-¿Qué tal, don Fidel?
-Pues bastante muerto, la verdad. Y retíreme el don, que soy revolucionario.
-¿Muerto de cansancio?
-También.
-Gracias por la entrevista...
-Sepa usted que, quitando a Oliver Stone, yo no concedía una entrevista ni muerto.
-Sepa usted que yo, como Dios manda, estoy de acuerdo con usted: ¡Revolución o muerte!
-Yo he elegido la segunda opción. Me ha costado, todo hay que decirlo.
-¿Y qué va a pasar ahora con la Revolución?
-Su futuro está asegurado. He dado paso a la juventud.
-A ver, que Raúl tiene 85 años...
-Para mí siempre será un niño... y no muy brillante.
-Húber Matos, el Che, Camilo Cienfuegos... todos los que le podían hacer sombra acabaron expulsados o muertos... Raúl no.
-Raúl tenía dos ventajas: no me podía hacer sombra ni harto de ron y es mi hermano.
-Decía usted que en Cuba no había presos políticos...
-¿Diría usted que en un hospital psiquiátrico hay prisioneros políticos?
-Por supuesto que no
-Pues eso.
-¡Menudas colas en La Habana para despedir sus cenizas!
-Franco siempre me marcó el camino.
-¿Franco?
-Tres días de luto declaré en 1975 cuando Franco la palmó.
-Los declararía la Asamblea del Poder Popular, ¿no?
-Bueno, sí, eso.
-Su discurso más largo duró doce horas... un récord.
-Pues imagínese lo que puedo hacer ahora que tengo más tiempo.
-¿Existe Dios?
-No le contesto si hay presos políticos en Cuba y quiere usted que le conteste a eso.
-¿Hay presos políticos en Cuba?
-No.
-Una tontería, ¿por qué hay tan pocas mujeres y tan pocos negros entre los dirigentes cubanos?
-Pues como no sea porque son mujeres o porque son negros no se me ocurre otra cosa.
-¿Alguna recomendación para los cubanos ahora que ya no le podrá contestar nadie?
-Ni antes tampoco.
-¿Y algún mensaje para los cubanos de Miami?
-Que Batista les acompañe. Que les acompañe siempre.