Si por apuntar al fúmbol a tu niño das gustazo que nadie diga que eres de animal un gran pedazo; que aunque sea delantero, centrocampista o defensa, no pueda creer el crío que su papito no piensa. Digo yo que si salieran cogiditos de la mano los niños de sus papás igual todo era más sano: presentas a tu papá al papá del contrincante al empezar el partido, igual con eso es bastante. Qué sensación da que te quieran atrapar. ¡Es horrible!
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