Cuando pienso en el verano me vienen a la cabeza varias imagenes: playa, verbenas, sol y también mucho calor, ventiladores, aire acondicionado, etc. Eso si vives en Mallorca o en cualquier lugar del resto de España. En Dinamarca estoy experimentando el verano menos veraniego de mi vida; para los estándares mallorquines sería una primavera. Pero si tengo que decir la verdad, me gusta.

A finales de julio no paraba de recibir mensajes de mi familia y amigos, quejándose de las temperaturas en Mallorca: que si 40 grados, que si no se puede salir a la calle, que si no se puede dormir por la noche. Yo, mientras tanto, durmiendo con edredón en mi cama. En Dinamarca la mayoría de los días la temperatura es de 21-22 grados, ocasionalmente un poco más y suelen ser soleados, aunque es cierto que en Copenhague el tiempo cambia muy deprisa. Un momento puedes encontrarte en medio de la calle con un día soleado y al cabo de un rato empieza a llover, y en dos horas vuelve a salir el sol como si nada. Gracias a los consejos de mis amigos, he aprendido que no vale la pena mirar el pronóstico del tiempo con más de uno o dos días de antelación.

Aunque una de las cosas que más sorprende al vivir aquí en verano, especialmente en junio y julio, son las horas de luz. El sol suele ponerse a las 22 horas y a las 3:30-4 empieza a salir. Los primeros días, incluso semanas, es un poco desconcertante, sobretodo teniendo en cuenta que las casas no suelen tener persianas, así que me toca poner las cortinas para que a las 4 de la madrugada no me encuentre con una habitación llena de luz.

Obviamente, en invierno es todo lo contrario, pero bueno, eso para otro momento. Estuve en Copenhague en invierno y puedo asegurar que son dos ciudades completamente distintas. En verano la ciudad cambia completamente, hay gente por la calle en todo momento, las terrazas y bares están llenos y una costumbre que me gusta bastante es ir a hacer barbacoas (torrades) en los múltiples parques que hay dentro de la ciudad.

Cualquier día con buen tiempo puedes encontrar multitud de gente sentada en el césped, cocinando, bebiendo y hablando con su grupo de amigos; obviamente al finalizar todo el mundo lo recoge todo y nadie suele dejar nada de basura.

Aunque a muchos les sorprenda en Copenhague también hay playas con arena. He ido un par de veces y he de decir que no está tan mal como pensaba.Aunque eso si, nadar en el Báltico no es lo mismo que en el Mediterráneo y sobretodo no es lo mismo ir a la playa con 20 grados que con 35, básicamente todo es más fresco.

Hace unos días que he vuelto de mis vacaciones en Mallorca. No sabría decir qué verano es mejor, simplemente son diferentes, seguramente para ir a trabajar y poder hacer vida en la ciudad es mejor en Dinamarca. Aunque cuando hace dos semanas mi amiga Joana Maria nos invitó a ir con su llaüt por la bahía de Pollença y observaba el mar, el cielo y las preciosas playas que tenemos, la verdad es que no echaba mucho de menos el verano de Dinamarca.