Basta. Prou. Enough. En lo que llevamos de año son ya 44 mujeres las que han perdido la vida asesinadas por violencia machista. Y no parece que esta cifra vaya a detenerse. Los políticos, los cuerpos policiales, en las mesas de debate de los programas televisivos, en los corrillos de mujeres, entre amigos€ muchas fórmulas, muchos interrogantes, muchas explicaciones pero nadie da con la respuesta, con la solución. Se sigue justificando al agresor en muchos casos, quitándole importancia a según qué detalles de nuestra cotidianidad. Y es en éstos donde hay que fijarse. En cómo aún, entre nosotros, reina ese machismo rancio, esas expresiones o gestos que dejamos pasar y que sigue convirtiendo a las mujeres en objetos de decoración, en cuerpos a los que tocar y dominar.
Pasa en todos los lugares, a cualquier hora del día, en cualquier ámbito, en cualquier escenario y en cualquier clase social. Y les voy a poner ejemplos que han ocurrido esta semana, dos de ellos en el mismo lugar y con el mismo protagonista. Las víctimas, una compañera periodista y servidora. Lo cuento aquí porque ocurrió cubriendo un evento para estas páginas que hoy leen. Como les digo, pasa. Mucho. Demasiado.
En la semana en la que la juez de Instrucción número 11 de Sevilla ha procesado al empresario y exvocal de la Cámara de Comercio Manuel Muñoz por posibles delitos contra la integridad moral y conducta vejatoria contra la portavoz y diputada de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez -recuerden, el hombre se abalanzó sobre ella y simuló besarla-
Otra historia
Y seguimos. Por respeto a una compañera y amiga de la profesión, me abstengo de decir dónde, cuándo y quién. Pero ambas sufrimos una agresión -verbal yo, física ella- mientras ejercíamos nuestra labor informativa, como otros compañeros periodistas masculinos. Si por mí fuera, escribiría y denunciaría los hechos, pero tengo que respetar la decisión de mi colega.
Andaba ella realizando una entrevista a el personaje protagonista del evento cuando al finalizar, y aún con el micrófono en mano, éste le preguntó a voces que a qué hora acababa de trabajar para, a continuación, agarrar la cara con sus manos y besarle intensamente la mejilla. A su alrededor, un numeroso grupo de empresarios (varones, es una obviedad), que le ríen la gracia. Ella, incrédula, acaba retirándose y llevándose consigo todo lo que le hubiera dicho pero que no fue capaz por la indignación. Y a los pocos minutos llego yo.
Aún no me habían contado la escena cuando el mismo personaje intenta repetir la "gracia", esta vez en formato verbal. Les pido por favor a los presentes, algunos conocidos míos, que se junten para hacerles una fotografía. Cuando consigo que todos estén bien alineados les digo: "Así perfectos". ¿Saben cuál fue la respuesta de él? "Y si nos vieras desnudos mejor. Ganamos mucho más sin ropa". ¿Creen que eso se lo hubiera dicho si el fotógrafo, en vez de ser una mujer hubiera sido un hombre? He de reconocer que en ese momento yo no fui consciente de la respuesta aunque noté revuelo de carcajadas porque andaba a lo mío, intentando que la fotografía quedara bien y que el maldito flash se disparara.
Tuve conocimiento consciente de la frase minutos después cuando la compañera cámara que acompañaba a la redactora anterior me lo comentó. Desde luego, si lo hubiera escuchado, le habría respondido.
Ahora hagan un sencillo ejercicio de reflexión. ¿Cuántos han pensado que estamos exagerando, que es algo habitual, una bromilla para relajar el ambiente? Pues quiero dejarles claro una cosa. No hace gracia. Ninguna. Si seguimos permitiendo que el respeto se pierda en las bromas, en las frases machistas; si seguimos permitiendo que se invada el espacio personal sin pedir permiso; si seguimos tolerando este tipo de actitudes inofensivas, no acabaremos nunca con el problema de raíz. Falta educación, sí, y también vergüenza.
los cuatro elementos
Alcemos, ahora sí, el telón a esta semana de eventos; por suerte ha habido muchos que nos hacen olvidar los malos momentos. Y si tengo que destacar uno de ellos, sin duda fue el acto de presentación de la primera colección de alta joyería mediterránea de Isabel Guarch, que tuvo lugar en Terraza Balear. Protagonismo para las delicadas piezas de la firma mallorquina, que se inspiran en los cuatro elementos naturales, agua (cianita rectangular); fuego (rubí oval); aire (piedra luna); y tierra (ágata drusa), y que se presentaron en un recorrido sensorial, en un orden ascendente de aromas y gustos. Por cada joya de #Ellemental, la cata de un bocado y un vino, y la posibilidad de dibujar sobre un lienzo en blanco. Cuatro cuadros, en diferentes tonalidades, de los que Irene Gisbert, de Ainea, creó en directo 4 perfumes. ¿A qué huele el arte? ¿A qué huele una joya?
Con la participación de Catavinos y la bodega Can Axartell, la chef María Moreno, de Gaudeix y la repostera Serena Sirini, de Mrs Sweet, vimos a la diseñadora y joyera Isabel Guarch y a Marina Muñoz, propietaria de Terraza Balear, ejerciendo como perfectas anfitrionas en una tarde en la que también estuvieron, entre otros, las estilistas Lorena Fernández y Eugenia Moreno; Daniel Chavarría, Margarita Sampol y Antònia Estelrich, o el grupo formado por Carmen Lasa y Manuel y Mercedes Beltrán.No faltaron Carlos Valencia, Carmen Tudela, Rocío Borrego, Anja Fliegerbauer y Britta Linnemann.
Más nombres propios. José Javier Cabrera, Susana Wosniak, Antje Ruehl, Esteban Matera junto a Luz Cloquell, y el divertidísimo grupo formado por Anto Fuster, Carla Salvioni, Ana Lorduy y María Josefa del Campo.
Evolution film festival
Qué rápido pasa siempre lo bueno. Fueron 30 minutos; media hora de un viernes soleado en Palma con la Seu como testigo. Marc Clotet se despertaba en el Hotel 3 y casi con el desayuno por acabar me confesaba sus secretos. "Antes decía que no había que dejar pasar ningún tren pero ahora, si te soy sincero, dejo que alguno se vaya". Jurado en la sexta edición del Evolution! Mallorca International Film Festival, nos dijo sentirse en un momento personal y profesional estupendo. "No me puedo quejar. Al final todo es trabajo y esfuerzo. Así que cuando te llegan regalos y la vida te sonríe, hay que aprovecharlo".
Casi le pregunto por su relación con la actriz Natalia Sánchez, pero preferí disfrutar de su compañía. "Eres el nuevo James Dean.Te pegan los papeles de época", le dije. "La verdad es que miro fotos de mi abuelo y me parezco mucho a él, no me importa que me encasillen en ese tipo de personajes". Y así, antes de emplazarnos para la noche, al cóctel de la clausura del festival, me prometió volver a la Isla. El actor catalán compitió esa noche en acaparar los focos de la prensa con ´Pilou Asbaek´.
El intérprete que da vida al villano Euron Greyjoy en Juego de Tronos recibió el Premio Evolutionary Award del certamen, acompañado de su padre, Jacob Asbaek. Se echó en falta a su mujer, Anna Bro, que prefirió quedarse cuaidando de la pequeña Agnes.
La ceremonia de clausura, que se celebró en la Galería Gerhardt Braun, fue multitudinaria por eso, y si por si le sirve al alma mater del certamen, Sandra Seeling, el próximo año sería preferible que escogiera un espacio mayor. Fue muy difícil trabajar y moverse con tanto público. Eso sí, la estrechez hizo que pudiéramos conversar unos minutos con los cineastar Marcos Cabotá y Toni Bestard, o con los voluntarios Toni Frau, Virginia Galán y Joan Maura. Un aplauso para ellos.
LOS NUEVOS NEGOCIOS
Bajo la filosofía de "Givers Gain" (los que dan, reciben), la organización BNI crece año tras año. Sólo en Baleares ya hay más de siete grupos de trabajo. Se trata de una agrupación de empresarios y profesionales que apuestan por un nuevo sistema de negocio y que, el pasado sábado celebraron su cena de gala. Una noche a la que acudieron más de 150 invitados y que tuvo como protagonista a la Sonrisa Médica, con Josep Lluís Vidal y Marta Barrio, presidente y gerente de la entidad respectivamente, como invitados.
Patricia Martino, directora ejecutiva de BNI Baleares, fue la encargada de recibir a los invitados, entre ellos, los directores de los distintos grupos que BNI tiene en las islas, como Adrián Cabello, Benjamín Fluvià, Carlos Gost, Xisco Kamal y Miquel Salas, entre otros.
un escenario, dos propuestas
Desde que Sa Fabrica Ramis -ya se lo contamos hace algunos meses en esta misma sección- evolucionó para convertir su edificio en un lugar de eventos y encuentros de negocio, no han parado de recibir peticiones. Curioso que en menos de siete días la hayamos visitado dos veces. La primera, con motivo del Primer Encuentro Empresarial de la comarca del Raiguer, organizado por Pimen y Radio-Mallorca, Cadena Ser. La segunda visita, fue más cultural y original.
Magatzem Moyà y la DO Pla i llevant unieron esfuerzos para ofrecer la primera Ópera DO Pla i Llevant, un concierto recital donde se maridaron diferentes óperas con vinos de la denominación de origen.
Los vinos blancos fueron maridados con piezas de óperas francesas, los rosados con ópera italiana y los tintos con el género español. La Zarzuela y los bises fueron saboreados con el licor de Almendras de Moya.
Al evento acudieron más de 200 personas que disfrutaron con los dos maravillosos maestros de ceremonias: el músico Joan Ciria y el somelier, Tommy Ferragut. Se contó también con la participación de Natalia Salom (soparano), Antoni Lliteres (tenor) y Andreu Riera (pianista).
