El pasado día 8, miércoles, estaba convocado un paro entre las 12.00 y las 12.30 para reivindicar los derechos de la mujer y, de paso, denunciar la situación que ha conducido a que en lo que llevamos de año ya sean 16 las mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas. Bien, pues en el centro donde trabaja quien suscribe, que es grande y poblado, detuvo su actividad una persona, yo mismo. Bajé a la calle, me senté en un banco, leí media hora y allí no apareció absolutamente nadie. Sin embargo, cuando de lo que se trataba era de denunciar las tonterías de Bauzá todos vestidos de verde, de arremeter contra la LOMCE o de solidarizarnos con las víctimas de los terroristas vascos (que mataban menos) recuerdo la misma calle completamente llena. ¡Qué ascazo! ¿No?
Oferta Flash
Suscríbete a Diario de Mallorca durante nueve meses por tan solo 9,99 euros
Los puntos sobre las uves