Se encuentra Jarabo con un amigo y le cuenta que le quieren echar del partido y está preocupado. El amigo le dice que el truco reside en que, pase lo que pase, parezca que el que se quiere ir es él. De modo que el día en que se reúne con sus diputados y estos le dicen que no le quieren ni en pintura, entre otras peras por haragán, el bueno de Jarabo según le están diciendo que se largue va y suelta que él se va. Como el tipo del chiste al que su mujer, harta, le tira por la ventana y, según cae, grita para que le oigan los vecinos ¡Y ahora me voy!
Resumiendo que, si como tanta gente, usted creía que Podemos era un partido nuevo y con formas participativas, pues tururú. Despachemos a los nuevos salvadores. Desilusionarse con estos, al menos, sí que es nuevo.
