Diario de Mallorca

Diario de Mallorca

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Desde Dinamarca

En el país más feliz del mundo

En el país más feliz del mundo

Dinamarca ha sido considerada por la ONU como uno de los países más felices del mundo. El año pasado fue el número uno y este el dos, solo superado por Noruega. Hoy hace poco más de un mes que llegué a su capital, Copenhague. Antes de empezar con anécdotas, curiosidades y demás sobre la tierra de los vikingos os voy a contar cómo y por qué me he trasladado hasta aquí.

Hace poco más de un mes me encontraba en Valencia, adonde llegué hace unos seis años para continuar mis estudios de ingeniería electrónica, que previamente había cursado en la UIB. Tras finalizar mis estudios me puse a trabajar en una multinacional americana como ingeniero en el sector de los semiconductores(micro chips), pero después de unos muy buenos casi cuatro años y con 27 recién cumplidos creía que era el momento de un cambio y plantearme salir de España. Siempre había querido vivir en el extranjero, especialmente en los países nórdicos que me llamaban mucho la atención. Fue a raíz de una Nochevieja, en la que vine con unos amigos a Copenhague, cuando tomé la decisión de irme a Dinamarca. "Quiero vivir aquí, me dije". Era todo un reto, porque antes tenía que superar un pequeño problema, el inglés. Sí, podía escribir y leer en inglés, pero no tenía el nivel suficiente para trabajar en un entorno totalmente anglo-parlante. Me planteé apuntarme a academias de inglés, pero no me acababa de convencer la idea, así que opté por otra opción más económica, divertida y en mi opinión mucho más rápida. Buscar intercambios de idiomas en Valencia. Encontré un grupo que los hacía cinco días a las semana, durante cuatro horas al día. Así que durante cuatro meses fui tres o cuatro días a la semana a los intercambios y vi cómo mi nivel de inglés oral mejoraba considerablemente y, sobretodo, ya no tenía vergüenza en hablar la lengua de Shakespeare.

A principios de abril ya pensaba que estaba preparado para poder irme a trabajar fuera, así que comencé a rastrear ofertas laborales en Linkedin. Colgué mi currículum y después de dos entrevistas por skype, había firmado un contrato para irme a trabajar a Copenhague.

Al llegar a esta ciudad lo primero que tenía que conseguir era un sitio permanente para vivir, ya que sólo tenía comprometido un alquiler en una habitación por una semana, a través de Airbnb. Encontrar una casa o apartamento en Copenhague es casi una misión imposible, normalmente un anuncio publicado en alguno de los portales online, dura horas o un día. Si intentas contactar después de ese tiempo, normalmente el propietario te dirá que ya ha concertado diez visitas con otra gente para ver el piso. Al principio buscaba una habitación en el centro, con un buen precio, bonita, etc. Pasado los días vi que esto no iba a ser tan fácil, por lo que, digámoslo así, dejé de ser tan exigente. Finalmente pude visitar una casa a las afueras de Copenhague, en la que vivían una chica islandesa, un chico de Australia y dos preciosas perras pastoras alemanas, y ahora un mallorquín. A día de hoy creo que tomé una buena decisión. El por qué, lo dejo para futuras entregas.

Compartir el artículo

stats