-¿Qué tal, don Copito?
-Alucinando en colores, y eso que soy albino.
-Característica que le dio la fama...
-Eso y mi pareja artística...
-¿Su pareja artística?
-¿No la recuerda? Albino y Romina Power.
-De sus veintidós hijos e hijas, once nietos y nietas, y tres bisnietos y bisnietas ninguno ha salido albino…
-Me tenían todo el día zumba que te dale, pa ná…
-No era fácil...
-Unos conocimientos rudimentarios de genética, que hasta un gorila los tiene, habrían revelado el hecho de que era imposible que yo tuviera un descendente albino.
-¿Tiene alguna idea de lo que está pasando en Cataluña?
-Pues algo he oído. En cuanto me voy de un sitio se acaba armando la gorda. Me pasó lo mismo cuando me fui de Guinea Ecuatorial... se lió.
-¿Y qué es lo que ha oído?
-Primero, que los catalanes pasaron de adorar a Franco a adorar a otro tipo de estatura parecida; segundo, que tienen un follón bien gordo; y tercero, que algunos familiares míos descontrolados deben de estar metidos en el Gobierno, en la Generalitat o en ambos.
-¿Qué le diría a Mariano Rajoy, usted?
-Que alquile las pelis de El Planeta de los Simios, a ver si aprende algo. Hasta Franco tenía más mano izquierda.
-¿Y a Carles Puigdemont?
-Que por mucho que él lo crea, que no se haga ilusiones, él no es un simio. Qué más quisiera.
-Por usted se pagaron en 1964 por 15.000 pesetas
-Era el Messi de los gorilas, sí. Bueno, el Di Stefano, mejor dicho.
-Desgraciadamente, usted falleció a causa de un cáncer de piel...
-Me tenían montones de tiempo al sol. Hace falta ser burro para poner al sol a alguien con albinismo. Y eso que son ustedes la especie que se cree más inteligente.
-Dicen que han llegado millones de cartas al zoo de Barcelona pidiendo su clonación...
-Primero que clonen a Rajoy o a Junqueras y, si sale bien, entonces que prueben conmigo.
-¿Clonar a Rajoy y a Junqueras?
-Tiene usted razón. He dicho una salvajada. No se deben clonar animales peligrosos.
-¿Qué le gusta más que le llamen, Copito de Nieve o Floquet de Neu?
-Mire, yo, como el alcalde Porcioles y todos los barceloneses de la época, era muy del Caudillo.
-Supongo, que culé a matar...
-¿Me ha mirado usted bien? ¡Que soy blanco...!