Seguimos arrastrando las miserias de los seguidores de charangas y trapitos, que junto con los seguidores de medias lunas y crucifijos son los que más muertos han propiciado, y siguen sumando, en el planeta. El espectáculo ofrecido el fin de semana pasado ha sido de los buenos, y la cosa promete. Los numerosos descerebrados de ambos lados anuncian nuevas peripecias con las que alimentar las motivaciones de los furibundos defensores de sus respectivos trapos de parecidos colorines. Personalmente prefiero ser europeo o terrícola, y más a la vista del percal de los salvapatrias de ambos bandos. Adicionalmente, yo vaticino que, de seguir Rajoy al mando unos cuantos meses más, en este país se hace independentista hasta Susana Díaz. Al tiempo.
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Los puntos sobre las uves