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Oblicuidad

El tuit modoso de la estrella del porno

Suele olvidarse en los análisis más sesudos, pero la pornografía es el otro nombre de internet. La denominación "estrella del porno" no solo compite ventajosamente con "estrella del cine" a secas, sino con la condición estelar en cualquier otro desempeño artístico. La red ha alargado la vida de las actrices "para adultos" ya retiradas, que además se propagan en las redes sociales con un lenguaje más pío que la madre superiora Marta Ferrusola demandándole unos "misales" o millones a su banco andorrano.

Esta semana, el mundo se ha conmovido con el titular "Una estrella del porno es atacada por un tiburón mientras grababa un spot". Conviene aclarar que la grabación casi mortífera no contemplaba ningún tipo de contubernio entre mujer y escualo. El agresor hirió a la profesional en el pie, lo cual situa el incidente sin duda sexual en el ámbito de la podofilia, pulsión hasta ahora indetectada en tiburones.

La víctima de la agresión es la estadounidense Molly Cavalli, que no debe confundirse con la "estrella del porno" canadiense y ya jubilada Capri Cavanni. Las denominaciones de la galaxia "adulta" son más excitantes que su despliegue de contorsiones. En menos de un día, medio millón de páginas relataban el encuentro sadomasoquista con el tiburón, un volumen de información muy superior al que genera un ser humano vulgar en toda su existencia.

Las "estrellas del porno" arrastran un millonario séquito de admiradores, que sin duda han memorizado los vídeos de sus mitos. Sin embargo, en twitter o facebook se dirigen a sus diosas como si fueran lánguidos enamorados decimonónicos. La cháchara insulsa de las redes sociales se concentra con especial avidez en el intercambio entre los forofos de una actriz para adultos y su mito. Tomemos a la húngara Rita Faltoyano, que en sus películas ha tenido más encuentros físicos que Jean-Claude van Damme.

Retirada en la campiña británica, la encantadora Rita mantiene una cuenta en twitter con treinta mil adeptos. En contra del frenesí desbocado de sus vídeos, aquí tuitea enunciados pudibundos y fotos ofensivas por su castidad. El diálogo con su grey se mantiene en el tenor adolescente de "vuelve a rodar, necesitamos tus películas". La respuesta también protocolaria se refugia en que "fue una etapa muy bonita, pero está cancelada". Las redes sociales han desnudado la emotividad oculta de la pornografía, Wikipedia también se dedica con énfasis colectivo a biografiar a miles de "estrellas del porno".

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