Diario de Mallorca

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360 grados

¿Qué tiene que ocurrir en este país?

Sí, ¿qué ha de ocurrir en este país para que la ciudadanía finalmente reaccione? ¿Cuántos escándalos tienen que destaparse aún? ¿Cuántos políticos venales tienen que ser desenmascarados?

¿Cuántas mentiras están los ciudadanos dispuestos a seguir tragándose sin rechistar? ¿Cuánta manipulación de las instituciones? ¿Cuánta desfachatez y nada disimulada soberbia por parte de quienes nos gobiernan?

¿Cómo es posible, se pregunta uno, que se nos siga mintiendo con tamaño descaro? ¿Cuánto tiempo más tendremos que aguantar que a los ciudadanos se nos trate como a imbéciles?

¿Cuándo dejarán los políticos de ese partido de ver en España sólo su particular cortijo? ¿Cuándo aprenderán a conjugar los verbos "dimitir" o "destituir" como se hace - y por mucho- menos en otros lugares?

"No hay nada de qué arrepentirme", declara desafiante uno, sorprendido en un renuncio. Mientras, el presidente del Gobierno, el hombre que nunca estuvo allí, se pone una y otra vez de perfil, como si no fuera con él la cosa.

El fiscal jefe anticorrupción se dedica a poner trabas en las ruedas de quienes tratan de perseguir a los corruptos mientras el ministro de Justicia echa a todos un capote.

Unos se tapan a otros y lo hacen convencidos de que en este país se puede mentir una y otra vez impunemente, sin que, como por desgracia hemos visto, ello le pase factura al mentiroso.

Se llevan a cabo hábiles maniobras para entorpecer las investigaciones de la justicia mientras se dice con la mayor desfachatez del mundo que nadie ha luchado tanto aquí nunca contra la corrupción.

¿Y qué hace el partido que pretende ser el relevo del que nos gobierna? Acusar al grupo que ha surgido a su izquierda de no perseguir otro objetivo que el de destruirle.

Y enzarzarse de paso en una guerra interna en la que más que los programas cuentan las lealtades o enemistades personales sin que se les explique a los votantes por qué deberían decidirse por este o aquel candidato.

Mientras tanto, los partidos nacionalistas van a lo suyo, tratando de sacar la mayor tajada posible o no quieren ya saber nada de "un sugestivo proyecto de vida en común", que diría Ortega. ¡Es el país que tenemos!

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