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Redes sociales

Los pájaros atacan en internet

La muerte de Bimba Bosé desató en Twitter el último episodio de salvaje linchamiento en las redes sociales. Los expertos aseguran que estas conductas son difíciles de perseguir y que las condenas son escasas, aunque el Supremo acaba de dictar un año de cárcel para el líder de Def Con Dos por unos tuits

Los pájaros atacan en internet

Twitter surgió como el reverso responsable de redes sociales más vulgares e insustanciales, la elegida por intelectuales y políticos para escandir sus pensamientos en 140 caracteres, el altavoz para difundir noticias veraces más rápido que cualquier otro medio de comunicación. Pero de un tiempo a esta parte parece haberse convertido en un vertedero. El pájaro de Twitter, tan semejante a la paloma de la paz, deviene con demasiada frecuencia, como en la película de Hitchcock, en un pajarraco de una crueldad abismal, que no respeta sentimiento alguno, ni siquiera el dolor de unos familiares que acaban de perder a un ser querido.

El caso del fallecimiento por cáncer de Bimba Bosé, la sobrina del Miguel Bosé, ha desbordado todos los límites. Los tuits que respondieron a la emotiva y desolada despedida del tío de Bimba son tan insultantes, tan ofensivos incluso para la persona de Miguel Bosé, que hasta la fiscal de sala de Criminalidad Informática, Elvira Tejada, ha abierto diligencias para investigar si se ha producido un delito de odio. Muchos de los insultos -uno de los cafres se dirigió a Bosé como "anciano maricón" y otro dijo que la muerte de Bimba era un "castigo por lesbiana"- tienen un claro tinte homofóbico y podrían entrar dentro del tipo penal previsto. Hasta el periodista Antonio Burgos le sacó punta a la despedida de Miguel Bosé, cargando contra el laicismo en un tuit muy criticado.

En puridad, la fiscal no podría perseguir las hipotéticas injurias que hayan podido lanzarse contra Bimba Bosé, aunque éstas sean más que evidentes. "Las personas fallecidas no son injuriables", sentencia el abogado Miguel García Vigil, de la firma Ontier en Oviedo. Por una razón obvia: se trata de un delito, el de injurias, que debe ser denunciado por la víctima. Otra cosa es que los familiares de la fallecida puedan emprender acciones civiles contra las personas que se han mostrado tan ofensivas, o que el propio Miguel Bosé persiga los insultos que le han dedicado. "Pero no creo que los Bosé estén por la labor", cree Miguel Vigil.

Para este abogado sería importante que la Fiscalía terminase actuando en este caso."Aunque sólo sea para romper con la imagen de impunidad que rodea Twitter, para acabar con esa idea de que puedes soltar cualquier burrada y quedarte tan tranquilo. No todo está permitido", dice. Vigil no tiene palabras para calificar los insultos a Bimba. "Son un horror: antes la gente soltaba estas cosas en su casa o en el bar. Ahora, si se me permite la expresión, el tonto del pueblo tiene Twitter", califica.

Lo cierto es que es muy difícil perseguir estos insultos. Al cantante de Def Con Dos" César Augusto Montaña Lehmann, César ´Strawberry´, ha tenido que ser el Supremo el que le condenase por enaltecimiento del terrorismo y humillación de las víctimas. "El fascismo sin complejos de Aguirre me hace añorar hasta los GRAPO", había dicho en un tuit, o este otro: "Street Fighter, edición post ETA: Ortega Lara versus Eduardo Madina". "Nihilismo surrealista", lo describió él. Y la Audiencia Nacional le hizo caso, absolviéndole. No tuvo la misma suerte en el Supremo, al que recurrió la Fiscalía.

Crueldad con un niño

El caso de Adrián, el niño valenciano que sufre un cáncer maligno y que fue homenajeado en una plaza de toros, uno de sus sueños, ya que quiere convertirse en torero, desató una ola de asquerosa bilis, quizá más cruel aún que la desplegada frente a los Bosé. Una antitaurina se cubrió de gloria al espetarle en Twitter: "Que se muera, que se muera ya. Un niño enfermo que se quiere curar para matar herbívoros inocentes y sanos que también quieren vivir. Anda yaaa! Adrián, vas a morir". El padre del niño presentó una denuncia por injurias, y el pasado diciembre fue detenida la autora de ese tuit, así como un joven que también se había excedido en sus comentarios. Se les imputan delitos de odio, injurias y contra la identidad moral. También relacionado con el mundo del toreo, fue muy sonado el comentario publicado en el muro de Facebook del profesor Vicente Belenguer, de Paterna (Valencia), en el que se regocijaba de la muerte del torero Víctor Barrio, fallecido tras una cogida en Teruel en julio del año pasado. El profesor vertía además insultos contra los progenitores del torero. Una juez archivó la denuncia por incitación al odio, aunque consideró que la familia podía querellarse por injurias.

Los casos son incontables. El fiscal pide dos años y medio de cárcel para una joven que publicó unos chistes -por otro lado, archiconocidos- con motivo del aniversario del atentado que causó la muerte a Carrero Blanco.La familia no quiso denunciar, pero la Fiscalía entiende que en este caso hay una clara apología del terrorismo y una humillación a las víctimas. Las amenazas, incluso de muerte, están a la orden del día. Al político Pablo Iglesias le han dedicado alguna, igual que al presentador Jordi Évole. La Policía dice que "todo deja rastro", y que se puede tardar más o menos, pero los insultadores profesionales terminan cayendo."Posiblemente haya que pedir mandamientos a jueces y requerir información a determinadas empresas, que a veces colaboran más o menos, pero por lo general no son delitos que puedan quedar impunes", indica un portavoz policial.

Si es fácil coger a una persona anónima que ha creado una cuenta ex profeso para insultar, para luego cerrarla, qué decir de los personajes públicos. Hace unos meses corrieron ríos de tinta por unos tuits del concejal de Ahora Madrid Guillermo Zapata -realizados antes de entrar en política- en los que contaba chistes a costa de la víctima del terrorismo Irene Villa o de los cinco millones de judíos asesinados e incinerados en los campos de concentración nazis. Al final le llevaron a juicio por supuesta humillación de las víctimas del terrorismo (lo cierto es que ni siquiera Irene Villa se sintió ofendida) y la Audiencia Nacional terminó absolviéndolo. Aquellos tuit generaron un interesante debate sobre los límites del humor, sobre los contextos y la crueldad.

Chistes y malos modos

Para el sociólogo Arsenio Valbuena, "chistes crueles los ha habido siempre, porque la crueldad es una de las bases del humor: genera un estrés que aliviamos riendo, y, para qué negarlo, la violencia y agresividad es innata al ser humano". El problema de Twitter es que infunde "una percepción psicológica de intimidad y ocultación que no es real: es totalmente público y tiene gran repercusión". Cada vez hay más insultos, un tono más desabrido, no sólo en Twitter, sino en cualquier foro de internet. ¿La revuelta contra lo políticamente correcto? Valbuena cree que hay conexión. "La socialdemocracia ha generado un fenómeno que es el de la exaltación del yo posmoderno, líquido, posindustrial, de forma que hemos terminado creyendo que yo y todo lo que sale de mí tiene la validez de un dictado autocrático", cree. Se exalta el yo, pero "es un yo consumista, chabacano, de forma que triunfan los malos modos, las malas maneras, ya no hay modelos de referencia, ni la cultura ejerce una función de modelaje, que conlleva cierta coerción". Y después está el fundamentalismo democrático, que exalta las pasiones bajas del pueblo y fomenta que se dispare a todo, de forma agresiva. "En este contexto, te sale lo mismo un populismo que un exabrupto por Twitter", dice.

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