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Capital Europea de la Cultura y 9 razones más para ir a Chipre

Lefkara. Enrique sancho

Leonardo da Vinci buscando un mantel, Ricardo Corazón de León de cruzadas, Afrodita saliendo de entre las aguas, Lázaro el de "levántate y anda", una ciudad dividida como Berlín, luchas de gladiadores, hombres del Neolítico, fiestas y playas como las de Ibiza, 20 platos diferentes en una sola comida, el vino con denominación de origen más antiguo del mundo y la Capital Europea de la Cultura 2017, todo esto es Chipre. Hay muchas razones para ir. Estas son solo diez en dos capítulos.

1. Ir al encuentro de Afrodita

Cuenta la leyenda que, de entre todos los lugares del Mediterráneo donde Afrodita, la diosa más querida del Olimpo, pudo elegir para tentar a los hombres, fue Chipre el elegido. Tenía todo lo que la diosa del amor, la belleza y la fertilidad podía pedir: un mar transparente, una naturaleza virgen, unas gentes familiarizadas con las aventuras terrenales de los dioses... Y, efectivamente, ese lugar existe. En el tramo más bello del litoral de Chipre entre Pafos y Limasol, se encuentra la Roca de Afrodita, el punto exacto donde la diosa emergió de las aguas en una concha tirada por delfines. Es un conjunto de tres extrañas rocas, de naturaleza inhabitual en la zona, próxima a una playa con guijarros que en primavera y verano se llena de grupos de turistas que fotografían incansables las tres míticas rocas. La tradición popular dice que si una mujer infértil ata un lazo a un matorral cercano a la roca, Afrodita le ayudará a curar su problema, los más atrevidos dan una o varias vueltas nadando alrededor de la roca confiando en que, según otra tradición, rejuvenecerán un año por cada vuelta.

2. Viajar a la Prehistoria

El asentamiento neolítico de Choirokoitia, se encuentra en la ladera de una colina en el valle del río Maroni, a mitad de camino entre Limassol y Larnaka y a tan solo 6 km de la costa sur de la isla y es uno de los yacimientos prehistóricos más importantes en el Mediterráneo oriental. Se cree que fue ocupado desde el siglo séptimo hasta el cuarto antes de Cristo y se trata de la cultura más antigua conocida en la isla. En 1998 la Unesco lo inscribió como Patrimonio de la Humanidad.

Parece que llegó a albergar una población de entre 300 y 600 habitantes, lo que la convertían en una gran metrópoli de la época, que se dedicaba principalmente al cultivo de cereales, la recolección de pistachos, higos, aceitunas y damascos, la caza y la cría de ganado. El sitio, sólo ha sido excavado en parte, por lo que constituye una reserva arqueológica excepcional para futuras investigaciones.

3. Seguir los pasos de Da Vinci

El pintoresco pueblo de Lefkara, célebre por sus bellos bordados fue visitado al parecer por el mismísimo Leonardo da Vinci en 1481 para encargar un mantel de encaje para el altar del Duomo de Milán donde aún se encuentra, hoy en día. El famoso dibujo que da Vinci diseñó para el encaje es reproducido por casi todas las habitantes de la villa para venderlo a los turistas.

Además de comprar el mítico mantel o platería, que es famosa en todo Chipre, se recomienda también contemplar en la Iglesia de la Santa Cruz un pedazo del lignum crucis que Santa Elena, la madre del emperador Constantino, se trajo "por error" a la isla, porque creía que estaba en Grecia.

4. Ver donde Lázaro yace enterrado

En Lárnaca, la tercera ciudad más grande de Chipre, se encuentra la iglesia de San Lázaro, que toma el nombre del personaje de la Biblia que fue resucitado por Jesucristo y que, según la tradición ortodoxa, tuvo que huir a Chipre desde Judea. Una vez allí, fue nombrado primer obispo de la ciudad, donde vivió durante 30 años más hasta que murió por segunda vez y fue enterrado en la Iglesia con su nombre.

Y es que, Lárnaca es una ciudad llena de historia, donde conviven iglesias como la de San Lázaro o la de Angeloktisti, una de las seis únicas en el mundo con mosaicos del siglo VI, con fortalezas bizantinas, acueductos otomanos del siglo XVIII o incluso, con mezquitas como la de Hala Sultan Tekke, que se alza majestuosa a orillas de un lago salado repleto de flamencos, y que también aloja una tumba ilustre, la de Umm Haram, la nodriza de Mahoma.

5. Una ciudad con dos países

Nicosia, como la conoce el mundo, Lefkosia, como la llaman los grecochipriotas o Lefkösa los turcochipriotas, es la única capital del mundo que todavía tiene un muro que la separa en dos, aunque ambas partes permanecen unidas dentro de una muralla medieval circular del siglo XVI, toda una contrariedad... Mientras que en la zona turca a las 18 horas las tiendas repletas de especies y de bolsos de imitación empiezan a cerrar y se preparan para el rezo, en la zona chipriota, las calles se iluminan, las terrazas de los cafés y restaurante se empiezan a llenar, especialmente los de la calle Ledra, la más comercial y de ocio que justamente acaba en la frontera.

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