Adicciones en la vida hay muchas- Al amor, al deporte, al trabajo, al teléfono móvil... Todas al final, incluso las buenas y sanas, acaban volviéndose tóxicas porque, en exceso, se convierten en perjudiciales. Al lío. Cuando hablamos de adicciones mañaneras seguro que la primera palabra que se les viene a la cabeza es cafeína. Aunque otros quizás respondan nicotina.Y, ya que estamos confesando, yo digo que lo primero en lo que pienso al despertarme es en chocolate caliente. Pero sin discursión, el rey por excelencia es el café, y nada arranca en este país, no se levanta ni una persiana, sin una buena dosis de esta bebida estimulante que llegó de Etiopía hace ya varios siglos.
Para que se hagan cargo de su importancia, hoy en día, el café es la segunda mercancía más comercializada del mundo tras el petróleo y al año se beben unas 400.000 millones de tazas. De todos modos, a mí hay un dato que es el que más me llama la atención y que refleja claramente lo que hablaba al principio del poder y de los excesos de las adicciones. La información nos transporta hasta el Imperio Otomano. Por áquel entonces existía una ley por la que las mujeres se podían divorciar si los maridos no les proporcionaban una taza de café diaria. Así que, si buscaban una excusa para acabar con su relación, ya tienen una más. El café siempre gana.
Infierno, pecado, amor
Según un proverbio turco, "el café perfecto debe ser negro como la noche, ardiente como el infierno, fuerte como el pecado y dulce como el amor". No sabemos si Toni Vallcaneras, uno de los directores de Arabay Coffee Roasters Since 1952, haría suyas estas palabras. Lo que sí tenemos muy claro es que de café, sabe mucho. Y de eventos de inauguración también. Porque la que "lió" el pasado jueves en Palma fue un bombazo. Para empezar, convirtió Ciutat en la capital cafetera de Eurpa con la apertura de uno de los mejores centros de café de Europa. Y segundo, porque hablar de cultura, de historia y arte a través de granos y semillas tostadas es un lujo.
De los primeros en llegar al acto, que congregó a varios centenares de invitados, Mercedes Ramis y Llorenç Pericàs. Cogieron mesa y se atrevieron a probar las distintas variedades. También brindaron -no con cafeína, sino con té, cava y zumos varios- Víctor Parody y Ramona Buhus o Rosario Zambrano y Yael Dobniewski, que además aprovecharon el buen tiempo -¡cómo se agradece ya este sol primaveral!- y se instalaron en la terraza.
El establecimiento del Arabay Coffee Roasters Since 1952, está formado por tres espacios y engloba las nuevas tendencias del café en el mundo, basados únicamente en los cafés arábicos. Recorrieron todo su interior Álex y Marta Javaloyas junto a Marina Noguerol.
Descubrieron, por ejemplo, la planta donde se ha instalado una escuela de formación para baristas (camareros especializados), tostadores y de latteart. En este espacio también se llevarán a cabo catas, talleres y degustaciones dirigidas al gran público.
La pequeña Lluna, junto a Neus Cloquell, Marcos Vanrell y Eudald Lloveras, cogió sitio en un sofá de la primera planta, la tienda propiamente dicha. Mezcla de olores, variedad de sabores... una experiencia única de la que además te animan a participar Noelia Ripoll y Biel Modino, dos de los empleados del establecimiento. Tampoco quisieron perderse esta puesta de largo Pep Vanrell y Bernat Coll, presidente de PIMECO, que estuvieron buena parte de la tarde con Miquel Vallcaneras.
Baco benéfico
En una copa de vino cabe todo. Llena o vacía. Sueños, promesas, esperanza, olvidos, amistad, desamor... y también la solidaridad. Desde aquí aplaudimos pues, la iniciativa de las bodegas que conforman la DO Pla i Llevant que decidieron presentar los caldos de sus nuevas añadas con un evento diferente. A disposición del público, un centenar de vinos blancos, rosados, tintos y espumoso con una condición: todo lo recaudado con las entradas iría destinado a la Fundación Natzaret. Así que su director Guillem Cladera, acompañado por su mujer, Isabel Gordiola, estaban emocionados y muy agradecidos al presidente del Consejo Regulador, Antònio Bennàssar, que ejerció de anfitrión.
Con la colaboración de la IGP Sobrassada de Mallorca, el CR Ensaïmada de Mallorca y la DOP Queso de Mahón-Menorca, en el GPRO Valparaíso Palace Hotel & Spa, vimos, por ejemplo, a Lorena Fernández, imagen de las bodegas, que acudió acompañada por su hermana Victoria Fernández. Muy divertidas e intentando hacerse un selfie copa de vino en mano, las amigas Margarita Fiol y Adelaida Delgado.
Aficionados al vino, quien sabe si futuros sumillers, Nayra Martínez y Albert Riera o Lucas Reus, Neus Beltrán, Pere Crespí y Jaume Bergardà. Teo Martín, una simpatiquísima María Rosa Salinas, Adriana Ramos y Miquel Servera chocaron sus copas mientras intentaban ponerse de acuerdo sobre qué variedad de uva llevaba el vino que acaban de probar. Juntos, y revueltos, Gema Muñoz Briseño, Águeda Ropero, Ana Méndez, Javier Vidal, Mercedes Fernández y Loli Ordóñez.
Un mundo a través de las ventanas
Una mudanza de un barrio a otro no es solo un traslado de muebles. Es un cambio de vida que, en ocasiones, puede resultar tan fascinante que se comience a percibir el mundo que nos rodea de manera diferente. La misma flor no parece igual desde esa nueva ventanta aún sin cortinas; el mismo mar ahora parece más azul e inmenso que ayer. Quizás sea el cambio de ángulo, quizás sea la actitud. Lo cierto es que Rialto Living, con Bárbara Bergman a la cabeza, siempre ofrece la posibilidad de escapar de la rutina y de mirar con otros ojos. Y en esta ocasión lo hace de la mano del artista Adrian Elgie.
Como en la mayoría de las inauguraciones, y más si se trata de una exposición, podemos encontrar dos tipos de invitados. Aquellos que miran a su alrededor, que pueden dedicar unos minutos a perderse en el trazado firme del artista, o aquellos que son fieles a los canapés y cócteles de la fiesta. Lo hemos hablado -y escrito- ya en ocasiones anteriores. El maldito postureo.
Olvidando este grupo, da gusto poder charlar de forma distendida con, por ejemplo, Luis Maraver o el galerista Fran Reus. Apreciaron el trabajo como paisajista contemporáneo de un Elgie que, en Mis nuevas vistas, "capta los continuos cambios y transformaciones de la naturaliza debidos al clima, a las estaciones y sus consecuencias". Así, en las paredes de Rialto Living cuelgan cuadros de pinceladas sueltas, con superposiciones transparentes y mucho color. Los cáctus de Portals, el campo de Orient, el Santuario de San Salvador de Felanitx... son algunos de los motivos que admiró María Navalón, directora de Marketing del grupo Marugal, o la organizadora de eventos Mariana Chacón. Junto a ellas, Alicia Polo, de la revista Lux, o las amigas Antònia Sagristán, Carmen Matarín y Ana López de Soria. Tiempo para conversar tuvieron también Nicky Roberts, Kerstin Wilson, David Pérez, Ann Martin, Helen Shaw y Mónica Peña, un grupo multicultural que lo mismo valoraba el trabajo del artista en sueco o inglés que se atrevían con el castellano. Todos los calificativos de la fiesta y la muestra fueron, por cierto, positivos.
Un canto a la vida
El brillo en los ojos de Tina Moranta se debía a tres razones: sus amigos, muchos de la infancia, reunidos en una única noche; la presencia de sus dos hijos Luis y Carlos Clar, y el recuerdo de su madre Encarnita, que falleció siendo muy joven. "Ella es uno de los motivos de esta fiesta. Cumplir medio siglo es todo un canto a la vida, un homenaje a mi mamá. Hoy soplaré las velas con mucha intensidad".
Y no le sobra energía a Tina, una todoterreno que no paró de bailar durante toda la noche en el restaurante de Es Baluard, donde juntó a sus íntimos, más de una treintena, para que le ayudarán a cruzar y afrontar el cambio de década con nuevas fuerzas. "Es muy divertida, muy amiga de sus amigos, muy leal", cuentan Dori Maestro e Inma García. "No pide nada a cambio y, sin embargo, ella te lo da siempre todo", añaden Daniel Crespo, Juan Carlos Canet y Benigno Marín. La adoran incluso los amigos de sus hijos, que sí confesaron que es una mamá "exigente como todas" pero que siempre busca el lado positivo de las cosas". "Siempre nos apoya".
De los primeros en llegar a un cumpleaños que "exigía" un dress code para los caballeros formado por americana sin corbata y para las señoras vestido largo, cóctel o sexy, los más jóvenes: Francisco Vidal, José Luis Barbero, Miguel Canel o Jimena González. También familiares de la homenajeada como Paula Moranta (sobrina de Tina) o Clara Proset (su ahijada).
El grupo más numeroso, siempre formado por mujeres. Mónica Roig, Eugenia Frau, Mercè Melià, Cati Amengual, Ana Veny, Mercè Melià, Inmaculada Cabot o Mariví Ros. Todas pedían una foto con la cumpleañera que, gajes del oficio -es experta en protocolo- iba de un lado a otro supervisando que todo estuviera a gusto de sus invitados. "Es que es una anfitriona perfeca", se oyó decir a Aina Llobera. Besos y abrazos hubo muchos. Entre María Jesús Giménez, Gabriel Vallejo, María de los Ángeles Cortés y Guadalupe Ortega o entrePep Prats, Xisca Sastre, Carlos García-Farias y Sofía de Reina. Sin olvidar a Vanessa Dumpert y José Manuel Velasco, otras de los amistades de toda la vida de Tina.
