Las calles de Valldemossa enamoran con solo empezar a recorrerlas. En el mismo pueblo que vió nacer a personas sencillas y tiernas como la activista cultural y cocinera Antònia Serrano, se palpa la vida serena de sus gentes, quienes miran al futuro sin renunciar a sus raíces.
Pero centrémonos en la casa que nos ocupa esta semana. Se trata de una encantadora y coqueta vivienda en venta del centro de Valldemossa, totalmente reformada en 2015. La casa cuenta con unas espectaculares vistas a la Serra de Tramuntana y una superfície de 150 metros cuadrados, decorados y amueblados con mimo y delicadeza.
Predominio de los Tonos claros
Se accede a ella, por un bonito vial peatonal, un pavimento totalmente empedrado y tranquilo con el que ya se puede intuir el tipo de hogar que vamos a encontrar. Los colores claros predominan en todas las habitaciones, especialmente el blanco roto que cubre las paredes y las bigas de madera. La cocina, el comedor y la sala de estar forman un espacio sin divisiones, enfatizando la sensación de amplitud, también acentuada por la carpinteria interior, lacada en blanco.
El salón cuenta con chimenea y se ha decorado con detalles de matiz industrial, como los taburetes, que han dejado de ser cubos de pintura para cobrar una nueva vida en este hogar. El pavimento de microcemento cubre el suelo de todas las estancias, excepto en los dormitorios, donde se ha apostado por el parqué para dar una mayor sensación de calidez.
La casa cuenta con dos dormitorios y dos baños, ubicados en el piso superior. Es aquí donde el cristal cobra protagonismo ya que al subir el último escalón descubrimos que la luz natural del piso inferior también entra por esta primera planta: Una plataforma de suelo de vidrio de un metro aproximado de amplitud permite recorrer la biblioteca de la casa y, a la vez, ofrecer una vista panorámica de la cocina y del comedor. En el mismo piso superior también se encuentra una pequeña terraza con vistas al valle valldemossí.
La casa, que está climatizada, mantiene la esencia mediterránea de las persianas de madera y, también PVC, con cerramientos de climalit.
Las estancias son cómodas y han sido diseñadas para disfrutar de ellas sin prisas ni estrés, la misma sensación que trasmiten las calles de Valldemossa, un lugar de ensueño donde merece vivir una temporada o toda una vida.
