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La casa

El respeto por el entorno también se vive

El arquitecto Rafael Sala es el responsable de esta casa sana, construida con paja. - El resultado es una vivienda energéticamente muy eficiente, sana y confortable

El respeto por el entorno también se vive

Les presentamos una vivienda aislada en Selva, que destaca por ser confortable y respetuosa con el medio ambiente. Sus propietarios la han construido para poder venir a vivir a Mallorca y hacer un cambio de rumbo en sus vidas. Está situada al fondo de la parcela desde donde se disfruta y controla los viñedos que han plantado con el objetivo de montar una empresa familiar de producción de vinos personalizados. La casa también se ubica cerca de un hermoso algarrobo bajo el cual poder disfrutar de las vistas hacia los viñedos y la Serra de Tramuntana.

Se trata de una obra del arquitecto Rafael Sala Nowotny, quien se ha centrado en idear una arquitectura más amable con las personas y con el entorno. La obra ha sido llevada a cabo, codo a codo, con Construccions Ferrys y el aparejador Joan Brunet. La vivienda está construida con cerramientos de balas de paja, que proceden de un campo cercano, y estructura de madera, originaria de bosques con sistemas de gestión sostenible. Este sistema constructivo provoca un mínimo impacto medioambiental ya que la materia prima es renovable, el consumo energético y la contaminación provocada por todo el proceso de extracción, producción y transporte es muy bajo comparado con otros sistemas constructivos. Se puede decir que este tipo de casas son almacenes de CO2, ya que la madera y la paja retienen más carbono que el emitido en todo el proceso constructivo. Rafael Sala explica que "el gran atractivo que supone la construcción con paja es utilizar un material completamente natural, producido a partir de los deshechos del cultivo de diferentes variedades de cereales que, una vez recolectados sus frutos, se empaqueta y puede ser usado directamente para construir un edificio a bajo coste, ofreciendo a cambio unas altas prestaciones y durabilidad. Las balas de paja son un material con una huella ecológica mínima, cuya producción supone un gasto muy bajo de energía, su gran capacidad aislante es idónea para conseguir casas de gran eficiencia energética y al acabar su vida útil se reciclan como abono o combustible". Otros materiales utilizados han sido los revocos de arcilla, cal, baldosas de barro cocido en un tejar que utiliza biomasa como combustible, pinturas minerales transpirables, aceites naturales para el acabado de la madera interior, entre otros.

Además del bajo impacto de la construcción, la edificación se adecua al concepto casa sana ya que se ha diseñado con materiales que no emiten sustancias nocivas para la salud de los habitantes (baja emisión de compuestos orgánicos volátiles - COV) y que además regulan la humedad y temperatura interior. De hecho, como edificio autosuficiente que es, se ha procurado cerrar los ciclos de producción-consumo para minimizar la generación de residuos y contaminación. Vamos por partes: la electricidad se produce con una instalación fotovoltaica dimensionada para evitar el uso de un grupo electrógeno, permitiendo además un nivel de confort equivalente al de cualquier casa conectada a la red. La instalación, además, se ha integrado en la cubierta del garaje reduciendo el impacto paisajístico. Por otra parte, el agua de lluvia y de los pozos de vena se almacena en dos depósitos enterrados, mientras que las aguas residuales se depuran en una fosa con filtro biológico y un tratamiento final con una zona de fitodepuración donde las cañas y otras plantas semiacuáticas acaban de depurarla. La producción de agua caliente es principalmente solar y la calefacción utiliza biomasa como combustible.

La construcción con paja tiene la ventaja de poseer un excelente aislamiento térmico que junto a la capacidad de regular la humedad ambiente tiene el resultado de ser casas energéticamente muy eficientes, sanas y confortables, consiguiendo la calificación energética A.

También se ha tenido en cuenta el diseño bioclimático: se ha estudiado muy bien la orientación de la casa y sus aberturas para conseguir una buena captación solar en invierno y sombra y ventilación en verano. Se han tenido en cuenta sistemas tradicionales (como la pérgola a sur, persianas y aleros), además de la incorporación de un invernadero en la fachada sur que sirve para dar calor a la casa y para disponer de un espacio auxiliar. Abriendo o cerrando algunas ventanas, este espacio funciona como un captador solar en invierno que recoge el calor del sol para ir cediéndolo, poco a poco y por la noche, al resto de la casa. En otras estaciones también sirve como porche. Todo este conjunto de sistemas pasivos hacen que la vivienda prácticamente no necesite calefacción y mantenga unas temperaturas muy estables y una humedad del 55% todo el año. Para épocas de mucho frío y poco sol se ha instalado una pequeña estufa de ´pellets´ en la sala cuyo consumo anual es mínimo.

Para el garaje, las terrazas y columnas del porche se ha usado ´marés´. El porche norte sirve de zona exterior para el verano y como acceso a la vivienda. El interior es muy compacto y abierto. El invernadero organiza toda la casa, alrededor del cual se sitúan la sala y un estudio permitiendo modificar el grado de privacidad de los diferentes espacios abriendo o cerrando los ventanales. La cocina, baños, lavandería y dormitorios se sitúan a norte y el dormitorio principal en la planta piso, conectado visualmente con el resto de la casa, lo cual, juntamente a las alturas generosas y la luminosidad, ofrece una gran sensación de amplitud. La forma de las cubiertas permite iluminar, ventilar y aprovechar el sol en la zona norte de la planta piso. La relación con los espacios exteriores se ha estudiado con detalle (pérgolas, terrazas, porches), así como la vegetación cercana a la casa que permiten aprovechar al máximo el exterior en cada estación del año.

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