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La casa

Modernidad y eficiencia

Esta bodega ubicada en las afueras de Santa Eugènia está diseñada de tal forma que se tengan en cuenta los aspectos más importantes en el proceso de producción de vino como el clima, el lugar o el producto

Son Juliana es una bodega que se encuentra a las afueras de Santa Eugènia, en dirección al pequeño pueblo de Biniali. Este nuevo edificio, diseñado por el estudio Munarq, formado por el joven equipo de arquitectos mallorquines Pau y Rafel Munar, fue uno de los 63 proyectos seleccionados para los Premios de Arquitectura de Mallorca 2014-2016 que organiza el COAIB. La Demarcación de Mallorca del Col·legi Oficial d´Arquitectes de les Illes Balears busca el reconocimiento y la divulgación de la arquitectura contemporánea a partir de las construcciones seleccionadas y premiadas.

Con el objetivo de integrar sus edificios en el paisaje mediterráneo, el grupo de arquitectos Munarq situó esta bodega en un terreno plano y arcilloso definido por la Serra de Tramuntana, un paisaje natural declarado Patrimonio de la Humanidad que tiene justo delante.

El diseño de la bodega responde al terroir, un concepto que comprende el clima, el suelo, la variedad de uva y la disposición del viñedo, definiendo así la morfología del edificio. Situado en una orientación este-oeste, hecho que minimiza el impacto solar en el resto de fachadas, posee una cubierta que proporciona ventilación y sombra en la zona norte. Esta cubierta dispone de una capa de 15 centímetros de corcho que ayuda a mantener la temperatura media necesaria- de 18 grados- en el interior. La termoarcilla y la piedra que definen el límite interior-exterior del edificio también favorecen estas condiciones.

Sostenible y autosuficiente

Son Juliana es una bodega sostenible y totalmente autosuficiente gracias a las placas solares, los sistemas de aerogeneración y los sistemas pasivos de ventilación y geotermia de los que dispone. La distribución de salas responde al proceso de elaboración, un proceso capaz de alcanzar los 100.00 litros de producción. Sobre una superficie de 1.300 metros cuadrados, encontramos, al este, la zona de recepción de la vendimia. Allí, la uva se trata mecánicamente antes de pasar a los depósitos de fermentación. Un poco más abajo y a la izquierda se sitúa la nave de almacenamiento, donde algunos vinos siguen madurando. Si continuamos, encontraremos la zona de embotellado y etiquetado conectada a una sala refrigerada donde se conservan las botellas antes de sacarlas al mercado. En la zona oeste hay una sala donde se prueba el vino.

En la parte subterránea de la bodega se sitúa la cava, una zona que requiere unas condiciones de temperatura y humedad específicas. Por ello, los muros están formados por gaviones de piedra que permiten aprovechar el calor y la humedad del terreno que se produce en verano.

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