Hay adictos a la heroína, a la cocaína, adicciones muy peligrosas, por lo que su tráfico comercial está absolutamente prohibido, así como su publicidad; hay adictos al alcohol, adicción también peligrosa, responsable de tantas muertes al volante, de tantas agresiones en el ámbito familiar y de tantas vidas destrozadas, por lo que su publicidad está prohibida; hay adictos al tabaco, adicción peligrosa, claro, por sus terribles consecuencias para la salud y por los enormes gastos que su consumo acaba generando en el ámbito sanitario, por lo que su publicidad está prohibida; hay adictos al juego, adicción peligrosísima donde las haya, por desestructurar familias y anular la voluntad del que la padece, por lo que su publicidad está permitida y difundida. Apostemos.
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Los puntos sobre las uves