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Desafío soberanista

La crisis soberanista Cataluña sacude los pilares constitucionales

Un filósofo, un historiador, un sociólogo y un economista desmenuzan lo que está sucediendo en España a cuenta del conflicto catalán y sus repercusiones en Mallorca

Una división entre dos mundos: Partidarios de la independencia y de la unidad de España dividen a la sociedad catalana en dos. Efe

Ramón Vargas-Machuca, catedrático de Filosofía Moral y Política de la Universidad de Cádiz; Sebastià Serra, catedrático de Historia Contemporánea de la UIB; Gonzalo Adán, sociólogo especializado en prospecciones electorales, y el economista Luis García Langa, director de Formación de Aulafinanzas y director de Mercados de SDC Kapital, destripan cómo está incidiendo la crisis catalana, que ha entrado en un proceso electoral a ventilar el 21 de diciembre, en el marco constitucional español, además de intentar ofrecer una visión de alguno de los posibles desenlaces que pueden derivarse de las futuras elecciones generales. En suma, se trata de ofrecer una panorámica de dónde estamos y hacia dónde nos encaminamos cuando España vive otra de las seculares crisis que históricamente han puesto en berlina sus instituciones fundamentales.

El doctor Vargas-Machuca, uno de los filósofos de más amplio recorrido en España, aclara que "lo del uno de octubre fue un pucherazo en toda regla en el que se suspendieron los derechos de la oposición". Dice ser partidario de una aplicación "proporcional" del artículo 155 que, opina, estaba sin desarrollar y recuerda la carta de Josep Tarradellas de 1981 en la que advertía de los riesgos de la política nacionalista de Jordi Pujol y su previsible falta de lealtad, lo que el tiempo se ha encargado de demostrar con la consiguiente ruptura de la convivencia entre los españoles.

Por su parte, el catedrático de Historia Contemporánea Sebastià Serra afirma albergar muchas dudas sobre el futuro, aunque sí señala que tiene una "perspectiva pesimista", porque el proceso reformista que parecía estar a punto de iniciarse, que podía decantarse hacia una institucionalidad más abierta que la actual, menos restrictiva en cuanto a la participación ciudadana en procesos refrendarios, avanzar hacia una institucionalidad que adquiriera aspectos federales y confederales puede verse ahora profundamente alterado. Además, afirma que "parcialmente", la Constitución del 78 ha entrado en crisis, añadiendo que la situación actual puede ser comparada, en determinados aspectos, con la que existió en España después de la huelga general revolucionaria de 1917, la que seis años más tarde desembocó en la dictadura del general Miguel Primo de Rivera. Para Serra algunos discursos que hoy se escuchan, se asemejan a los que determinados políticos pronunciaron a partir de 1920 y hasta que en septiembre de 1923 el pronunciamiento del capitán general de Cataluña instauró la dictadura militar de inmediato avalada por el rey Alfonso XIII, bisabuelo de Felipe VI.

Sin embargo, el catedrático de Filosofía Moral y Política afirma categóricamente que "no puede darse rota de facto la Constitución de 1978", aunque de inmediato reconoce que será necesario introducir algunas reformas. Añade que con los antecedentes de las manifestaciones "constitucionalistas" de Barcelona, "por fin se han dicho las cosas como hay que decirlas y nadie se ha andado con chiquitas, desde Borrell a Francisco Frutos, por lo que habrá que sacar lecciones para reformar la Constitución, pero de ninguna manera puede establecerse que ésta queda anulada".

Perspectivas electorales

El sociólogo Gonzalo Adán, que colabora con algunas de las empresas demoscópicas más importantes de España, dice que el proceso secesionista catalán y la respuesta del Estado, inciden significativamente en los dos bloques electorales españoles, tanto en el centro derecha como en el centro izquierda. Precisa que en el primero, que obtiene un procentaje en las elecciones de entre el 40 y el 45 por ciento, el beneficiado es Ciudadanos en detrimento del PP, porque los vasos comunicantes establecen taxativamente que lo que uno gana el otro lo pierde, y en la actual situación quien gana es el partido de Albert Rivera y el perjudicado el de Mariano Rajoy. Adán explica que Mariano Rajoy, el PP, baja "sensiblemente", al tiempo que se registra un incremento acusado del porcentaje atribuido a Ciudadanos, aunque la suma final se siga moviendo entre el 40 y el 45 por ciento del electorado. "No suman más", afirma. En el centro izquierda sucede otra tanto: el PSOE crece sostenidamente, pero no a la velocidad que desearía Pedro Sánchez, aclara el sociólogo, mientras que Podemos tiene una inflexión a la baja, aunque no excesivamente acusada.

Los análisis demoscópicos para Cataluña arrojan resultados parecidos a los habidos hasta ahora. El trabajo más reciente realizado por Gonzalo Adán ofrece la mayoría absoluta a los independentistas, algo más ajustada que la existente en el Parlament disuelto. El profesor Adán matiza que otros estudios no la conceden, aunque sí el suyo, avisando que la volatilidad es de tal envergadura que las predicciones que se están haciendo dejan de ser válidas de un día para otro. "Hay muchísima incertidumbre", anuncia, lo que hace muy difícil establecer pronósticos cuando todavía falta mes y medio para las elecciones.

El economista Luis García Langa pone el énfasis en el dato de que en la actualidad las Administraciones públicas, y por tanto también la de la Generalitat de Cataluña, viven gracias a la deuda pública. En el caso del Principado, además de la emitida por sí misma, le corresponde parte de la del Tesoro español, por lo que constituiría un punto muy conflictivo y costoso embarcase en un proceso independentista hasta el final, por dos motivos principales: si se reparte justamente es muy díficil, considera, que Cataluña como estado independiente pudiera hacer frente a los pagos de la deuda y si no se reparte sería España la que se viera en la imposibilidad de hacerlo. "La primera opción sería catastrófica para los ciudadanos de Cataluña", asegura, y la segunda, enfatiza, podría suponer el colapso de la unión monetaria europea. García Langa estima que constituyen argumentos suficientes para invalidar el proceso independentista.

Bloqueo

Sebastià Serra estima que es muy posible que lo que está ocurriendo conduzca hacia "una situación de bloqueo, y en cuanto a la repercusión que pueda tener en Mallorca, dice que podría pensarse que los intereses de PP y Ciudadanos se verían favorecidos, pero también concede que la extrema derecha tal vez tenga la oportunidad que andaba buscando de obtener réditos electorales.

El sociólogo Adán expone que la indiosincrasia mallorquina es algo diferente a la española. En Mallorca, explica, el PSOE tiene la ventaja añadida de estar gobernando, aunque sea en coalición, por lo que sus perspectivas electorales están al alza a costa de Més, que baja por dos razones: la primera, porque en las anteriores elecciones obtuvo un resultado extraordinario fruto de la movilización de las "camisetas verdes" y en segundo lugar, porque se ha visto obligado a hacer una política turística desarrollista, ya que no se puede aplicar ninguna otra, pero que es invendible para los suyos. En cuanto a Podemos baja un par de puntos, los mismos que sube el PSOE. En el campo de la derecha sus estimaciones apuntan a una petrificación del PP, al que ni en un sentido ni en otro afecta la crisis de Cataluña, con lo que seguiría anclado en sus 20 diputados, al tiempo que Ciudadanos obtiene un sensible incremento en sus expectativas electorales. El Pi tampoco se mueve, con lo que el mapa político prosigue invariable en su conjunto: ligera hegemonía del centro izquierda, un tanto recortada, pero suficiente para seguir gobernando.

Gonzalo Adán sí concede, volviendo a la situación catalana, que "indudablemente entramos en una crisis constitucional irreversible", reiterando que Cataluña está ofreciendo réditos electorales a Ciudadanos y ninguno a Rajoy. La crisis constitucional también es apreciada por Sebastià Serra, que la atribuye al "exceso de fuerza que exhibe el Estado", al tiempo que opina que la Corona no ha actuado con el papel "moderador y de concordia" que debería haber ejercido, lo que en el futuro puede generar problemas.

Izquierda "acomplejada"

Para Vargas-Machuca la izquierda parece estar "acomplejada" asegurando que José Montilla y Francesc Antich, senadores socialistas y expresidentes de Cataluña y Balears, constituyen un ejemplo de ese talante, añadiendo que "no han entendido nada, puesto que el artículo 155 paraba un golpe de Estado que atentaba contra la comunidad política". Seguidamente, explica que el nacionalismo, y de modo explícito el gestado a partir del pujolismo, ha cultivado "un sentimiento de superioridad que ha sido alimentado desde la escuela, del mismo modo que los rectores de las universidades de Cataluña, Valencia y Balears no han sabido estar a la altura con la condena al uso de la violencia legítima en defensa del Estado de derecho; de hecho, puede decirse quesu papel ha sido complaciente con las tesis nacionalistas, ya que resultaría ininteligible que el Estado no reaccionara ante la barbarie de los hechos acaecidos en Barcelona". El filósofo afirma que en 1978 hubo visión de Estado, hoy no, puesto que tanto PP como PSOE practican el "vuelo gallináceo". También asegura que el hecho de que la izquierda se "aparee" con los nacionalistas es algo que da "pánico".

Luis García Langa afirma, refiriéndose a la "fuga" de empresas, que esta "huida" es más un lavado de imagen anti-boicot o de tranquilidad para los mercados que efectiva (el impuesto de sociedades no es autonómico, recalca), pero que sí muestra a las claras las intenciones de las más de mil empresas que han cambiado su sede social que posiblemente cambiarían la real si la independencia se consumara, lo que supondría una pérdida masiva de puestos de trabajo con lo que lleva aparejado de menor recaudación de impuestos, pobreza...

Por ello, considera que el panorama derivado de una independencia efectiva sería "catastrófico", aunque para quienes están a favor de la misma les quede una única vía de aliento, que la independencia llegase con un libro de ruta previamente establecido: valor de la moneda, de la deuda, que las empresas no se vayan, cómo sería el sistema fiscal..., pero, dice, es impensable que ello ocurra, no está sucediendo ni tan siquiera en el cao del Brexit.

La reflexión final que hace el catedrático de Filosofía Moral y Política es la de que "el nacionalismo es una ideología del siglo XIX, es el germen que ha destruido la convivencia, parece que no aprendemos de los errores de Wilson con su política de fronteras en los Balcanes, que sin duda abonó la Segunda Guerra Mundial", apuntando, también, que los partidos nacionalistas "padecen una semideslealtad congénita, que se transforma en deslealtad absoluta en tiempos de crisis, y así se aprovecha la debilidad de la imagen de España para precisamente ir en contra del Estado y en favor de los nacionalismos siempre excluyentes"

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