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Tribuna: Parcs verds, clave en la gestión de residuos urbanos, por Juan Mateo Horrach

La gestión de los residuos generados por particulares y empresas se puede subdividir en varias categorías, y de diversas formas. Una división clásica es la de residuos urbanos, generados fundamentalmente por domicilios y pequeñas empresas inseridas en la trama urbana, y residuos industriales, generados por industrias medianas y grandes, situadas fundamentalmente en polígonos industriales. Este último ítem debe gestionarse exclusivamente de forma profesional, por gestores de residuos autorizados, tanto en lo que se refiere a la recogida, como al transporte y al tratamiento, y financiarse por los propios generadores de esos residuos en su totalidad.

Otra cosa es lo que ocurre en la realidad, en la que vemos que grandes empresas han cargado a toda la sociedad la eliminación de sus residuos. Tal vez el caso más sangrante y conocido sea el de Boliden, en Andalucía, pero podríamos encontrar infinidad de ejemplos similares. Por lo que respecta a los residuos urbanos, objeto de este artículo, el modelo es distinto, puesto que su gestión, en gran parte, está encomendada a las entidades locales, si bien es cierto que las Comunidades Autónomas también forman parte del sistema, especialmente en materia de tratamiento de esos residuos.

Lo más frecuente es que la recogida y transporte esté en manos de las entidades locales, bien de forma directa mediante empresas públicas o mediante brigadas municipales, bien de forma indirecta mediante contratos o concesiones con empresas privadas. Por lo que respecta al tratamiento, podemos encontrar ciudades, medianas y grandes, que también se ocupan de ello, mientras que, en otros casos, encontramos mancomunidades de municipios, Consells insulares, Cabildos, o Comunidades Autónomas.

Pero existe una tercera faceta, menos citada y valorada, que es igualmente importante para alcanzar un buen fin. Se trata de los conocidos en nuestra isla como Parcs Verds, y en general, en el ámbito de Catalunya o resto de Balears, deixalleries.

Para entender su importancia, cabe recordar primero que los residuos pueden ser inertes, no peligrosos o peligrosos, en función del mayor impacto que su abandono puede producir para el medio ambiente y las personas. Genéricamente, los residuos urbanos recogidos en masa se clasifican como no peligrosos, y pueden ser tratados mediante sistemas previstos para ello. Pero una parte de los residuos que generamos en nuestros hogares en realidad son peligrosos, o bien no son aceptables por su volumen en los sistemas de recogida urbana, y requieren tratamiento especial.

Por ello, lo adecuado sería que todos, cuando vayamos a desprendernos de los residuos que hemos generado, separásemos esos residuos peligrosos o especiales domésticos, y los lleváramos a los parcs verds, o bien, alternativamente en algunos casos, los entregáramos en los puntos de recogida que los propios fabricantes de determinados productos que acaban como residuos peligrosos (pilas, fluorescentes, baterías...) disponen en colaboración con las empresas comercializadoras. También se pueden establecer parcs verds móviles, mediante vehículos de recogida, utilizados en zonas densamente pobladas, en las que es difícil establecer instalaciones fijas.

Por tanto, para establecer un buen sistema de gestión de residuos urbanos, debemos pensar en los parcs verds como pieza clave.

Los parcs verds son instalaciones de recogida y clasificación de esos residuos especiales y peligrosos que no pueden ser depositados en el sistema general de recogida; cualquiera que sea éste; bien mediante contenedores de todo tipo, o bien mediante bolsas recogidas puerta a puerta. Su principal función estriba en ser un punto de recogida de esos residuos especiales, que no se pueden depositar en los contenedores o bolsas de recogida ordinaria municipal, y su clasificación y transferencia a los gestores autorizados para su tratamiento, recuperación en los casos que sea posible o eliminación de aquellos que no puedan ser reciclados.

Estas instalaciones recogen menos del 10 % en peso del total de residuos que generamos los particulares o pequeñas actividades, pero el potencial contaminante de esa fracción va mucho más allá del 10 %, dado que se trata de residuos que pueden afectar mucho más a la salud o el medio ambiente. Estas instalaciones deben diseñarse teniendo en cuenta una serie de requisitos técnicos que permitan la correcta gestión de esos residuos especiales, como puede ser la disposición de báscula, la adecuada instalación de contenedores o recipientes que permitan la clasificación óptima, la impermeabilización del suelo para impedir filtraciones indeseadas, el cierre del recinto, la vigilancia y mantenimiento y explotación.

Lo ideal es que estén cerca de la ciudadanía, para facilitar su uso. En Balears se dispone normalmente de uno a tres parcs verds por municipio, en función de la tipología del mismo. Pero en algunos casos, esta presencia es insuficiente, porque la distancia de buena parte de la población hace su uso poco frecuentado, con el consiguiente desvío a otros destinos menos recomendables. En el caso de Mallorca, podemos afirmar sin duda que de las tres "patas" sobre las que se soporta la gestión de residuos; recogida ordinaria, recogida especial y tratamiento, es la que peor nota obtiene, con algunas encomiables excepciones.

Un modelo cercano de interés es el que se ha seguido en Barcelona. En su trama urbana nos encontramos con una red de más de 20 deixalleries, de diversos tamaños y capacidades, integradas urbanísticamente, bien señalizadas y atendidas por personal formado. Ello hace que sean muy utilizadas, que es el principal objetivo perseguido, y a la vez su presencia sirve para que la ciudadanía tome conciencia de la necesidad de una correcta gestión, especialmente de esos residuos que tanto daño pueden hacer.

Se hace por tanto muy necesaria en Mallorca una actualización de buena parte de estas instalaciones, incorporando los elementos necesarios para su correcto funcionamiento, y dándoles la importancia que merecen a la hora de ser gestionadas por parte de los Ayuntamientos, administraciones responsables de los parcs verds. Los beneficios a obtener en términos ambientales y para la salud de las personas bien merecen ese esfuerzo.

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