias sobre datos abiertos.

RitmeNatura.cat es uno de los seis observatorios ciudadanos de seguimiento ambiental que el proyecto europeo Ground Truth 2.0 promueve en Europa y África. Ground Truth 2.0 está liderado por el Instituto de Educación del Agua de IHE Delft (Países Bajos) y quiere demostrar que estos observatorios son útiles y sostenibles en el tiempo, y como los ciudadanos pueden compartir datos sobre el medio ambiente y asumir un nuevo papel crucial en el seguimiento ambiental, la toma de decisiones, la planificación cooperativa y la gestión medioambiental.

Y las heladas...

Hace semanas que hay almendros en flor en Mallorca, un hecho que los últimos años se está repitiendo con demasiada asiduidad en el mes de enero. Las consecuencias de tan temprana floración pueden ser catastróficas en la producción, especialmente debido a las heladas de marzo. El cambio climático ha adelantado la salida de flores y hojas y ha reducido el número de días al año que hiela. Pero, sorprendentemente, respecto a hace 30 años, en Europa las plantas tienen que soportar más días al año con heladas durante su temporada de crecimiento, tras la inactividad del invierno.

El hecho de que las flores y las hojas broten más temprano (incluso antes del inicio de la primavera) y que su actividad se pare más tarde (casi en invierno) hace que se expongan más a posibles heladas. "Hemos visto que las regiones más afectadas son aquellas donde más se ha dilatado el periodo de actividad de las plantas, ya que están más expuestas a sufrir sobre todo las heladas primaverales", comenta Josep Peñuelas, investigador del CSIC en el CREAF y uno de los autores del estudio publicado en Nature Communications.

Durante las tres últimas décadas, el total de días a lo largo del año con temperaturas por debajo de los 0ºC se ha ido reduciendo progresivamente. En general, en Europa las plantas han avanzado su actividad en el calendario, y durante esta etapa de crecimiento sensible para ellas deben afrontar ahora tres días más con heladas que hace 30 años. Son 'nuevas' heladas concentradas sobre todo en la del inicio de la primavera, coincidiendo con una floración y salida de hojas prematuras.

Contrariamente, en Asia y buena parte de América del Norte, en los últimos 30 años se ha reducido el número de días en los que las plantas sufren heladas durante su periodo de crecimiento. Esto se explica porque, a pesar de que también se ha dilatado el periodo de actividad como en Europa, el calentamiento del clima ha reducido mucho el número de días al año que hiela. Sin embargo, ha habido episodios donde el adelanto de la temporada de crecimiento ha tenido efectos muy negativos en estas regiones. "En 2007 hubo una semana de heladas primaverales en el centro y el este de Estados Unidos. Esto hizo que cultivos que habían empezado a crecer y a florecer antes de tiempo redujeran su producción un 19 % el trigo, un 75 % los melocotones, y un 66% las manzanas y las nueces, con pérdidas económicas por valor de 2.000 millones de dólares", explica Peñuelas.

El estudio se ha realizado para latitudes superiores a los 30º en el hemisferio norte, a partir de datos obtenidos por satélite, observaciones fenológicas en el campo y un registro de temperaturas desde 1982 a 2012.

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