Nuestra vida diaria, muchas veces sedentaria, en la mayoría de las ocasiones poco saludable, nos hace plantearnos si realmente estamos comiendo lo que deberíamos estar comiendo.

El cuidado de la salud y la búsqueda de productos de máxima calidad orgánica es una tendencia imparable que surgió hace apenas 25 años. Estos cultivos son demandados en las grandes y medianas urbes como compensación a todos los males endógenos a los que están expuestas nuestras sociedades: contaminación, infames hábitos alimenticios, sedentarismo, uso excesivo de fitosanitarios, fungicidas y antibióticos en el suelo. Se nos plantea pues una duda muy razonable ¿merece la pena consumir estos productos que bajo la denominación de "ecológicos" parecen aportarnos mejores cualidades alimenticias y mejor salud?

Cada vez hay más personas que apuestan por alimentarse de una forma sana y natural, con productos que no contengan residuos químicos indeseables ni adictivos. Esta es la razón por la que los alimentos ecológicos cuentan, cada vez más, con más demanda.

Según Luís Ferreirim, responsable de la campaña de Agricultura en Greenpeace España: "la agricultura industrial nos lleva a la merma de los recursos naturales mientras que la agricultura ecológica se presenta como una solución a gran escala para muchos de los retos a los que nos enfrentamos actualmente y que podrán verse agravados en un futuro próximo: cambio climático, pérdida de biodiversidad, contaminación de acuíferos,... pero también la pérdida de agricultores y población rural."

Ciertamente la industrialización alimentaria nos ha dejado a los consumidores en una posición muy compleja a la hora de decidir cómo consumir ciertos alimentos que, a priori, deberían ser sanos pero que, de facto, están lejos de serlo. Huérfanos de sabores y desamparados de los sustentos alimenticios básicos como son las vitaminas del grupo A, B y C, betacarotenos, sales minerales, azufre, fósforo, silicio, hierro, calcio, magnesio y sodio? acudimos a los llamados productos orgánicos buscando un objetivo: mejorar nuestra salud.

Pero ¿Qué es un producto orgánico?

Hay muchas acepciones sobre este concepto pero todas apuntan a lo mismo. Para Oxfam, los productos orgánicos o ecológicos son los productos de alimentación elaborados a partir de ingredientes de alta calidad, cultivados según métodos tradicionales y respetando el medio ambiente.

Para la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y Alimentación) son los productos que eliminan la utilización de insumos, como fertilizantes y plaguicidas sintéticos, medicamentos veterinarios, semillas y especies modificadas genéticamente, conservadores, aditivos e irradiación. Son cultivos que mantienen e incrementan la fertilidad del suelo a largo plazo y evitan la propagación de plagas y enfermedades.

Para Bio de El Corte Inglés tiene implicaciones diversas entre las que cabe destacar el hecho de que el producto ha seguido un examen exhaustivo en el que se tiene en cuenta la calidad de la tierra, el tipo de riego, el abono que se utiliza, etc. Los espacios en La Biosfera ofrecen al cliente la posibilidad de comprar al peso una gran variedad de legumbres y otros alimentos. Todos los productos que se incluyen en estas áreas cuentan con los sellos de control de los organismos competentes que acreditan que se trata de productos bio, ecológicos u orgánicos.

¿Son los productos ecológicos son más caros?

La respuesta es sin duda no. En muchos casos, algunos de estos productos son muy artesanales y provienen de pequeñas explotaciones. En otros casos los encarecen los controles a los que están sometidos. Por otra parte, las cadenas de comercialización y distribución de los productos orgánicos son mucho menos eficientes que las fórmulas convencionales. En la mayoría de las ocasiones ni unos ni otros procesos no están sometidos a economías de escala y finalmente es el cliente comprador quien tiene que asumir el coste extra que es mínimo si pensamos en las bondades que nos puede deparar una alimentación más saludable.

Más allá del coste

Una manera de enfocar el coste de estos productos es saber que estamos invirtiendo en salud. Si compramos 1 kilo de manzanas Golden ecológicas a 3,20 euros. Un kilo viene a ser unas cuatro manzanas grandes y cada una de ellas saldría a unos 0,8 céntimos de euro. Un bollo industrial, más calórico y menos interesante a nivel nutricional no baja del euro. ¿Qué le daría de merendar a sus hijos?