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Memorias de la cocina

Nuestra gastronomía y la religión (III)

Nuestra gastronomía y la religión (III)

La relación entre nuestra cocina y las creencias religiosas va mucho más lejos que lo escrito en los dos capítulos anteriores sobre los elementos comunes entre las diferentes confesiones tradicionales y una cocina adaptada a los ciclos naturales. El santoral está relacionado con la gastronomía; incluso algunas festividades señalan cuando sembrar o cuando recoger.

Veamos: los ajos paus (con muchas propiedades más allá de las culinarias) se siembran el 25 de enero, festividad de san Pablo y se recogen por san Juan. Los fesols de confit (variedad de alubia) se siembran por san Cristóbal; el licor de nueces se elabora el día de san Juan, ni antes, ni después. El licor estomacal de nueces, en cambio (con innumerables supuestas propiedades para la salud de la boca, la garganta, el estómago y hasta para el estado de ánimo) se elabora entre la festividad de la Asunción y la fiesta de la Mare de Déu dels missatges el 8 de septiembre. Por san Pedro se recogen las primeras figues flors. Las primeras uvas, las magdalenes, por santa Magdalena; poco después, por san Jaime, llegan los jaumillos. Los higos se encistaven por sant Francesc€

Las religiosas de Santa Clara, preparaban (quizás también en la actualidad) un tombet de vigilia antes de la fiesta de su santa patrona. Y que decir de las espinagades y cocas de sant Antoni de Sa Pobla, Artà€ La lista resulta interminable.

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