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ParcBit: 15 años de la incubadora de empresas tecnológicas

Se cumplen tres lustros años de la creación del Parc Balear d´Innovació Tecnològica. La lanzadera mallorquina de negocios emergentes se desarrolla lenta, pero segura

Las instalaciones ofrecen hoy un espacio privilegiado para las empresas más innovadoras. B. Ramon

Cuando finalizaba el pasado siglo, en 1999, el entonces presidente de la Comunidad Autónoma balear Jaume Matas concibió el proyecto de crear un parque tecnológico, en unos terrenos cercanos a Palma, en las estribaciones de la serra de Tramuntana. Matas, fiel a su estilo megalómano, reservó suelo para dar cabida a un parque tecnológico de mucha mayor envergadura. Las expectativas no se cumplieron.

La construcción del parque fue encomendada al arquitecto británico Richard Rogers, quien lo concibió como un pequeño pueblo autosuficiente en el que incluso proyectó la construcción de una iglesia de carácter interconfesional, que nunca se materializó. El gran parque que se quería crear en la antigua posesión de Son Espanyol no se hizo realidad. Hasta para Matas las dificultades financieras, que acostumbraba a obviar, devinieron insalvables, con lo que la realidad fue muy diferente a la idea inicial, a lo que se deseaba concretar: uno de los mejores parques tecnológicos de Europa.

El parque actual es mucho más reducido, pero se ha consolidado y, sin prisas, sigue creciendo, según su actual gerente. Pere Fuster afirma que hoy el parque es un polígono tecnológico y de innovación económica del conocimiento, que a lo largo de esos 15 años ha pasado de contar de entre 100 y poco más de 200 trabajadores a 2.800 repartidos en 16 edificios. El ParcBit es, enfatiza el gerente, una realidad plenamente consolidada.

El parque orgánicamente depende de la Comunidad Autónoma y, en esencia, es un espacio que concentra empresas de base tecnológica, así como otras vinculadas a sectores productivos basados en el conocimiento. No es cualquier empresa la que puede establecerse en él, ya que, para ser aceptada, para que el comité de admisión le dé el visto bueno, ha de estar directamente vinculada con la tecnología avanzada o la biotecnología. Es decir, poseer un alto nivel innovador. Para que se le dé alojamiento ha de explicar concienzudamente cuál es su proyecto. Pere Fuster pone un ejemplo de empresa que no tiene cabida en el ParcBit: la que exclusivamente se dedica a la venta de material informático no tiene cabida en el mismo.

Carencia de personal cualificado

El parque ofrece todos los servicios necesarios para que el emprendedor y el trabajador puedan desarrollar adecuadamente sus actividades: centro de conferencias, salas de reuniones, edificio de telecomunicaciones y los demás servicios anejos. Las empresas alojadas en el parque realizan una constante innovación, lo que Pere Fuster destaca que está generando un problema de carencia de personal cualificado. Los estudiantes que salen de la Universidad, básicamente los que han cursado Informática, no son suficientes para cubrir la demanda que el parque necesita. Por ello se están poniendo en marcha campañas de captación por toda Europa para atraer profesionales. Son cientos los especialistas que se necesitan para cubrir las demandas que las empresas alojadas en el parque requieren, carencia que afecta tanto a las empresas privadas como a las de carácter público, que tienen la dificultad añadida de no poder competir con los sueldos que se ofrecen en el sector privado.

Qué aporta realmente el parque a la economía balear. Pere Fuster precisa que valor añadido y diversificación, entendiéndolo como la parte de innovación que lleva a cabo una empresa. Las de biotecnología constituyen el ejemplo más nítido: la investigación que llevan a cabo es la que posibilita la aparición de nuevos fármacos; también se han de destacar las innovaciones en telecomunicaciones, incluidas las audiovisuales; ingeniería industrial y las de consultoría que trabajan en los campos citados. A la pregunta de si el ParcBit es conocido en Europa, responde el gerente diciendo que que sí se sabe de sus actividades en los círculos especializados, entre otras razones porque aproximadamente el 10 por ciento de sus trabajadores provienen de países de la Unión Europa, mayoritariamente de Alemania.

Apunta como problema a solucionar el hecho de que el parque sea en Mallorca "un gran desconocido". Entre los mallorquines apenas se tiene noticia de su existencia, de sus actividades y, mucho menos, de lo que está en condiciones de ofrecer a las empresas que apuestan por la innovación tecnológica en todas sus facetas. Tampoco se atreve a afirmar que a lo largo de la década y media que lleva existiendo haya posibilitado un cambio en la imagen que Mallorca ofrece al exterior, así como que haya contribuido decisivamente a diversificar su estructura económica. Para Pere Fuster es evidente que no ha tenido el recorrido que se le auguraba, pero destaca que mucha gente "alucinaría" si supiera muchas de las cosas que en el parque se llevan a cabo, las innovaciones que de él han salido desde que fue creado.

Otro aspecto a destacar es el de la relación que mantiene con la UIB. El gerente asegura que es "muy buena", una relación "estrecha" fundamentalmente en todo lo referido a investigación y al mundo audiovisual. Con los parques tecnológicos existentes en las ciudades europeas, Pere Fuster destaca que hay un cierto nivel de comunicación, aunque no el que sería deseable. El ParcBit está integrado en la organización que agrupa a los parques tecnológicos españoles, con los que sí el intercambio de información y de experiencias es "altamente satisfactorio", situación que se desea establecer con los europeos.

Facturación

Un dato sirve para constatar la importancia económica que ha llegado a adquirir el ParcBit. Su facturación anual alcanzó en 2016 los 550 millones de euros, cifra que se estima seguirá incrementándose notablemente en los años venideros. Los productos que ofrece el parque, en especial los derivados de la biotecnología y las telecomunicaciones, son demandados. Sobre la investigación biotecnológica, se destaca que algunos de los fármacos y las moléculas desarrolladas en colaboración con la UIB, están siendo objeto de atención por parte de las grandes multinacionales farmacéuticas.

Pere Fuster insiste en que en los 15 años que han trascurrido desde la inauguración del parque, en el que en aquel momento existía un solo edificio, y los citados dos centenares de trabajadores, se puede considerar que la evolución ha sido positiva, hasta el punto de que en la actualidad empieza a hacerse ostensible que falta espacio físico para poder alojar a las nuevas empresas que lo solicitan. Fuster precisa que todavía se está en la primera fase, disponiéndose de 100.000 metros cuadrados adicionales para ubicar nuevas empresas, superficie que, insiste, será insuficiente en breve.

Qué ofrece el ParcBit a las empresas que cumplen las condiciones para instalarse en él. Fuster destaca la existencia de la "incubadora pública", que posibilita obtener todo el asesoramiento e instalarse en suelo público a un precio muy reducido durante cuatro años. Para el gerente las ventajas del parque son evidentes, y de ahí que las solicitudes para alojarse en él estén incrementándose, aunque recalca que "en sus inicios se fue demasiado optimista, pretendiéndose abarcar demasiado, por lo que progresivamente los objetivos se han ido redimensionando, adaptándose a la realidad económica de Mallorca".

Una de las principales dificultades con las que desde sus inicios se ha topado el ParcBit ha sido el de la insularidad, que, como siempre, origina problemas añadidos. Pere Fuster manifiesta que "somos una isla y eso hace que estemos en inferioridad de condiciones con respecto a otros parques tecnológicos, tanto de España como de Europa. Para una empresa tecnológica instalarse en Mallorca supone tener que considerar los costes que genera la insularidad, aunque es verdad que en la actualidad, entre otras razones gracias a lo que ha supuesto Internet, no sean tantos como unos años atrás".

150 proyectos

Desde 2003, el parque ha posibilitado la creación de empresas de base tecnológica que han dado como resultado 150 proyectos de distinta índole, en especial los citados de biotecnología y telecomunicaciones. Las principales ventajas a las que han accedido las empresas alojadas en el ParcBit, además de las de los los servicios de asesoramiento, que en el caso de la incubadora para nuevas empresas supone que el asesoramiento se mantiene hasta que han alcanzado el nivel de gestión suficiente para poder desarrollarse autónomamente, es la de obtener financiación ventajosa y el contacto con otros empresarios abiertos a establecer colaboraciones.

Las estadísticas del parque evidencian que las empresas que ofrecen servicios TIC, especialmente las de TIC turismo, aparte de las mencionadas del sector de la biotecnología, que se han convertido en el núcleo fundamental del parque, así como las que se dedican a la ingeniería y telecomunicaciones son las de mayor implantación entre las 148 actualmente existentes. En porcentajes menos significativos, pero también de una cierta importancia se hallan las que realizan trabajos relacionados con la industria cultural y creativa, la comercialización de productos y las de servicios online o asesoramiento de empresas.

Otro aspecto que destaca Pere Fuster es el del perfil profesional de los trabajadores. Casi el 60 por ciento son hombres situándose las mujeres en algo más del 40 por ciento. El 75% tienen una edad situada entre los 25 y los 44 años ascendiendo al 57 por ciento los que poseen estudios universitarios (ingeniería, licenciatura, diplomatura o grado) mientras que el 27 por ciento restante ha cursado Bachillerato o Formación Profesional.

Finalmente, Pere Fuster define al ParcBit más como un deseo que una realidad, el mismo que han venido manifestando todos sus directivos desde que fue creado, la de convertirlo en un elemento clave en la estrategia de los sucesivos gobiernos de la Comunidad Autónoma para establecer la denominada "diversificación económica", para tratar de avanzar hacia un modelo menos dependiente del turismo.

La realidad de la estructura económica de Mallorca hace que no se pueda afirmar que el ParcBit ha logrado el objetivo: el turismo sigue siendo de hecho lo que ha venido en llamarse el "monocultivo" empresarial de la isla. Parece que la diversificación auspiciada por el ParcBit tendrá que seguir aguardando.

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