Diario de Mallorca

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Brindis, vida social

La extraña coincidencia

Felipe VI regresa (solo) a la isla para acudir a la boda de su ahijada, Martina Jáudenes - Rafel Nadal, ni boda ni hijos... de momento

El verano Real ha llegado a su fin. Al meteorológico, calendario en mano, aún le quedan unos días, seis exactamente. Sin embargo, Marivent ha bajado sus persianas, metafóricamente hablando. La reina doña Sofía ya ha regresado a la Capital -después marchará unos días a Londres- tras disfrutar de todo un verano en semi soledad en palacio, en Mallorca. Prácticamente no se le ha visto todo este tiempo y, en las pocas ocasiones que ha podido ser fotografiada, estaba acompañada por su hermana, la princesa Irene, su aliada más fiel. Con la despedida de la reina emérita de la Isla, llega la reapertura de los jardines de palacio. De nuevo, protagonismo para las esculturas de Miró.

Pero como suele ser habitual, el final del verano nos guarda alguna sorpresa. Y esa fue el regreso de Felipe VI a Mallorca con motivo de la boda de su ahijada, Martina Jáudenes, con el empresario Luis Abascal Alia. Fue el pasado sábado, en la iglesia de San Nicolás, cuando el Rey disfrutó (solo) de la ceremonia y posterior banquete en el Castillo de San Carlos. No, no vino doña Letizia que estaba preparando la vuelta al colegio de la princesa Leonor y la infanta Sofía. ¿Se la esperaba? Pues tampoco. No se había reservado un cubierto para ella, por lo que se perdió el catering ofrecido por la chef con estrella Michelin, Macarena de Castro. Por cierto, que el Jefe de Estado no se marchó de Mallorca a primera hora del día siguiente, domingo. Permaneció algo más en su residencia estival antes de coger un vuelo de regreso a Madrid. En su agenda no estaba el acompañar a sus hijas en el inicio de un curso del que ha dado buena cobertura la revista ¡Hola! en unas sorprendentes y exclusivas imágenes de las pequeñas de la casa.

"En 26 años nadie ha sabido nada Martina y hoy estáis todos aquí. No lo entiendo. Queremos que siga teniendo una vida discreta, es una chica joven que está celebrando su boda". Son las palabras que Eugenio Jáudenes, padre de la novia, piloto de aviones retirado y compañero de regatas del rey, dijo a los medios a la salida de la Iglesia. No entendía el padrino la expectación generada por el enlace de su hija, pero la respuesta era más que evidente: no todos los días acude Felipe VI a una boda y no todos los días el monarca coincide con la presunta amiga especial del emérito don Juan Carlos. Una extraña coincidencia -pues se pensó en un principio que el invitado de honor al enlace sería el rey antiguo, no el actual- que se completó con la presencia, además, del imputado Rodrigo Rato, en todo momento acompañado por su mujer, la periodista de economía de El País, Alicia González. Ironías de la vida.

Sabemos por algunos invitados infiltrados que Felipe VI no habló en ningún momento con Marta Gayá, que decidió en esta ocasión apostar por su lado más discreto, intentando pasar desapercibida entre los 300 invitados. Algo muy difícil, claro, pues se continúa hablando en el papel couché de sus retomados contactos con Juan Carlos. Sea como fuere, encontró la mallorquina algo más de calma a manteles, escoltada por varios amigos en la mesa. Mucho más participativo, el exministro de Economía, ajeno a tramas, juicios, fraudes y demás. Y es que la vida pasa... y todo sigue igual.

Siete apellidos compuestos

No eres nadie si tu apellido no es compuesto. Difícil fue encontrar en la boda de Martina y Luis -de la que se da buena cuenta en Instagram- a algún invitado que no tuviera rancio abolengo. Media sociedad juvenil madrileña en las calles de Palma ansiosos por hacerse una foto con otros ilustres. De los de aquí, de la tierra, destacar la presencia siempre elegante de Maria Antònia Aldeguer y Pedro Puigserver, de Vidrios Gordiola, Juan Carlos Rodríguez Toubes o Cristina Elvira.

Muy animadas vimos a María José Vázquez-Guillem, Antonia Deyà y Yolanda Edward, amigas de los padres de Martina. Por cierto, que Chusa de Diego, la feliz mamá de la novia, intentaba ocultar los nervios como podía, abanico en mano. Pendiente estuvo en todo momento de que los invitados cogieran el autobús con prontitud para que se llegase puntual al banquete nupcial.

Guapísima vimos a una de las testigos de los novios, Palmira González del Campo, que compartió velada con María Ruiz Écija, Valle Rivero Gavarrón, Natalia Muñoz y Andrea Muñoz de Dios. También vimos a un grupo más internacional formado por los jóvenes Ronnit Chainani, Hamad Al Khamees, Celia López-Rúa, Bruno Nath López, Hemmily Pagá Izarra, Valentina Vidal Castillo y Carlos Almanloz.

Alejando Alvariño, Loreto Pérez Cuchet y María de la Viña fueron algunos de los invitados especiales por parte del novio -fundador del Grupo La la la, que posee varios restaurantes de moda en Madrid- mientars que Silvia Salleras, PabloTrapote, Patricia Jato, Borja Suárez, Gala Freixa y Dado Díez-Hotchleiner arrojaron arroz por igual a unos recién casados a los que deseamos mucha suerte en la tarea.

Por cierto, y ahora que hablamos de la sociedad madrileña, un apunte respecto a la nuestra, a la mallorquina. Hay quien se apunta el tanto de ser el responsable (en este caso "la") de descubrir Mallorca a James Costos. Esta conocida dama balear que así lo predica, anda equivocada en esta ocasión. El exembajador de los Estados Unidos en España preguntó al ver una fotografía en casa de la sobrina del empresario Plácido Arango, que donde estaba ese lugar tan maravilloso. La respuesta fue Formentor. Y de ahí, lo que ya conocen todos ustedes. No hubo más intermediario y, por supuesto, tal amistad de la que tanto gusta presumir a algunos.

El jersey amarillo

Y de un Rey por nacimiento a otro, éste por méritos propios. Rafel Nadal, 16 Grand Slam después, cuando llega a casa muestra su lado más tierno. Deja en la pista su garra, su fuerza y sus gritos, para ponerse de lo más cariñoso con todo áquel que le rodea. Y si se trata de niños pequeños, más aún.

La expectación ante la llegada del manacorí al aeropuerto de Son Sant Joan era tremenda. La concentración de medios de comunicación también. Por eso resultó extraño ver a un Rafel Nadal mostrándose tan cómplice con su chica, Xisca Perelló, ´Mery´, como le dicen en casa. Vestida con un jersey amarillo chillón (que facilitó la labor de identificación de los fotógrafos) y unos pantalones casual en color verde caqui, la pareja se prodigó besos y carantoñas en la cinta de equipajes de aduanas. Esperaron así, como una pareja de enamorados más, la salida de sus maletas. Al otro lado, expectantes también ante la llegada de otro ídolo, Carolina Cerezuela y sus tres hijos, Daniela, Carla y Carlos. "¿No teníais tantas ganas de ver a papá (Carlos Moyá)?, les dijo la actriz y presentadora animando a los pequeños a correr hacia él cuando se abrieron las puertas.

Fue ya en el aparcamiento exterior, con más calma y menos seguidores pidiendo selfies y fotografías, cuando descubrimos que Rafel Nadal será todo un padrazo, aunque para eso, aún, "queda un poco". Muy pendiente de la prole de uno de sus entrenadores, Rafa les preguntó si tenían ganas de volver al colegio, a lo que Daniela y Carlos contestaron que no al unísono. ¡Se está tan bien de vacaciones! Mery, muy cómplice con su suegra, Ana María Parera, también conversó animadamente con los niños y con Carolina, que felicitó también al campeón. En un plano más discreto, Sebastián Nadal, centrado en la disposición correcta de las maletas en los vehículos. -Y sí, el tenista disfruta de uno de los últimos modelos de la marca Kia, de los que es imagen-.

Por lo escuchado, no hay planes de boda para la joven pareja (aún), un tema que no les preocupa en absoluto y que tampoco les corre prisa. Su relación está más que consolidada a pesar de que hubo una época en los que los rumores de una supuesta infidelidad corrió como la pólvora por las redacciones de varios medios locales y nacionales.

Goletart aunque llueva

Cinco son los años que el arte salta de las galerías a las calles y a las casas particulares en Binissalem. Goletart es ya un imprescindible en las fiestas del municipio. Una ocasión única, además, de descubrir el talento de los artistas emergentes que residen allí y que normalmente no tienen la posibilidad ni la facilidad de exhibir su obra en galerías o salas. Una iniciativa que aplaudimos y de la que, además, seguro repetiremos experiencia. Lástima que, el tiempo no acompañara y las calles no pudieran llenarse de más público y que las actuaciones musicales previstas tuvieran que posponerse o suspenderse porque, sin duda, las propuestas artísticas fueron diversas y de alta calidad.

Goletart es arte en sus diferentes expresiones. Pero también es excusa para reunir a la familia, para introducir a los pequeños de la casa en la pintura o escultura y, de paso, para adquirir alguna pieza. Había joyería, dibujos, lienzos, retratos... variedad para todos los gustos gracias a la participación de unos 30 artistas.

Las piezas de Pep Joan Tugores las pudimos ver en Goletart 1, entre el salón y la cocina. Junto a él, su mujer Marta Fiol y el pequeño Roc. También vimos en los pasillos a Pedro Reus Llabrés, Yolanda Fernández, Cris Jaume, Víctor Vicens, Tonia Arbona, Polita Crespí o a Néstor Roig.

En el número 4 nos esperó una jovencísima María José Batanás. Autodidacta, en su tercer año participando en Goletart presentó una serie de dibujos en los que la naturaleza era la protagonista. Por el recibidor de la casa aparecieron también Manel Barjacoba, Ainhoa María Pons, Toni Pons, Francisca María Coll y Alba y Paqui Pérez.

En Es Pati de Cas Metge Borràs, al refugio de la lluvia, se concentró un buen número de gente. Unos disfrutaron de la demostración de gamelan, a cargo de Sekar Sari, y otros, como Gloria Bohigas, JoanVillanova o Guillem Crespí i Bibiloni, de la propuesta pictórica. Paseando y descubriendo otras piezas, otras viviendas, las jóvenes Margalida Picó y Esperança Llabrés.

Ya que hablamos de arte, y que estamos en tierra de vinos, les avanzo un próximo proyecto: Vins amb art, una innovadora propuesta organizada por el ayuntamiento de Muro, que se celebrará los días 12 y 13 de octubre en la plaza central de la Playa de Muro y que pretende aunar el cultivo y elaborado de los vinos por los productores locales con el proceso creativo de los artistas plásticos aportando valor y visibilidad de los unos a los otros. Se lo contaremos.

Marina d´Or... ¡qué guay!

He traído el famoso eslogan de la ciudad de vacaciones valenciana porque nos viene al caso. Y es que eso es justo lo que debieron pensar Emilia Melina y Patxi Sánchez al ser coronados reina y rey de la belleza de Balears. Porque precisamente será allí, en Marina d´Or, donde tendrá lugar la gran final a nivel nacional, una final en la que confían lograr un buen puesto. "Estamos preparándonos para ello", dicen.

No estoy muy a favor de los certámenes de belleza en general, he de confesar. Lo de los desfiles en traje de baño me sigue pareciendo una aberración y, de hecho, en muchos concursos de similares características ya han desaparecido. Pero reconozco que la curiosidad, a veces, me puede más. A mí, y las decenas de personas que acudieron al Hotel Horizonte para asistir en directo a la gala final y conocer, al filo de la madrugada del pasado domingo, a los ganadores: un futbolista -ahora sin equipo- y una estudiante de Bachillerato Artístico.

Entre el público, algunas habituales de las citas palmesana como Isabel Agüero o Shedi S. Otro invitado menos visto -y que nos encontramos por sorpresa entre los miembros del jurado- fue el director del Centro Empresarial Mallorca, Javier Macías. También tuvieron voz y voto los representantes de las islas de la pasada edición, Xavier Ibars y Laura Barranco y el estilista Felicella Massimiliano. También estuvieron Rebeca y Julieta Puigcercós, Valeria Lagoa, Mateu Oliver, Cristina Gutiérrez, Raquel Merino, Emy Barron y Juana María Fuster

Y qué extraña coincidencia, otra vez. Arrancamos esta crónica con un rey yendo de boda; continuamos con el rey de tenis y acabamos con los reyes de la belleza. La próxima semana, volvemos. Nos espera el quinto aniversario de Es Rebost.

Llorenç Bauzá sopla velas con Romay

El restaurante palmesano 17 Grados fue el escenario escogido por el profesional Llorenç Bauzà para celebrar su 66 años. Toda una ocasión especial que contó con un invitado de altura, el del ex jugador de baloncesto, Fernando Romay, que desde hace años disfruta de las vacaciones de verano en la isla.

El deportista, que acudió a la fiesta en compañía de su mujer Leticia, se mostró de lo más simpático con el homenajeado posando, de la manera que ven en la fotografía de la izquierda. La velada contó también con la presencia de familiares y amigos de Bauzà.

La fiesta de la fotografía del grupo Fleming

Siete son ya las ediciones que alcanza el Concurso de Fotografía FotoEdib, organizado por el grupo Fleming, y que ha contado con la participación de unas 300 personas. La entrega de galardones tuvo lugar en un abarrotado Hard Rock Café. Carlos Abraham Sampol logró el primer premio seguido de Nelson Daniel Nuñez y Diego Faus Momparier.

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