El arquitecto Jaime Salvá se ha encargado de la actualización de esta casa de Esporles, situada entre medianeras. La vivienda ha sido reformada íntegramente, conservando la fachada principal original. El resto de edificación ha sido reconstruida y ampliada, aprovechando el máximo de metros cuadrados edificables. Para todo ello, se ha contado con la colaboración de Coco Ingenieros en la dirección de obra.
Para llevar a cabo la intervención, se han utilizado materiales nobles como la madera de roble, la piedra, el acero corten y la piedra caliza en exteriores, entre otros, tratando de conseguir una arquitectura orgánica y coherente con sus necesidades actuales.
El estilo de la vivienda trata de ser contemporáneo, pero sin olvidar que se trata de una casa de pueblo con un entorno rústico. Por ello, los espacios han sido distribuidos según las necesidades de una vivienda de hoy en día, siendo lo más amplios y diáfanos posible, de manera que se han descartado las pequeñas ventanas, típicas de las casas de pueblo entre medianeras. Así, se ha apostado por la luz natural mediante grandes aberturas en la fachada trasera, con unas instalaciones de última tecnología y un tratamiento de la iluminación de espacios mediante luces led indirectas, ubicadas en lugares estratégicos.
Explica el arquitecto Jaime Salvá que proyectó una cocina que tuviera mucha presencia, de gran magnitud e integrada en el espacio del salón-comedor-cocina, dada la afición del cliente por cocinar. Mientras que para la clienta, aficionada a la lectura, se ubicó un espacio de lectura integrado bajo un gran ventanal, junto a la cocina y cerca de la chimenea, donde puede leer próximo de su marido, a la vez que disfruta de las vistas al patio, donde se ubica una pequeña piscina.
De esta manera, el salón-comedor-cocina conforman un gran espacio diáfano totalmente orientado a la zona del patio exterior. Pese a ello, se encuentra rodeado de una iluminación led que recorre un foseado perimetral del falso techo. Jaime Salvá explica que "desde este espacio arranca la escalera hacia la planta primera, dividida mediante unas lamas de madera maciza que tamizan la luz indirecta que proviene de cada uno de los peldaños de la escalera forrada en madera de roble, consiguiendo una ligera privacidad de espacios, sin perder del todo su conexión visual ni frenar la iluminación proveniente de un espacio a otro". La escalera conduce a un espacio común donde se ha ubicado un despacho abierto, que a la vez funciona como distribuidor de acceso a cada uno de los tres dormitorios.
Para aumentar la luz natural de la vivienda, escasa debido a que la fachada sur da a una calle estrecha, se ha dividido la cubierta inclinada en dos aguas, creando en su cumbrera un espacio intermedio que recoge los rayos del sol provenientes del sur para conducirlos directamente al distribuidor y a los dos baños de la planta superior, que previamente no contaban con entrada de luz, ya que se encuentran en la zona central de la vivienda. Además de ganar luz natural en la vivienda, se consigue obtener ventilación cruzada, mejorando la eficiencia energética.
