La opinión de la población es una fotografía estática básica para la planificación a corto, medio y largo plazo y que sirve para adelantarse a problemas actuales y futuros. Y el campo del medio ambiente no es una excepción. Por ello y desde hace cuatro años se está elaborando el Ecobarómetro, la mayor encuesta de relacionada con temas ambientales en las islas. La iniciativa está impulsada por el Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES), la Obra Social "La Caixa", y las empresas TIRME e HIDROBAL y su objetivo es el de convertir la opinión de la sociedad en decisiones para el progreso social y económico de nuestra comunidad, bajo el prisma de la sostenibilidad ambiental. Elaborado desde el año 2013, pregunta sobre la opinión de los habitantes de las islas en diferentes campos: calidad y problemas del medio ambiente y medidas e implicación de las instituciones; agua y gestión de residuos; energía, urbanismo y turismo.
Los residuos y el reciclaje
Tomado de forma global, el reciclaje y la gestión de residuos ocupa el puesto 11 de 30 de los problemas más importantes para los ciudadanos de las islas, lo que da una idea de su importancia relativa. Sin embargo, al preguntar de forma directa sí parece un problema preocupante, éste alcanza a casi un 84 % en toda Balears, con diferentes matices a la hora de interpretarlo. Esta preocupación es constante para todos los grupos de edad, aunque resalta sobre todo en la franja más joven donde se alcanza niveles del 88 %. Sin embargo, esta problemática se define aún mejor en hábitats urbanos con núcleos de población grandes, como es el caso de Palma, donde la cifra llega al 90,5 % de preocupación. "Esto resulta lógico porque es en la capital donde se ubican la mayor parte de infraestructuras de tratamiento de residuos", explican las fuentes que han elaborado en estudio.
Esta preocupación se ha incrementado en los últimos años en un porcentaje similar (en torno a dos puntos) el número de ciudadanos que consideran la cuestión más preocupante y los que la consideran menos preocupante. "Sin duda, la mayor preocupación proviene del aumento tan importante del número de turistas en los últimos veranos", apostillan. Son las edades comprendidas entre 36-50 quienes muestran, de manera más unánime resaltando también que aparece como problema emergente en Eivissa, pues el 68,3 % de los encuestados baleares señala las islas Pitiusas como lugar donde esta problemática va en aumento.
En cuanto a las razones argumentadas para justificar esta preocupación, muchas opiniones indican la falta de civismo y concienciación de los ciudadanos, así como el aumento de la población y el incremento asociado del volumen de basura generado. "Hay bastantes opiniones que señalan que habría que mejorar el sistema de recogida y gestión de los residuos. También hay encuestados a los que les preocupa la incineración de residuos, debido a la emisión de contaminantes atmosféricos en el proceso", añaden.
Opinión del reciclaje
Un amplio 86,6 % de los encuestados afirma que realiza una correcta segregación de residuos, más o menos similar a los niveles del año pasado, cuando se recogió un 89 % de respuestas afirmativas. Las zonas donde parece que más se separan los residuos es en la Part forana de Mallorca (88,2%) y en la isla de Menorca (88,9 %), lo que coincide con la tendencia apreciada en los resultados del año pasado. "La mayoría de la población encuestada asegura que separa siempre las tres principales categorías clásicas para las que existen contendores de reciclaje: vidrio (90,30 %), envases y plásticos (89,30 %) y papel y cartón (87,60 %).
Los aceites, aerosoles y pilas son los tres tipos de residuos que se separan únicamente en ocasiones, o incluso nunca: el 17,6 % de los encuestados reconoce no separar nunca los aerosoles y sprays y un 16,4 % nunca separa los aceites. El reciclado de los aceites es de especial relevancia dado que, si no se recicla se vierten por el desagüe del fregadero o depositando en el contenedor de residuos. La gravedad de esta práctica reside en que el aceite es capaz de contaminar mil litros de agua por cada litro de producto vertido, encareciendo el coste público del tratamiento de aguas residuales, provocando averías en las depuradoras y contaminando las aguas marinas. Por ello, se hacen necesarias campañas de concienciación orientadas a que los aceites usados de cocina se separasen siempre en una botella de plástico y posteriormente se depositasen en el contenedor de reciclaje de aceite usado.
Energía
El bloque de energía se centra en analizar los problemas de la energía en las islas, las infraestructuras de energías renovables, el control de la factura energética y las medidas para el ahorro. Los problemas de índole energética ocupan el puesto 18 entre los 30 más importantes para los ciudadanos de las islas, por lo que en términos relativos no se trata de un problema prioritario. No obstante, aparece muchas veces mencionado con un problema que debe ser objeto de atención en momentos de gran afluencia turística. Los ciudadanos apoyan con bastante claridad el uso de energías renovables, si bien con algunos matices y preferencias. "Concretamente, el 90 % preferiría una instalación de placas solares fotovoltaicas para la generación de energía eléctrica. Le sigue el 86 % de votos que optan por las instalaciones que aprovechen la energía solar térmica para el calentamiento de agua en los hogares", se desprende del estudio. En tercer lugar, con un 67,5 %, estarían las instalaciones de energía eólica para aprovechar el viento y generar energía eléctrica con las turbinas de los aerogeneradores, y finalmente, con un 53,5 %, quedaría la incineración con recuperación de energía, ya sea tras la combustión de restos vegetales como por la incineración de residuos.
La factura eléctrica
En cuanto a la gestión del gasto, un 62,1 % de los encuestados aseguran leer la cantidad a pagar y comparar el consumo con meses anteriores. Por edades, los que menos controlan este asunto son los de 17-35, que además presenta un alto porcentaje de ´No sabe - No contesta´ (26,8 %). Esto podría interpretarse como que no son ellos los responsables de realizar ese seguimiento en su hogar, así como también podría ser debido a un desinterés en la materia.
Y para reducir la factura eléctrica, se hace necesario aplicar medidas de ahorro energético. Su incidencia es bastante considerable y denota una aceptable sensibilidad a esta cuestión. El 89 % de los encuestados afirma que su principal medida de ahorro es apagar luces y aparatos domésticos innecesarios, así como utilizar bombillas de bajo consumo (88,30 %). Estos datos son ligeramente inferiores a los del año pasado (97,3 % y 97 %). En segundo lugar se indica la limitación del consumo de calefacción/refrigeración (81,3 % y 73,6% respectivamente), así como la elección de electrodomésticos de bajo consumo a la hora de su compra (76,6 %). Los datos del año pasado son sensiblemente superiores (86,7 % y 86,5 % respectivamente).
"Debemos destacar que únicamente la mitad de los encuestados apaga el piloto rojo de los aparatos que disponen de opción apagado y stand-by. Esto es significativo, pues indica que muchos aparatos permanecen conectados a la red a pesar de no estarse utilizando y por tanto, siguen consumiendo electricidad de manera continuada", explica el estudio. También habría que mejorar los resultados obtenidos a la hora de utilizar medios de transporte sostenibles (transporte público, bicicleta y desplazamiento a pie). En el caso del desplazamiento en bicicleta y a pie, son alternativas de gran impacto positivo sobre todo en cortas y medias distancias en entornos urbanos, donde muchas veces pueden llegar a ser medios de transportes más eficientes y rápidos que el vehículo, evitando atascos y problemas de aparcamiento en centros urbanos.
Urbanismo
Más de la mitad (61,1 %) de los encuestados opina que la superficie urbanizada en Balears es excesiva. Este resultado mayoritario se mantiene para todas las franjas de edades, siendo la de 50-65 la más crítica con la situación. Únicamente los residentes en Menorca y las personas que habitan en medio rural opinan que la evolución se da hacia una mayor conservación del territorio. Estos resultados podrían reflejar el descontento, prácticamente generalizado de los ciudadanos, acerca de la presión urbanística que sufren las islas desde hace tiempo y la desconfianza acerca de la mejoría de esta situación. Al ser preguntados de manera abierta, los ciudadanos apuntan al turismo de masas, a la especulación urbanística, la corrupción política, los intereses económicos cortoplacistas de empresas constructoras, e descontrol por parte de la administración, la complicidad de la propia administración, etc.
El resultado por islas señala, por una parte, a Eivissa como aquélla en la que se da un mayor número de críticos con la presión urbanística (solamente el 0,9 % opina que es insuficiente). En el caso de Menorca, la mayoría de sus residentes encuestados considera que la superficie urbanizada en su isla es adecuada (69,9 %). Esta tendencia se debe a que Menorca es la isla que ha sufrido una menor transformación territorial en las últimas décadas, intentando un equilibrio entre desarrollo económico y conservación del medio natural. De igual manera, un 80,6% de los encuestados opina que la construcción tanto de viviendas como de infraestructuras se ha dado de manera descontrolada, frente al 16,5% que señala que el proceso ha sido controlado y equilibrado. De hecho, al preguntar a los encuestados su percepción sobre la evolución de esta transformación territorial, la respuesta de más peso (53,6%) es la de una trayectoria futura negativa, continuando hacia una mayor destrucción del territorio.