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Presupuestos

Baleares, maltratadas y discriminadas

Los Presupuestos Generales del Estado privilegian a País Vasco y Canarias, al tiempo que maltratan y discriminan a Balears. La situación financiera de las Islas es analizada por economistas y profesores de la UIB

Toni Alcover, Amedeo Spadaro, Luís Quetglas y Pau Monserrat creen que el Estado no trata a Balears como se merece en los presupuestos . Guillem Bosch

La búsqueda de apoyos parlamentarios por el Gobierno de Mariano Rajoy para conseguir la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado ha hecho que los nacionalistas vascos y canarios sean decisivos, lo que se plasma en unas partidas para sus comunidades de miles de millones de euros adicionales. El PNV ha conseguido prácticamente todo lo que ha exigido. Los dos partidos nacionalistas canarios, Coalición Canaria y Nueva Canaria, a cambio de su imprescindible respaldo a las cuentas públicas, obligan al Gobierno a regar con unos dos mil millones de euros a la otra comunidad insular española. Balears, en cambio, cuyos nueve diputados, básicamente los cuatro de la mayoría (tres del PP y uno de Ciudadanos) no desempeñan ningún papel relevante, queda relegada, una vez más, al furgón de cola de las inversiones estatales.

Luis Quetglas, inspector de Finanzas en excedencia y vicepresidente del Cercle de Economía; Pau Monserrat, profesor asociado de Economía Financiera de la UIB, autor del libro La banca culpable; Amadeo Spadaro, profesor de Economía Pública en la UIB, y Antonio Alcover, profesor en la UIB de Economía Española y Mundial y de Economía Medioambiental en la Facultad de Turismo, diseccionan la situación en la que se halla la Comunidad Autónoma balear, que los Presupuestos Generales del Estado remitidos por el Gobierno al Congreso de los Diputados prácticamente pasen de largo de Balears, tenida por la comunidad autónoma peor financiada de España y sin visos de que vaya a resolverse el enquistado problema.

Luis Quetglas abre su exposición diciendo que lo que está acaeciendo constituye "un fracaso de una forma de hacer política". Dice quedarse "estupefacto" ante el hecho de que PP y PSOE, que albergan un concepto similar del Estado, den una baza tras otra a partidos nacionalistas, como son el PNV y Caolición Canaria, cosa que, en su opinión, es "incomprensible". "Los demás ­­vamos a tener que pagar la factura", sentencia, añadiendo que se está "ante un problema muy serio, porque lo que se ve en la negociación presupuestaria, es que se le dice a la ciudadanía que hay que votar a los partidos nacionalistas para obtener ventajas".

dilema del prisionero

Antonio Alcover sostiene que el responsable último del cambalache al que estamos asistiendo es el sistema electoral español, que califica de "perverso"; es la Ley Electoral y el sistema de partidos los que han conducido hasta donde nos encontramos. Alcover lo define como "el dilema del prisionero", en el que ocurre que los dos presos deciden no cooperar (PP y PSOE) y así se llega al peor resultado posible. Lo que debería hacerse, aduce, es instaurar el sistema electoral francés de doble vuelta o el alemán.

Pau Monserrat ofrece unas cifras concretas para evidenciar la discriminación a la que el Gobierno somete a Balears. La red viaria canaria, sus carreteras, dispondrán en los Presupuestos de una financiación adicional de 80 millones de euros, mientras que la red balear se queda en 15, a lo que hay que sumar el incumplimiento del Convenio de Carreteras en los Presupuestos autonómicos, que acumulan un déficit de 105 millones de euros al recibir del Estado tan solo los citados 15 millones. "Nuestro sistema fiscal es Frankenstein y en él Balears resulta ser la pata coja", afirma, porque su financiación corriente está radicalmente descompensada. Para Monserrat la actuación de PP, PSOE y Ciudadanos, su comportamiento presupuestario, beneficia a los partidos nacionalistas, apreciación en la que coincide plenamente con la expuesta por Quetglas.

Amadeo Spadaro tampoco se entretiene en divagaciones. "Quien no llora no mama", manifiesta, precisando que "es imprescindible saber llorar". Dice que si se es un representante de Balears y hay que negociar resulta imprescindible sentarse teniendo propuestas claras, proyectos estudiados y disponer de argumentos difíciles de rebatir por la parte contraria. Spadaro destaca que la población de las Islas es de 1.104.000 habitantes siendo la renta per cápita de 2.177 euros, pero se da el caso de que Balears, a lo largo del año, ha de prestar servicios públicos a una población sensiblemente superior dado su volumen de turistas, 10 veces superior al de la población censada, que es la que se utiliza para cuadrar la financiación. "Si me siento a negociar con alguien más fuerte, que es lo que sucede cuando se hace con el Estado, la técnica no puede improvisarse, no hay que limitarse a presentar un único proyecto, sino que hay que poner un centenar sobre la mesa", asegura. "Si los nueve diputados que Balears envia al Congreso se olvidaran de su adscripción partidista y defendieran los intereses de aquí exclusivamente su fuerza se multiplaría por cien, la élite que gobierna el país se vería obligada a tomar decisiones favorables a Balears".

Luis Quetglas destaca que en Balears está prevista menos inversión pública que la del pasado año enfatizando que a lo largo de los últimos 12 siempre ha estado a la cola, en el último o penúltimo lugar, resultado de "un sistema perverso", de que "Balears no ha hecho valer el peso que realmente tiene". El vicepresidente del Cercle de Economía es contundente al decir que "PP y PSOE dejan muy claro una y otra vez que hay que votar a los partidos nacionalistas si se quiere obtener algo positivo", reiterando que el sistema actual es "discriminatorio" con respecto a Balears, lo que lleva a Alcover a destacar que "aquí no ha existido y no existe una agenda de inversiones", que tendría más sentido obtener una financiación autonómica adecuada, que ya lleva tres años de retraso.

Opina que Canarias tiene muy claro para qué quiere el dinero, "mientras que nosotros, no". "Nuestra propia desunión proporciona excusas para que se mantenga la situación actual", resalta, con el resultado de que "estamos infrafinanciados en gasto corriente y en el mantenimiento de las infraestructuras.

Lo que debería hacerse, aclara, es "buscar complicidades con Canarias, que son las que más se nos asemejan, dejarnos de Cataluña o Valencia". "En esos momentos defender el denominado eje mediterráneo no tiene mucho sentido", afirma, precisando que sí lo tiene el régimen fiscal especial, para lo cual sería positivo negociar junto a Canarias.

"¿Por qué PP y PSOE nunca han jugado a favor de Balears?" A su pregunta responde Pau Monserrat diciendo: "porque aquí nunca se ha votado a partidos nacionalistas". El autor de La banca culpable dice que hay que fijarse detenidamente en lo que sucede en Canarias, "donde sus ciudadanos saben exactamente qué hay que hacer para salir beneficiados". También incide en la dificultad añadida que supone que en Balears se vote por islas, desatendiéndose las unas de las otras, lo que se acaba de evidenciar en el divorcio entre Més por Menorca y Més por Mallorca.

poca exigencia

Amadeo Spadaro plantea una batería de preguntas: ¿qué hacen los grandes hoteleros? ¿Por qué no presionan en Madrid para corregir la situación? ¿Por qué no le dicen a Rajoy que nos está dejando con el culo al aire? ¿Qué hace la sociedad civil? "Si los ciudadanos paralizaran la actividad en Madrid se verían obligados a reaccionar", insiste, reiterando que "lloramos poco y mal". "Es cierto que la sociedad civil está siendo muy poco exigente", añade Quetglas.

Interviene Luis Quetglas precisando que en el Estado hay estructuras que funcionan y otras que no, lo que lleva a Antonio Alcover a opinar que debería ser "más visible" el papel que desempeña, "puesto que los ciudadanos no lo perciben adecuadamente, y eso, sumado a la forma de negociar los Presupuestos Generales, hace que España pierda la necesaria cohesión".

Pau Monserrat es más contundente: "sí, España se esta desestructurando tanto política como económicamente", afirma, destacando que el mensaje que se trasmite es el de que "no se penaliza el nacionalismo, al tiempo que se percibe que sí penaliza el sentimiento de ciudadanía española", aduce, sentenciando que "en Balears, con los Presupuestos que se están tramitando en el Congreso, no se gana a nadie para la causa de España".

Luis Quetglas insiste en la necesidad de que la sociedad civil haga valer su fuerza, levante la voz para exigir que a Balears se le dé el trato financiero que le corresponde, que no siga siendo sistemáticamente maltratada y discriminada. "Si, para empezar, nuestros nueve diputados fuesen independientes la situación mejoraría, sería sensata, porque lo de ahora es una insensatez", dice.

Antonio Alcover incide en la necesidad de contar con un régimen especial adecuado a las necesidades de las Islas y de disponer, de una vez por todas, de un sistema de financiación autonómica que dé respuesta a las necesidades que hay planteadas. "Son ya tres años de retraso los que lleva acumulados la renovación del sistema de financiación, y esa es una situación que de ninguna manera puede seguir prolongándose", asegura tajante. Vuelve a la Ley Electoral en vigor para decir que su perversidad radica en que da a los partidos nacionalistas una oportunidad de negociar cuestiones básicas, como son los presupuestos, en una situación de superioridad, al verse impelido el gobierno de turno a asumir sus demandas, porque de lo contrario las cuentas públicas no pueden ser aprobadas. "Al no cooperar los dos grandes partidos el resultado que se obtiene es el peor de los posibles, es lo que lleva aparejado un sistema electoral, que debería reformarse", sostiene.

Luis Quetglas también insiste en el "fracaso" de la política que se está haciendo en España. Su "estupefacción", insistirá, viene dada por la imposibilidad que exhiben PP y PSOE, cuya concepción del Estado ve similar, en dejar el campo libre a los partidos nacionalistas para que saquen la mayor tajada de la negociación presupuestaria. Observar al único diputado de Nueva Canaria, Pedro Quevedo, que obtuvo el escaño yendo en coalición con el PSOE, reunirse en Madrid con la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y con el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, para negociar un paquete de inversiones que ronda los 500 millones de euros, conduce a la "estupefacción" de Quetglas y a que considere "incomprensible" lo que está ocurriendo, porque todos los demás, vuelvo a decirlo, tendremos que pagar la factura".

convenio de carreteras

Pau Monserrat, a su vez, dirá que el ejemplo del Convenio de Carreteras define perfectamente el despropósito en el que están mutando los Presupuerstos Generales debido a la negociación en la que se ha adentrado el Gobierno de Mariano Rajoy. Que el déficit que se desprende del Convenio alcance los 105 millones de euros, debido a su flagrante incumplimiento, es algo que no tiene justificación posible. "La situación es tan notoriamente absurda que puede dar resultados que constituirán un agravio enorme entre comunidades, y, como siempre, Balears sale mal parada".

Para Amadeo Spadaro no hay que dejar de lado la fuerza de presión que en un momento dado pueden ejercer los hoteleros. No le vale el argumento de que la mayor parte de su negocio radica fuera de Mallorca, porque, opina, si la situación hipotéticamente llegase a deteriorarse hasta el extremo de que la oferta se resintiese seriamente: falta de limpiza, deterioro de las infraestructuras..., sus pérdidas serían considerables. "De ser cierto que no presionan porque no tienen suficiente interés, su estrategia es muy miope", afirma.

En lo que los cuatro coinciden plenamente es en la urgencia de que desde Balears se haga llegar a Madrid, al Gobierno, la urgencia de revisar a fondo la financiación de las Islas. Se tiene que hacer valer el peso económico que tienen las Balears, aunque su peso político sea escaso y no se pueda confiar en la actuación de lods diputados electos por la circunscripción balear. "Los ciudadados de las Islas vamos a tener que pagar buena parte de la factura de lo que el Gobierno ha negociadocon vascos y canarios", aseguran.

¿Habrá cambios en el futuro? El panorama que vislumbran los cuatro no es optimista. Desde la "perversa" Ley Electoral pasando por un sistema de financiación muy deficiente hasta llegar a una negociación presupuestaria en la que Balears no tiene arte ni parte, nada invita a pensar que en los tiempos venideros la situación pueda modificarse sustancialmente. La reforma del modelo de financiación de las comunidades autónomas será la piedra de toque de cuáles pueden ser las aspiraciones de Balears de mejorar su hoy calamitosa financiación, plasmada otra vez en los Presupuestos Generales del Estado.

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