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Treball Solidari

Microcréditos para mujeres emprendedoras y solidarias

Han sido 340 microcréditos, por un montante de 460.000 euros, los que la ONG mallorquina Treball Solidari ha concedido a 80 mujeres en cinco años. Solo se ha impagado un 1´65 por ciento, 7.500 euros

Mónica Ferra, Maria Tixicuro, Patricia Levy y Toni Sierra explicaron la labor que hace esta ONG solidaria. manu mielniezuk

María Tixicuro, que viene de vencer a una leucemia, es una mujer ecuatoriana, menuda, de cara afable y manos que exhiben una biografía de trabajo constante e intenso. Madre de siete hijos, es la propietaria de un bar restaurante y de diversos puestos en mercados, además de recorrer, ofreciendo su producto, las ferias mallorquinas. María tuvo que soportar, en Ecuador, a un marido que, además de maltratarla, se quedaba con las ganacias que obtenía con su trabajo, hasta que no pudo más y puso tierra de por medio: migró a Mallorca con sus hijos, a los que ha dado estudios a costa "de quebrarme el lomo". María, tenaz como pocas, ha salido a flote, ha logrado ser una pequeña empresaria, que ahora da trabajo a su familia, incluido su exmarido. Lo ha hecho al disponer del respaldo de la ONG Treball Solidari, que le ha concedido paulatinamente 19 microcréditos hasta sumar 40.000 euros. María ha devuelto lo que se le ha prestado.

Toni Sierra es economista y director de la ONG Treball Solidari, la que ha creado el programa Confía, gracias al cual María ha hecho lo relatado. También la argentina Patricia Levy, a través del microcrédito, ha podido montar un bar de tapas, aunque su caso sea menos épico que el de María, confiesa, diciendo que lo de la ecuatoriana es algo que no está al alcance de la mayoría. Sierra, al que acompañan, además de las dos citadas emprendedoras, Mónica Ferrá, técnica en coordinación de grupos, precisa que el programa de inserción sociolaboral al que se dedica la ONG que preside consiste en, mediante el autoempleo de mujeres en situación de vulnerabilidad, ofrecer formación y acompañamiento, además de la concesión de los microcréditos, imprescindibles para poder desarrollar sus iniciativas. La ONG dispone de un capital de unos 100.000 euros, concedidos por diversos departamentos de la Administración Central y los ayuntamientos de Palma y Calvià.

Año 2000, nacimiento

La ONG nació en el año 2000 al constatarse la necesidad de poner en marcha proyectos de cooperación internacional. La crisis desatada en 2007 modificó sustancialmente la perspectiva, ya que cuatro años después, en 2011, se pudo ver que no era necesario irse lejos, al llamado tercer mundo, para dar con casos de vulnerabilidad, puesto que "la teníamos entre nosotros", destaca Toni Sierra. "Nos preguntamos qué podía hacerse; la respuesta fue la de que el autoempleo era la más adecuada, y de ahí que se iniciara el programa Confía", explica. Sierra quiere aclarar que "no somos una microfinanciera, sino una ONG", precisando que los microcréditos son tan solo un componente, esencial, pero uno, del programa Confía. La cuestión estriba en saber cuánto vale una buena idea, expone, por lo que cuando la tienen sobre la mesa establecen un programa de formación, acompañamiento y concesión del microcrédito para poder desarrollarla. "Lo que hacemos es abrir a las mujeres que nos exponen su proyecto, una vez establecida la imprescindible confianza, una línea propia de financiación, ya que el microcrédito es una herramienta muy eficaz", asegura. El dinero que se les presta lo han devolver con una tasa operativa (interés) del cinco por ciento, "porque no les damos un donativo, no hacemos caridad", señala.

El sistema operativo tiene como basamento el grupo, en la confianza que se establece entre las mujeres que la componen. "Todas las mujeres son solidarias con sus compañeras. No reciben el dinero a la vez, es el grupo el que decide en cada momento a quien se le da el microcrédito", explica Sierra. El perfil de las mujeres que tienen acceso al programa es el de las que viven en Mallorca en riesgo de exclusión social y financiera, que dispongan de un negocio viable, es decir: con capacidad de pago, además de ser "confiables", lo que supone compromiso y voluntad de pago.

Los microcréditos son "revolventes y progresivos". El primero es por una cuantía de 1.200 euros y paulatinamente se va accediendo a los de mayor cuantía a medida que se devuelve el anterior: 2.200 euros, 2.500, 3.300 y 4.400 hasta un total de 13.600 euros. "El acceso al trabajo -resalta Toni Sierra- es un derecho y una necesidad para que las personas puedan vivir con dignidad". "Esa es la razón -prosigue- por la que creamos proyectos que ayuden a mejorar las oportunidades laborales y condiciones de vida de las personas que se hallan en situación de vulnerabilidad, especialmente a las mujeres, que son un agente de cambio social y económico". Por qué las mujeres, Mónica Ferrá asegura que "por confiabilidad y porque son más responsables, porque la mujer tiene una visión más a medio plazo y mucha más facilidad para trabajar en grupo".

Salir de casa

Al preguntarle a Patricia Levy qué ha obtenido del programa Confía, responde que "durante cuatro años me ha posibilitado formarme y, al final, poder salir de casa, para ir probando, poniendo en marcha iniciativas hasta dar con una que ha funcionado; ha sido entonces cuando he solicitado el microcrédito que me ha permitido sacarla adelante". Comenta que se le ha presentado un problema con el aire acondicionado de su bar, por lo que ha tenido que solicitar un nuevo crédito para arreglarlo. "Los microcrédito me han ayudado mucho, como también el grupo, porque sabes que si tienes un problema puedes contar con la ayuda de las demás mujeres que están integradas en él".

Lo que están haciendo ONGs como Treball Solidari es cubrir, en parte, el hueco que han dejado las obras sociales de las desaparecidas cajas de ahorro. Antes, eran las obras sociales las que se ocupaban de facilitar actuaciones como las que hoy tienen que cubrir ellos. "Por ello -resalta Toni Sierra- el programa Confía es un elemento de inserción sociolaboral integral destinado a impulsar la autoocupación de mujeres que viven en una situación de riesgos de exclusión". "Los microcréditos se conceden en base a la confianza que se tiene en la persona", asegura, para añadir que "la confianza no puede verse y tocarse, pero se sabe cuando existe, y en ella nos basamos en el programa Confía; los resultados son plenamente satisfactorios, porque el porcentaje de quienes no han devuelto el crédito, siempre por razones que de fuerza mayor, es tan bajo que puede calificarse de insignificante". "Lo importante -insiste- es la metodología, el trabajo en grupo, que todas las compañeras sean solidarias con las integrantes del grupo".

El programa Confía se ha ido progresivamente extendiendo por buena parte de Mallorca, creando grupos de mujeres emprendedoras. En 2017 tiene en Palma 8 grupos, 2 en Calvià e Inca y uno en Manacor, Sineu, Pollença y Esporles. También se han trasladado a la península creándose 6 grupos en Barcelona, 2 en Madrid y uno en Sevilla.El programa establece que todas las personas necesitan disponer de oportunidades de trabajo para poder avanzar por sí mismas. Ante las debilidades que se observan en los mercados laborales locales, es imprescindible respaldar a aquellas mujeres (también hombres, aunque no en ese programa) que trabajan por cuenta propia en pequeñas actividades productivas o comerciales.

Desarrollo económico

Toni Sierra aclara que la ONG Treball Solidari respalda el desarrollo económico y social con el objetivo de erradicar la denominada pobreza extrema, así como promover la igualdad de oportunidades para las mujeres y poblaciones indígenas, mejorando la nutrición y el acceso a las fuentes de alimentación y de suministro de servicios básicos, como es el agua. Los trabajos de cooperación con el exterior se complementan con acciones de sensibilización y educación al desarrollo, orientadas a generar conciencia y promover los valores de justicia social en la sociedad española.

Los objetivos del programa Confía son mucho más concretos, son los de definir, acompañar y por supuesto financiar el desarrollo de itinerarios integrados que promuevan la inserción laboral, así como trabajar a nivel individual y grupal con las usuarias para empoderarlas y reforzar sus competencias personales y profesionales, además de abordar de forma integral los ámbitos personal, psicosocial, financiero y empresarial. También promueve crear las necesarias redes de apoyo mutuo basadas en la responsabilidad compartida, la confianza, el compromiso y la cooperación, lo que se traduce en ayudar a las usuarias a crear y fortalecer sus propuestas de negocio para que quede garantizada su autonomía económica. De ahí que se faciliten los microcréditos, sin necesidad de disponer de avales, basados en la confianza y la garantía del grupo, cuyas reuniones son quincenales y en las que se imparten "cápsulas formativas" al tiempo que se establecen vínculos solidarios entre sus miembros.

Rehacer vidas

Lo que se consigue con los microcréditos, resalta Sierra, es que las mujeres puedan rehacer sus vidas estando lejos de casa. Tanto María como Patricia insisten en que el programa Confía les ha permitido superar una situación personal y familiar extremadamente difícil, cosa que en el caso de María se hace muy evidente. Esta última se siente especialmente orgullosa de haber podido proporcionar educación a sus siete hijos. "No les puedo dejar nada en herencia -dice-, pero sí han podido tener estudios". Su caso es llamativo: aquejada de leucemia, todavía está en tratamiento, aunque la enfermedad se haya en fase de resolución, ha podido superar una situación sociolaboral enormemente complicada". María reitera que el programa Confía de Treball Solidari ha sido "decisivo" para que haya podido encauzar satisfactoriamente su vida.

El descalabro social que para muchas personas supuso la crisis económica, comenta Toni Sierra, hizo que en 2011 decidiéramos replantearnos nuestras actuaciones, que hasta entonces habían estado volcadas prioritariamente hacia el exterior. "Nos dimos cuenta -dice- que el problema estaba también aquí, que cada vez había más personas entre nosotros en claro riesgo de exclusión tanto económica como social, y que las mujeres con proyectos para empoderarse eran las más adecuadas para establecer actuaciones; de ahí que se haya puesto en marcha el programa Confía". "La crisis -sigue diciendo- ha sido de tal envergadura, que muchas de las situaciones con las que nos encontrábamos en el exterior las hemos tenido en casa, entre nosotros, por lo que establecer aquí variantes de los programas que se llevaban a cabo fuera ha sido muy necesario".

El programa Confía es un elemento de insercción sociolaboral integral destinado a impulsar la autoocupación de mujeres que viven en una situación de riesgos de exclusión. Cientos de ellas han recibido microcréditos que les han permitido poner en marcha sus proyectos. T.S.

La pregunta que en Treball Solidari se hicieron fue la de qué podía hacerse, siendo la respuesta la de ayudar a crear y financiar el autoempleo. El método de abrir a las mujeres una línea propia de financiación ha demostrado ser un sistema idóneo para obtener los objetivos que la ONG se propuso cuando en 2011 decidió actuar en Mallorca. La formación y el acompañamiento se consideraron desde el primer momento imprescindibles, pero el microcrédito ha sido la "eficaz herramienta" que ha posibilitado lograr resultados que se califican de altamente satisfactorios.

María y Patricia afirman que la "confianza en el grupo" es imprescindible para que sus iniciativas puedan desarrollarse satisfactoriamente. Una hija de Patricia está ahora en el grupo de María. De lo que se trata, enfatizan, es de que la solidaridad entre las mujeres del grupo sea el eje que permita la confianza y que todas puedan desarrollar sus iniciativas de autoempleo, llevarlas a cabo en las mejores condiciones posibles. Después, cuando la confianza ha quedado plenamente asentada, se llega a la etapa de los microcréditos, que son el instrumento imprescindible para que los proyectos se pongan en marcha.

Toni Sierra, el hombre que ha ideado y dirige todo el sistema, asegura que son una ONG que hizo acto de presencia con el advenimiento del nuevo siglo, en el 2000, para dar apoyo al desarrollo humano y facilitar el acceso a un futuro mejor a las personas que viven en situación de precariedad tanto en los países empobrecidos como en los desarrollados. "Hemos visto -concluye- como aquí, en Mallorca, también se dan situaciones que requieren nuestra atención, y hemos actuado".

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