El cumplimiento de la abstinencia de carne era casi general durante la cuaresma, hasta que, hace algunos años, llegó la relajación de costumbres. El bacalao era entonces el mejor recurso proteínico para sustituir la carne. Esta receta, que nos enseñó el buen amigo Joan Rosselló Jaume (Binissalem, 1925-2014) se preparaba los viernes de cuaresma, pero resulta ideal todo el año, sea caldoso o seco.
Ingredientes: bacalao, arroz, cebolla, tomate, patata, alcachofas, coliflor, aceite, agua, sal, pimentón y pimienta.
Preparación:
1.- Joan dio dos opciones para desalar el bacalao: dejarlo en agua unas 36 horas, cambiándola varias veces, o asarlo, eliminando la costra de sal que produce. Una vez desalado, lo desmigaremos.
2.- Iniciaremos un sofrito en aceite de cebolla cortada muy finita, a la que añadiremos, unos diez minutos después, tomate pelado y picado y unos ajos chafados.
3.- Hecha la salsa, introduciremos el agua necesaria, según vayamos a hacerlo caldoso o seco.
4.- Después de hervir unos minutos, agregaremos una patata cortada a trozos medianos. Cuando esté casi hecha, añadiremos el bacalao desmenuzado.
5.- Poco después agregaremos unas alcachofas cortadas a gajos y a continuación verteremos el arroz. Pondremos más cantidad si vamos a prepararlo seco.
6.- A continuación introduciremos un puñado de guisantes y, cuando falten siete u ocho minutos para que el arroz esté en su punto, añadiremos unos ramilletes de coliflor.
7.- Agregaremos pimentón dulce y corregiremos de sal y pimienta antes de servir.
