Estamos delante de una casa especial, nacida a partir de una serie de requirimientos y posibilidades que a continuación vamos a detallar. Ha sido diseñada para unos nuevos residentes internacionales de Mallorca, concretamente en Cap des Falcó, muy cerca de la bella Platja de Portals Nous II, también conocida desde 1967 como Platja del Mago por la película protagonizada por Anthony Quinn y Michael Caine que allí mismo se rodó. Como curiosidad les contaré que fue la primera playa declarada nudista de Calvià.
El responsable de este hogar es el arquitecto Alejandro Palomino, quien explica que su arquitectura "siempre se personaliza en cada proyecto". Aquí se encontraron muy marcados por una serie de parámetros que fueron conformando la casa, empezando por la situación, en un bosque junto a la playa. "Desde el primer momento, señala el arquitecto, concebimos que la vivienda debía vivir del respeto al entorno; por ello, el diseño de la casa 'juega' con la posición respecto al suelo, manteniéndose flotando a escaso medio metro". Esta es la razón por la que la vivienda se coloca y distribuye entre los pinos, para preservarlos. Y se orienta de forma que mira al mar, elemento primordial para los propietarios.
Otro aspecto a destacar, también vinculado con el agua, es la inmensa piscina que ordena y se integra con la casa. Este elemento sirve como eje vertebrador de la edificación, gracias a sus grandes dimensiones. Ahora bien, no menos importante es la enorme personalidad de los tres principales residentes de la vivienda. Este hogar está concebido principalmente para que los padres y su hija lo disfruten. Palomino comenta que "buscamos integrar sus espacios privados favoreciendo, también, una interconexión constante que les permita llevar una vida en familia, pero que a la vez sea respetuosa con la sociabilidad de todos ellos, ya que la vivienda cuenta con un tráfico constante de amigos de la familia. De esta forma fuimos creando grandes espacios, llenos de luz, unidos por transparencias, matiza Palomino, que se dejan intuir, pero sin la necesidad de que se unan en una gran sala sin personalidad". De entre estas estancias destaca la cocina, como gran corazón de la casa, que no sólo se sitúa en el centro sino que se expande hacia el exterior en un porche que vuela sobre la piscina.
Sobre los materiales elegidos, la vivienda se termina con una fachada de pizarra, un elemento natural que se integra perfectamente con la elegancia y belleza del entorno. En el interior también se optó por materiales naturales, como la piedra, cuya blancura se matiza con los colores del mobiliario, de la pizarra y de la carpintería gris antracita.
La casa, también, apuesta por respetar la naturaleza. Por ello, se optó por minimizar el consumo de calefacción mediante el uso de placas solares conectadas al circuito de suelo radiante. Todas las instalaciones se trataron con mimo, de forma que se recolecta el agua de lluvia y se guarda en un enorme depósito para el riego del verano. También el jardín pretende ser un retoque al bosque existente, para que así el consumo de agua esté equilibrado.
