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Cuando la basura es la nevera

El desperdicio alimentario es la mayor contribución a la generación de residuos entre los ciudadanos europeos. Los auditores avisan: no se hace lo suficiente

Cuando la basura es la nevera

"A pesar de que varias políticas de la Unión Europea (UE) han sido diseñadas para luchar contra el despilfarro de alimentos, su potencial no ha sido explotado". Así de contundente se muestra el último informe publicado por el Tribunal de Cuentas Europeo que ha intentado dar respuesta a la pregunta "¿Contribuye la UE a un empleo eficiente de los recursos en la cadena de suministro alimentario al luchar eficazmente contra el despilfarro de alimentos?". En este contexto, el Tribunal ha examinado la función que puede desempeñar la UE en la lucha contra el despilfarro de alimentos, y para ello ha analizado cuáles han sido las medidas adoptadas hasta la fecha y cómo los distintos instrumentos políticos de la UE actúan para reducir el despilfarro.

La falta de respuesta de la Unión viene de base. De definir qué es desperdicio alimentario. "Actualmente no existe una definición consensuada del despilfarro de alimentos aplicable a toda la UE. Los Estados miembros han empleado diversas definiciones. Además, otras entidades como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) han elaborado su propia definición", explican los auditores en su informe

Este hecho se ha sumado a que las medidas adoptadas hasta la fecha han sido fragmentadas e intermitentes, y que los distintos servicios de la Comisión Europea no están coordinados. La última propuesta de la Unión Europea para abordar el despilfarro de alimentos, consistente en la creación de una plataforma, no aborda plenamente los problemas planteados en el informe, afirman los auditores. Se refieren al anuncio de la Comisión, efectuado el abril de 2016, en el que se publicó una convocatoria de propuestas para participar en la nueva plataforma creada con objeto de abordar las cuestiones de despilfarro de alimentos. Esta herramienta tiene como objetivos apoyar a todos los agentes en la definición de las medidas necesarias para evitar el desperdicio de alimentos, compartir mejores prácticas, y evaluar los avances realizados a lo largo del tiempo. A día de hoy no se ha aclarado si esta plataforma complementará al grupo de expertos o si lo reemplazará.

A la ausencia de definición común sobre el despilfarro se le une la falta de un punto de partida consensuado desde el que planear su reducción. Todo ello a pesar de que el Parlamento Europeo, el Consejo, el Comité de las Regiones y el G20, entre otros, han solicitado en repetidas ocasiones que la UE contribuya a reducir el despilfarro de alimentos. A pesar de su creciente importancia en su programa político, la ambición de la Comisión ha disminuido con el tiempo. "Nuestro informe a la Comisión puso de relieve varias oportunidades que no se aprovecharon y mejoras potenciales que no exigirían nuevas iniciativas legislativas ni fondos públicos adicionales", manifestó Bettina Jakobsen, miembro del Tribunal de Cuentas Europeo encargada del informe. "Sin embargo, al centrar sus esfuerzos en la creación de una plataforma, de nuevo la Comisión pierde una oportunidad de abordar el problema con eficacia. Ahora se precisa un mejor ajuste de las políticas existentes, una coordinación más estrecha, y un objetivo político claro para reducir el despilfarro de alimentos", añaden.

En su informe los auditores examinaron de qué forma las políticas actuales podrían aplicarse con mayor eficacia Así, recomiendan a la Comisión que refuerce la estrategia de la Unión para luchar contra este despilfarro, que debería estar mejor coordinado y contar con un plan de acción para los próximos años y una definición clara del despilfarro de alimentos. Además, proponen considerar el despilfarro de alimentos en sus futuras evaluaciones de impacto, y ajustar mejor las diferentes políticas que pueden ayudar en su lucha. Además, abogan por identificar y superar los obstáculos legales a la donación de alimentos, impulsar un uso más exhaustivo de las posibilidades de donación existentes y estudiar la manera de facilitar la donación en otros ámbitos políticos.

Estas recomendaciones chocan frontalmente con las decisiones de la UE ya que según Jakobsen la nueva plataforma no contribuye significativamente a la estrategia de despilfarro de alimentos. Asimismo añade que las recomendaciones del Tribunal sobre cómo elaborar una política futura han sido ignoradas o solo parcialmente aceptadas, y que el proyecto de directrices no hace sino trasladar el problema a los Estados miembros.

En su informe, los auditores llegan a la conclusión de que la UE no ha contribuido a un empleo eficiente de los recursos en la cadena de suministro alimentario al luchar eficazmente contra el despilfarro de alimentos. Según ellos, ha faltado notablemente una evaluación de impacto de las distintas políticas de la UE en la lucha contra el despilfarro de alimentos. Importantes ámbitos políticos como agricultura, pesca y seguridad alimentaria pueden desempeñar un papel en este sentido y utilizarse para luchar mejor contra el despilfarro de alimentos.

El comportamiento del consumidor

Abordar el desperdicio alimentario tiene al consumidor como pieza clave. Así lo considera la Confederación Española de Cooperativas de Consumidores y Usuarios, Hispa Coop. A fin de conocer los hábitos de los consumidores, a finales del año pasado dieron a conocer las principales conclusiones del "Estudio sobre el comportamiento de los consumidores en la gestión de los recursos y los residuos". En la encuesta se preguntó sobre el desperdicio alimentario. Así, con relación a la frecuencia con la que se estropean los alimentos que se conservan en los hogares, un 35,4% de la población afirma que nunca o casi nunca se le estropean alimentos que conserva en el hogar, mientras que más de la mitad señalan que esto les ocurre pocas veces (57,3%). Si bien, representa un 7,2% aquellos ciudadanos que reconocen que se les estropean alimentos bastantes (6,1%) o muchas veces (1,1%).

Los hogares donde con menor frecuencia se estropean alimentos destacan aquellos hogares con un estatus social inferior y aquellos con pocos ingresos. En Madrid y Barcelona tienen los hogares en los que, con mayor frecuencia, se estropean los alimentos.

Para indagar en los motivos por los que se estropean los alimentos conservados en los hogares, se procedió a consultar a todos aquellos que habían reconocido que se les estropeaban alimentos con alguna frecuencia (pocas, bastantes o muchas veces) sobre el principal motivo por el que creen que esto ocurre. Para ello, se sugirieron cinco posibles motivos y una opción abierta para que todos los informantes pudieran identificar el principal. Casi la mitad de los consumidores a los que se les estropean alimentos en alguna ocasión aseguran que el principal motivo es por olvido o despiste (47,6%), y tres de cada diez señalan el exceso de tiempo transcurrido hasta el posible consumo, habiendo así perecido o caducado el producto (31,4%). Este motivo no es excluyente con respecto al primero, sino más bien complementario. También, uno de cada diez consumidores señala no saber aprovechar las sobras o restos para aprovecharlos posteriormente o en otros platos (9,6%). Además, el 6,3% señala que el motivo por el que se le estropeaban los alimentos era por una mala conservación, el 1,7% por desconocimiento sobre cómo conservar y el 2,2% aludió a otros motivos.

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