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Oblicuidad

Los Oscars para votantes de Trump

Los Oscars para votantes de Trump

Europa comete el error de examinar los Oscars desde su chovinismo intelectualoide. A lo sumo, efectúa sus predicciones desde el chovinismo intelectualoide de las costas Este y Oeste de Estados Unidos. Sin embargo, dicho país viene gobernado por Donald Trump. Una valoración ajustada de la ceremonia del próximo domingo obliga a introducir esta variable en la ecuación.

Verbigracia, Manchester frente al mar es el primer largometraje poblado íntegramente por votantes de Trump, pese a lo cual ha cautivado a los chovinistas franceses. El solipsismo de Casey Affleck solo se explica por haber votado al actual presidente, estigma que comparte con su hermano Kyle Chandler, su exesposa Michelle Williams y su excuñada Gretchen Mol. Su sobrino adolescente Lucas Hedges votará inevitablemente la reelección de Trump en 2020.

Comanchería no se distingue únicamente por ser la mejor candidata a los Oscars. Los hermanos atracadores Chris Pine y Ben Foster son carne de Trump. El jurado está reunido en el caso del sheriff Jeff Bridges. No cabe discutir su inequívoco voto Republicano, pero también podría ser un disidente porque cuesta imaginarlo entre los cortinajes dorados del presidente. La misma duda resalta en el Kevin Costner de la impecable Figuras ocultas, redimido cuando derriba el cartel del cuarto de baño para mujeres de color. El actor conservador interpreta a un votante de Trump arrepentido.

Cincuenta sombras más oscuras no sobresale entre las candidatas a Oscar, pese a su encuadre con La La Land. Sin embargo, los votantes del actual presidente hubieran regado de nominaciones a la fábula sadomasoquista. La historia de una Dakota Johnson que pese a ser maltratada al estilo Trump decide votarle, recibiría la estatuilla a la mejor película desde la Casa Blanca.

Por decepcionante que sea La La Land, a nadie se le ocurriría identificar a la chispeante Emma Stone como una votante Republicana. Es demasiado aburrida para ello, según se comenta en la propia película. En cambio, Ryan Gosling exhibe todos los síntomas del hombre blanco frustrado que acabará cayendo en las garras del magnate del pueblo.

Nadie debería confundirse con Hasta el último hombre, producto antibelicista que horrorizaría a Trump. Los alienígenas de La llegada, en cambio, despiden un inequívoco aroma ultramontano. En cuanto a los protagonistas de Paterson, no serían capaces de encontrar el colegio electoral.

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