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Medio ambiente

Desconocimiento científico, pasividad comercial

Especies que desaparecen sin ser descubiertas, especies descubiertas cuyos datos desaparecen

Los investigadores han descubierto especies nuevas en el fondo del mar de Líbano.

Saber el número, aunque sea aproximado, de las especies que habitan nuestro planeta es algo que se antoja imposible. Aunque los descubrimientos de vertebrados terrestres son cada vez más extraños, son la excepción aquellas expediciones marinas que no terminen con el descubrimiento de varias especies nuevas. El desconocimiento científico puede provocar, por tanto, que haya especies que hayan desaparecido antes de ser descubiertas. Sin embargo, este vacío se extiende cuando las especies salen del mar y se comercializan. La bruma va más lejos de la línea de costa.

Sin control

Así lo ha puesto de manifiesto Oceana, la organización científica dedicada a la investigación de los océanos, al advertir, en un nuevo análisis, la falta de trazabilidad en el mercado del pez espada en el Mediterráneo. Con una población de pez espada en mínimos históricos, este nuevo análisis arroja una seria llamada de atención sobre el comercio de pez espada. La pesca ilegal tiene amplio potencial de desarrollo debido a la falta de un control adecuado sobre las capturas. Mientras la población de pez espada se desploma, la demanda -que puede llegar a pagar a 24 € el kilo- continúa siendo muy elevada. Este panorama ha dado pie a que los países mediterráneos importen y exporten sin que haya una trazabilidad clara sobre el origen del pescado. "Los datos comerciales son irregulares y mezclan capturas de las poblaciones atlánticas de pez espada, que están bien gestionadas, con las del Mediterráneo. Sabemos que el pez espada sufre un grave declive en el Mediterráneo, continúa sin gestión y su mercado carece de trazabilidad, y eso da vía libre a pesca ilegal y a estrategias comerciales para satisfacer la demanda", afirma Lasse Gustavsson, director ejecutivo de Oceana en Europa

El análisis, realizado para Oceana por el Borealis Centre for Environment and Trade Research, concluye que para satisfacer la demanda interna, Italia necesita importar cuatro veces más pez espada fresco (16.363 toneladas) que el total de sus propias capturas, y tiene una gran dependencia de las exportaciones de pez espada fresco procedente de España. Así, desde 2007, España ha estado exportando una media de 8.323 toneladas al año de pez espada fresco a Italia, pero no está claro de dónde procede antes de ser desembarcado en España. Y es que de media, el 38 % (1.832 toneladas) de las importaciones de pez espada fresco de España proviene de Marruecos, el principal suministrador de España de este producto. Pero no está claro si estas exportaciones provienen de capturas del Atlántico o del Mediterráneo, lo que subraya la inexistencia de trazabilidad. Los datos comerciales de Marruecos están fragmentados. Entre 2007 y 2011 sus exportaciones de pez espada excedieron sus capturas en una media de 185 toneladas, una diferencia comercial no explicada. Argelia, Túnez y Turquía no parecen exportar sus capturas, dependiendo así de su propio suministro para su demanda interna. Frente al atún rojo, que es una especie comercializada internacionalmente, el pez espada del Mediterráneo se comercializa y se consume por completo dentro de esta región.

"El análisis muestra la importancia real del pez espada en el Mediterráneo y la necesidad urgente de adoptar un plan de recuperación y controles de gestión para mantener las economías de los países costeros que dependen de él. Oceana considera que el plan de recuperación del pez espada debería incluir límites de capturas y reducir estas considerablemente estas", añade Gustavsson.

Conocer para explotar

A día de hoy las capturas de pescado en aguas europeas podrían incrementarse un 57 % si las poblaciones de peces se explotaran de forma sostenible y según las recomendaciones científicas, según el estudio del experto pesquero Dr. Rainer Froese, del Centro Helmholtz de Investigación Oceánica GEOMAR (Kiel, Alemania). Un documento que aporta la panorámica más completa realizada hasta la fecha acerca de la sobrepesca en Europa, analizando 397 stocks frente a los 150 seguidos por la Comisión Europea. El nuevo estudio muestra que el estado de las pesquerías europeas no es en absoluto bueno, con 85 % de las poblaciones de peces en estado no saludable y solo un 12 % cumpliendo la Política Pesquera Común.

"Por primera vez conocemos el potencial de recuperación pesquera de Europa, y son buenas noticias. Si gestionáramos la pesca de modo sostenible y basado en la ciencia, las capturas podrían aumentar un 57 %, es decir, cinco millones de toneladas", afirman desde Oceana. La potencial recuperación de las poblaciones de peces con medidas de gestión sostenibles significaría más peces en el mar, que derivarían en un aumento de capturas obtenidas con menor esfuerzo pesquero y menor impacto en el ecosistema. Entre los stocks que se beneficiarían más de una mejor gestión, los científicos calculan aumentos potenciales del 300 % o más en las capturas de eglefino y bacalao en el mar del Norte, algunos stocks de bacalao en el mar Celta y sardina en el Cantábrico. "Hemos empleado un avanzado método de análisis para obtener estimas del estado y explotación de casi 400 poblaciones de peces en los mares europeos. Por primera vez, se han evaluado los stocks europeos en función del rendimiento máximo sostenible que pueden generar, como requiere la nueva Política Pesquera Común. Nuestros resultados muestran que las capturas pueden aumentar sustancialmente si los stocks se recuperan y gestionan de forma adecuada", explica el Dr. Rainer Froese, científico senior de GEOMAR.

El resultado de la investigación se da a conocer a pocas semanas de la decisión final sobre los límites de capturas para 2017 en el Atlántico Nordeste, que negociarán la Comisión Europea y los 28 ministros de pesca de los Estados miembros durante la reunión del Consejo del 12 y 13 de diciembre en Bruselas. Oceana pide dejar atrás la actual visión a corto plazo y emprender acciones urgentes para acabar con la sobrepesca en Europa y cumplir así el requisito legal de recuperar en 2020 todas las poblaciones de peces por encima de niveles saludables.

Desconocimiento científico

La última expedición marina mundial que ha finalizado recientemente es la Deep-Sea Lebanon Project. Con una duración de un mes en áreas de profundidad del Líbano, se centró que nunca se habían estudiado. Científicos libaneses y de Oceana han documentado más de 200 especies en total, incluyendo algunas vistas por primera vez en el Mediterráneo y que hasta ahora solo se habían hallado en el Atlántico o en regiones polares. Lanzado en 2016, el Proyecto Deep Sea Lebanon proviene de una petición del Ministerio de Medio Ambiente y avanza sobre actividades desarrolladas anteriormente en el Líbano, en especial sobre la estrategia sobre Áreas Marinas Protegidas, adoptada por el Gobierno libanés en 2012 para desarrollar una red de áreas marinas protegidas y mediante la cual se identificarán zonas de profundidad, pero no se declararán protegidas hasta que se realicen más investigaciones científicas. Se basa en un modelo científico de flujo de datos recogidos, recopilados y analizados por los socios del proyecto: Oceana, UICN y el Ministerio de Medio Ambiente libanés, con el apoyo del CNRS-L (socio científico), GFCM y ACCOBAMS, con fondos de la Fundación MAVA. La expedición empleó un robot submarino (ROV) que investigó áreas de hasta 1.050 metros de profundidad. Los científicos centraron los trabajos en un sistema de cañones submarinos, considerado el más complejo del Mediterráneo, y exploraron también otras zonas profundas. Los hallazgos se usarán para identificar áreas que merezcan ser protegidas y aportar orientación al Gobierno libanés para gestionar estos valiosos ecosistemas.

Los residuos llegan a cualquier parte. OCEANA

"El compromiso mostrado por el Líbano de estudiar y proteger su vida marina de profundidad es un gran ejemplo para la conservación marina del sureste mediterráneo. El trabajo conjunto del Gobierno libanés, científicos locales y organizaciones internacionales ha supuesto un enorme avance hacia la protección de este medio tan vulnerable. Oceana confía en que otros países continúen por la misma senda", declara Lasse Gustavsson, director ejecutivo de Oceana en Europa.

La expedición ha demostrado que el Líbano alberga especies marinas únicas que merecen protección. Entre ellas, los científicos quedaron impresionados por una gran corona de jardines de coralígeno descubierta a 80 metros de profundidad, así como hermosos corales y gran variedad de esponjas. También resultaron inesperados algunos peces: la raya picuda (Dipturus oxyrinchus) se ha visto por primera vez en el mar Levantino y el tollo linterna (Etmopterus pusillus) constituye el primer registro de esta especie en el Mediterráneo. Estos hallazgos preliminares acaban de ser compartidos con las autoridades libanesas.

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