Estamos en pleno mes de diciembre con temperaturas basculando entre los pocos grados negativos y con suerte en algún día “cálido” 5 o 6 grados. Los días cada vez son más oscuros y ahora mismo a las 15.30 el sol empieza a ponerse para dejar paso a la oscuridad total sobre las 16 horas. Salgo de casa por la mañana y el sol aun no ha salido del todo, vuelvo de trabajar y es completamente de noche. En medio de todo esto tenemos un contrapunto, es Navidad, “Jul” en danés y en Copenhague se nota en todos los rincones.

Paseando por la ciudad podemos ver como todo está decorado con adornos navideños, árboles, papás noeles, muchas luces y en el mismo centro de la ciudad, el Tívoli, uno de los parques de atracciones más antiguos del mundo, luce en todo su esplendor. Desde Nørreport hasta Kongens Nytorv las calles están llenas de adornos en forma de corazón, luces y mercadillos de Navidad, hay varios repartidos por la ciudad, donde puedes comer y beber cosas tan dispares como salchichas, vino caliente (Gløgg), churros y chocolate caliente. Puede que, no oficialmente, pero la navidad empieza el J-dag (primer viernes de Noviembre), J de Jul, ese día la ciudad está llena de camiones de una conocida marca de cerveza danesa (Tuborg), repartiendo cervezas, gorros y objetos navideños en todos los bares de la ciudad y en ellos se lanza nieve artificial para celebrar el inicio de la Navidad.

En la cena de empresa, y esto me consta que se hace en las comidas/cenas de Navidad en casa, cada uno compra un regalo, no tiene por qué ser algo muy caro. Se ponen en medio de la mesa y por turnos vamos tirando un dado. Si sacas un 6 coges un regalo del centro, o en el caso de que no haya más, le puedes robar uno a otra persona. Cuando el temporizador termina, te quedas los regalos que tienes, puede que alguien tenga tres y otra persona no tenga nada.

También he visto como un Papa Noel encendía el árbol de Navidad en la plaza del ayuntamiento (Rådhuspladsen) encima de un camión de bomberos con todo el mundo cantando una canción en danés que no entendía. A partir de mediados de diciembre la nieve nos ha empezado a visitar ocasionalmente, eso sí, la gente sigue yendo en bici, yo solo tengo que hacerlo unos quince minutos al día, pero mi tolerancia al frío y al viento han aumentado considerablemente.

Ahora me encuentro a unos 10.000 metros de altura camino a Mallorca, he despedido a mis compañeros de trabajo y amigos, algunos como a Coni no sé cuándo la volveré a ver, es lo que sucede cuando conoces gente de todas partes del mundo, que sabes que en cualquier momento pueden volver a casa o irse a otro lugar. Pero como dice mi amigo José, vive intensamente con la gente que conoces mientras estén a tu lado. Eso mismo pretendo hacer ahora, vuelvo a casa para disfrutar estas fiestas con mis amigos y familia. Bon Nadal a tots i feliç any nou.