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Medio ambiente

Y tú, ¿qué opinas? (I)

Por cuarto año consecutivo se ha publicado el Ecobarómetro. Agua, protección del medio ambiente, residuos y energía, algunos aspectos analizados

El estudio analiza el papel de las instituciones en materia de medio ambiente.

Recientemente se ha publicado la cuarta edición del Ecobarómetro en Balears, un estudio de opinión pública sobre distintos aspectos ambientales de las islas, desarrollado por el Instituto Balear de Estudios Sociales (IBES), la Obra Social "La Caixa", y las empresas TIRME e HIDROBAL. "El objetivo del ECOBAL es convertir la opinión de la sociedad en decisiones para el progreso social y económico de nuestra comunidad, bajo el prisma de la sostenibilidad ambiental", explican los promotores de la iniciativa. El ECOBAL se viene realizando anualmente desde el año 2013, un hecho que permite tener un espectro de información cada vez más amplio y ver la evolución de cada indicador con el paso del tiempo.

El estudio analiza las diversas dimensiones de la conciencia ambiental mediante una encuesta anual dirigida a la población balear mayor de 18 años. Se realiza a través de un amplio sistema de indicadores que miden los puntos fuertes, los puntos débiles, las actitudes, conocimientos, opiniones, valores y comportamientos sobre el medio ambiente, así como su relación con la calidad de vida.

El presente informe recoge los resultados obtenidos en la cuarta oleada (julio de 2016), así como su comparación con los resultados de los tres años anteriores. "Cuatro años consecutivos realizando este estudio nos permiten analizar con solidez y precisión la evolución de los parámetros planteados en la encuesta, y permiten detectar nuevos problemas o el cambio en la sensibilidad frente a determinados fenómenos ambientales, para ayudar a definir nuevas líneas de trabajo tanto en los agentes privados como en los públicos", apuntan los promotores.

El ECOBAL ha analizado la opinión de los habitantes de Balears distribuida en diferentes capítulos: bloque 1 sobre calidad y problemas del medio ambiente y medidas e implicación de las instituciones; bloque 2 sobre el agua; bloque 3 sobre gestión de residuos; bloque 4 sobre energía, el quinto sobre urbanismo y el sexto sobre turismo.

Percepción

La percepción sobre la situación medioambiental por parte de los residentes de Balears es esencialmente positiva, siendo mayoritaria la proporción de los que la consideran buena o muy buena (57,9 %) frente a los que la consideran mala o muy mala (11,2 %). Ponderando adecuadamente cada categoría de respuesta, la nota media sería de un 6,3 sobre 10, habiendo descendido sólo dos décimas desde la encuesta realizada hace ahora tres años. "Salvando los márgenes de error, podría decirse que la percepción no ha variado de forma significativa", explican. Por franjas de edad, la mayor puntuación se da entre los 36 y 50 años, mientras que los más críticos son los mayores de 65 años. Parecería lógico pensar que esta franja de edad es la que ha vivido de manera más consciente el proceso transformador que ha sufrido Balears en las últimas décadas (desarrollo urbanístico, etc.), sin todavía haber perdido del todo su conexión con el entorno rural preexistente. En cuanto al lugar de residencia, cabe destacar que los residentes en Menorca son los que asignan el valor más alto de calidad del medio ambiente a su isla, con 87 % de respuestas en sentido positivo o muy positivo, y una nota equivalente de 7,5. El resto de zonas asignan una nota sin apenas diferencias de 6,2, llamando la atención que tanto los ciudadanos de Palma como los de la Part Forana, valoren Mallorca exactamente con la misma puntuación. Por tipo de hábitat, los que viven en un medio rural de tipo aislado (casa de campo o similar) son los que perciben la calidad ambiental de manera más positiva.

Problemas ambientales

En términos generales, los principales problemas ambientales percibidos siguen siendo los mismos que en años anteriores: la contaminación de las aguas marinas, la masificación turística, la aglomeración de coches, y la suciedad, entre los primeros puestos, a los que habría que añadir como emergentes el derroche de agua y el deterioro de las playas. La formulación de la pregunta es abierta y espontánea, por lo que la respuesta arrastra cierto grado de subjetividad ya que, por ejemplo, puede resultar muy sensible a las modas o a los titulares de prensa. No obstante, si nos retrotraemos a cuatro años atrás, algunos de los problemas percibidos han sufrido movimientos importantes en el ranking. Así, el derroche del agua ha subido 17 puestos, la masificación humana 15, la baja calidad del agua 12 y la contaminación de las aguas marinas ocho. Por otro lado, la actividad portuaria, tanto la comercial como la deportiva, ha subido 10 puntos. En cualquier caso, agua, masificación y limpieza podría decirse que agrupan y acaparan los temas de mayor preocupación medioambiental.

De igual manera cabe mencionar que la pérdida de biodiversidad baja a posiciones inferiores, aunque no tanto porque dejen de ser problemas en sí mismos (Balears cuenta con más de 400 especies de animales y vegetales endémicos, algunos de ellos en riesgo de extinción), sino por la emergencia de otros cuya actualidad, novedad o consecuencias para la salud o la economía puede ser mayor. El derroche de energía eléctrica, la destrucción del territorio y los problemas de tratamiento de residuos en esta oleada quedan en posiciones inferiores, aunque el de limpieza y recogida de residuos tiene posiblemente relación directa con la percepción de suciedad en las calles, que sí queda clasificado por encima.

Llama así mismo la atención la baja preocupación por el cambio climático, a pesar de que técnicamente, la problemática de masificación de coches como fuente de emisiones de CO2 está relacionada directamente con el gran problema ambiental a escala global de nuestro tiempo. Esta baja preocupación ciudadana por el cambio climático puede deberse a múltiples factores: desde falta de conocimiento del problema, la perspectiva lejana de un problema a escala global, el desconocimiento de nuestro papel en la generación de gases de efecto invernadero causantes directos de esta problemática o del impacto que el cambio climático podría tener a nivel local.

Agua

El problema del agua, en sus diferentes modalidades, es uno de los más importantes para los ciudadanos. Preguntados de manera concreta, de forma abierta, se destacan al menos ocho con incidencia bastante elevada en casi todos ellos. Para una gran mayoría de encuestados (89 %) el principal problema es la reducción de reservas de agua dulce (sequía, bajada del nivel de los embalses). Se trata de un problema muy relacionado con otros que aparecen en la encuesta relativos a la masificación turística. La siguiente preocupación sería la sobreexplotación de acuíferos (71 %), también en relación directa con lo anterior. La tercera cuestión es el problema de los vertidos al mar (70 %). En cuarto lugar quedaría la contaminación del agua (infiltración desde vertederos o industrias, etc.) con un 68 %. En quinto lugar estaría la calidad del agua de la red de abastecimiento (sal, cal, cloro) con el 63 %. En sexta posición estaría la salinización de pozos (63 %). En séptimo lugar quedarían los problemas de saneamiento/depuración (58 %). En la octava posición estaría la dependencia de desaladoras que consumen mucha energía en su proceso (45 %). Y en último lugar quedarían problemas tangenciales de suministro como la falta de presión en sus grifos, únicamente con un 19 %. La conclusión es más o menos obvia: queda de relieve que la mayoría de los encuestados son conscientes del reto hídrico al que se enfrentan las islas, y que este recurso natural es limitado y debe cuidarse al máximo, especialmente en condiciones de sequía y con las características insulares asociadas, es decir, de clara dependencia de abastecimiento exterior en caso de necesidad, con el añadido coste económico y ambiental que esto supone.

El Ecobarómetro se realiza anualmente desde 2013.

También se desprende una preocupación por la contaminación que sufre el medio hídrico, sobre todo el marino, posiblemente al ser el entorno costero de las islas uno de los más frecuentados por los residentes, donde han podido observar la creciente degradación ambiental.

La factura del agua y medidas de ahorro

Con relación a los hábitos de consulta y gestión de la factura del agua, un 40,6 % de los encuestados aseguran leer la cantidad a pagar por este servicio e ir comparando su consumo. Este resultado se mantiene al observar los datos segmentados, siendo únicamente la franja de edad mayor de 65 la que de forma mayoritaria paga a través de la comunidad y por tanto no lleva un control de su consumo tan directo. "Como principal conclusión, más de la mitad de los encuestados no es consciente de cuál es su consumo de agua, algo que dificultaría la toma de medidas de ahorro del recurso natural. Esto contrasta directamente con la preocupación que se puso de manifiesto en la pregunta anterior, en la que casi el 89 % de los encuestados mostraba su preocupación por la reducción de las reservas de agua dulce", señala el estudio.

Podría interpretarse, por lo tanto, una cierta desconexión entre el problema ambiental y el impacto personal de cada ciudadano con el consumo que realiza de este recurso natural, algo que debería tenerse muy en cuenta. También podría interpretarse como desconocimiento de causa-efecto por parte de los encuestados, falta de incentivos para ahorrar agua, desconocimiento de medidas que pueden tomarse para este ahorro, etc. A pesar de ello, el 51,4 % de los encuestados declara tener instaladas medidas de ahorro, como aireadores en grifos, cisternas de inodoro con descarga controlada etc.

Tampoco son muy populares las medidas de reutilización de agua, como utilizar aguas grises para el inodoro en vez de consumir agua potable para tal fin. Únicamente un 51,6 % de los encuestados afirma utilizar esta estrategia. El 57,9% intenta no lavar el coche o rellenar la piscina tan frecuentemente en verano, actividades que requieren mucho volumen de agua, en ambos casos potable, por lo que esta proporción debería ser lo mayor posible. Las únicas dos medidas altamente populares, 91,6 % y 96,5 % respectivamente, son por un lado, la reducción del consumo de manera consciente, cerrando el grifo en la ducha cuando únicamente te enjabonas, o cerrar el grifo mientras te lavas los dientes. También la clásica opción de ducharse en vez de bañarse y por otro lado el evitar utilizar el inodoro como cubo de basura.

El correcto uso del inodoro cobra cada vez más importancia por los problemas derivados de los desechos inadecuados. Un elevadísimo 88,3 % de los encuestados afirma tirar únicamente al inodoro papel higiénico, y especialmente la franja de edad de 36-50 la respuesta es del 100 %, lo que quizás indique - al igual que en otros ítems -, una gran deseabilidad social cuando se habla de protección del medioambiente. El grupo de edad que utiliza el inodoro para depositar otros residuos como las toallitas húmedas, es el de 17-30 años.. .

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