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Medio ambiente

¿Dónde está el dinero?

El Consejo de Estado está investigando si realmente los fabricantes de electrodomésticos están destinando el dinero recaudado para el reciclado de RAEE

Punto de reciclado de la?mparas. diario de mallorca

El consumo de aparatos eléctricos y electrónicos crece al igual que su generación al final de su vida útil. Según datos de Naciones Unidas, se estima que cada año se generan unas 50 millones de toneladas de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) en todo el mundo, lo que la convierte en el tipo de basura que más rápido crece en la actualidad. Hoy en día, la producción de residuos electrónicos crece tres veces más rápido que la media de los residuos urbanos. Concretamente, el volumen de chatarra electrónica aumenta entre un 16 % y un 28 % cada cinco años. En España se calcula que el volumen de residuos electrónicos crece un 20 % cada año. Según la Universidad de Naciones Unidas y Eurostat, cada español genera 17 kilos de media al año.

Las razones que explican el crecimiento del volumen de residuos son, fundamentalmente, el aumento del consumo de tecnología y un mal tratamiento de los componentes de los aparatos cuando se dejan de usar. "Con un tratamiento adecuado, se podría reutilizar entre el 70 % y el 90 % de los residuos electrónicos que generamos", apunta Thibaud de Larauze, CEO de Back Market, el primer mercado de productos reacondicionados en España. Una de las consecuencias más graves que tiene el incremento de estos residuos es que la inmensa mayoría de los aparatos electrónicos contienen elementos tóxicos como el bromo, cadmio, fósforo o mercurio que si no se tratan adecuadamente pueden provocar grandes daños al medio ambiente y a la salud de las personas. "Gran parte de los residuos electrónicos terminan acumulándose como chatarra en vertederos donde no se tratan adecuadamente. Además, la mayoría de los aparatos electrónicos que se convierten en desechos podrían seguir utilizándose. Como usuarios deberíamos preguntarnos si realmente necesitamos comprar un teléfono móvil nuevo cuando podríamos seguir utilizando el que tenemos" señala el CEO de Back Market.

Según un informe de Naciones Unidas, casi la mitad de los países miembros de la Unión Europea no cumplen estrictamente con la regulación establecida por la Directiva WEEE, sobre reciclaje de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos. Y es que a día de hoy las sanciones que se aplican no son lo suficientemente elevadas como para disuadir las malas prácticas. "La responsabilidad en la gestión de este tipo de residuos es compartida. Por un lado, la Administración debe legislar para controlar el volumen de residuos que se generan y aumentar las medidas de control. Por otro, los consumidores deben concienciarse de los graves problemas que supone este aumento de la basura electrónica, tanto para nuestro entorno como para nuestra salud", concluye de Larauze.

Los actores

Desde el año 2005, y de eso hace ya más de 10 años, todos pagamos por el reciclaje de los aparatos eléctricos y electrónicos. Sin embargo, este coste adicional no aparece desglosado en la factura del electrodoméstico, a diferencia de lo que sucede cuando cambiamos los neumáticos donde queda patente que pagamos un concepto para su reciclado posterior. Este hecho favorece que la población desconozca que ya ha pagado por el reciclado de un equipo que se convierte en residuo al final de su vida útil. Una tasa nada despreciable de 18 euros, por ejemplo, en la compra de un frigorífico.

Esta tasa, cobrada por los fabricantes, es la que debería financiar el reciclado de todos los RAEE sin excepción. Un reciclado que se consigue a través de los denominados sistemas integrados de gestión que se encargan de organizar el transporte y tratamiento de todos estos residuos a través de las aportaciones económicas de los fabricantes. Sin embargo, numerosos estudios e informes, entre ellos el del Consejo de Estado en febrero de 2015, deja claro que el actual sistema no pretende redundar en un incremento del reciclado de estos residuos: "Esta cantidad recaudada por los productores en el precio de todos los productos que ponen en el mercado no se ha destinado a financiar la gestión de los residuos (entre otras cosas porque se recoge muy poco residuo) y se ha convertido en un margen fijo de beneficio adicional para el productor", apunta el informe publicado hace algo más un año y medio.

Así, anualmente según apunta el Consejo de Estado, el fraude puede tener dimensiones mayúsculas "se está investigando si pudiera inferirse algún tipo de fraude económico [ya que], según algunas fuentes los productores podrían haber estado ingresando unos 300 millones de España anualmente y destinando a la gestión de los residuos, según las memorias de los sistemas colectivos, unos 65 millones. El destino del resto del dinero es desconocido, puede que se encuentre en inversiones bancarias (fondos de inversión) o destinados a los beneficios netos de los productores o dedicados a futuribles gestiones de residuos, mezclando aspectos relacionados con información, financiación y garantías financieras. Adicionalmente, se añade, solo se ha aplicado en algunas categorías de aparatos", añaden.

En el caso español los fabricantes se dedican indirectamente del reciclado de los RAEE mediante los sistemas integrados de gestión (SIG). Sobre el papel su función es clara: después que el ciudadano compre el electrodoméstico (y con él su reciclado), el dinero del fabricante debe transferirse al SIG para que articule el transporte y organice el reciclado del residuo. "El problema viene cuando el fabricante no transfiere la totalidad del dinero recaudado. Es decir, los SIG tienen un menor presupuesto para gestionar los RAEE. No es sostenible", apunta una fuente del sector. Una situación de la que ni fabricantes ni SIG hablan. "Y nadie se va a quejar más allá de una pataleta espontánea. Los SIG son presa de los fabricantes. Y las consecuencias de todo este desaguisado la pagamos los consumidores que ya hemos abonado la gestión de un residuo", abunda.

La situación actual muestra que el sistema no funciona y que debe dar un giro de 180 grados para salir de la inoperancia y el fraude actual. Y mirar al exterior siempre ayuda. En otros países de Europa, en lugar de que sea el mismo fabricante a través de los SIG que se encarga del reciclado, es el Estado que asume esta función. Así, periódicamente los fabricantes pagan un dinero en proporción a los aparatos eléctricos y electrónicos vendidos y es el Estado que se encarga del reciclado. "Y con esta simple medida y con el obvio control de las unidades vendidas, problema solucionado", explican fuentes del sector.

Un ejemplo de SIG

Pese a un sistema que hace aguas de por todas partes, los sistemas integrados de gestión de RAEE no dejan de vanagloriarse de los magníficos datos de reciclado. Ello a pesar que solo en Balears hay autorizados nueve SIG: Ambilamp, Ecoasimelec, Ecofimática, Ecolec, Ecolum, Eco-RAEE´s, Ecotic, ERP y Tragamóvil. Muchos si tenemos en cuenta que para el resto de residuos el total de SIG autorizados son diez y que en España solamente se reciclan el 20 % de RAEE.

La plataforma Recyclia es una de ellas y aglutina las fundaciones Ecopilas, Ecofimática, Ecoasimelec y Tragamóvil. "Recyclia ha batido su récord de recogida de residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE) en 2015, al retirar más de 20.049 toneladas. Esta cifra supone un crecimiento del 47 % respecto a las 13.618 toneladas recicladas en 2014, y permite a Recyclia superar su récord histórico de 18.813 toneladas de residuos gestionadas en 2009, antes de la crisis económica". Recyclia desplegó 5.053 nuevos en 2015, hasta alcanzar los 46.551, convirtiéndose en la plataforma con la red más extensa de nuestro país. De este total, 32.769 corresponden a recopiladores para pilas (+23% en 2015) y 13.782 a contenedores para aparatos electrónicos (+8%). Por otro lado, Recyclia ha conseguido elevar hasta el 91,4 % el índice medio de reciclado y recuperación de materiales contenidos en los RAEE. En 2014, este índice se situaba casi siete puntos por debajo (84,5 %).

"Estos resultados muestran la creciente responsabilidad ambiental de los ciudadanos y una mayor cultura del reciclaje. Igualmente, también ha contribuido la optimización y eficacia de los medios que hemos puesto a disposición de ciudadanos, empresas y administraciones, para acercar y facilitar el reciclaje de todo tipo de residuos", explica José Pérez, consejero delegado de Recyclia

Fundaciones y asociaciones

Cada sector tiene su jerga. Y en el mundo de los SIG existen palabras que se repiten casi miméticamente entre una organización y otra, trate el residuo que trate: sin ánimos de lucro, sin coste para el ciudadano, asociación, fundación, son habituales. También en AMBILAMP, Asociación para el Reciclaje de la Iluminación, que durante el año pasado recogió para su reciclaje 2.610 toneladas de residuos de lámparas y 1.024 toneladas de residuos de luminarias. Estos datos suponen un incremento del 8 % (residuos de lámparas) y del 68,5 % (residuos de luminarias) con respecto a las cifras obtenidas el año 2014. En los 10 años de actividad de AMBILAMP, la Asociación ha registrado un acumulado de 18.397 toneladas de residuos de lámparas recogidas para su reciclaje. Asimismo, desde 2012, año en el que AMBILAMP comenzó a recoger residuos de luminarias, ya ha contabilizado 1.936 toneladas recicladas.

A lo largo de 2015, AMBILAMP superó la cifra de los 26 millones de unidades de lámparas (bombillas de bajo consumo, fluorescentes y LEDs retrofit) que recogió para su reciclaje. En total, y desde 2005, AMBILAMP ha gestionado la recogida y reciclaje de cerca de 145 millones de lámparas.

Por comunidades autónomas, Cataluña, con 574 toneladas, es la región donde más volumen de residuos de lámparas se han recogido para reciclar, seguidas de Madrid (427) y Andalucía (320). En el extremo opuesto del ranking se encuentran las Ciudades Autónomas de Melilla (2 toneladas) y Ceuta (3 toneladas) y La Rioja (22 toneladas). Las Comunidades Autónomas que mayor crecimiento han registrado en 2015 con respecto al ejercicio anterior han sido Murcia (+27%), Canarias (+25%) y Ceuta (+20%). En el caso de Balears se recogieron 57 toneladas en 2015. En palabras de David Horcajada, director de marketing de AMBILAMP "las diferencias entre comunidades autónomas siguen existiendo, aunque cada vez aumentamos más las recogidas en todas las regiones. Este año, esperamos suavizar las diferencias y conseguir un aumento significativo en aquellas zonas en las que menos se recoge. Para ello vamos a llevar a cabo durante este año un esfuerzo en la ampliación de nuestra red de recogida". A finales de 2015, AMBILAMP contaba ya con 33.300 contenedores de residuos de lámparas y luminarias distribuidos por todo el país, de los cuales más de 2.000 son nuevos puntos de recogida.

La situación actual muestra que aunque el sistema no funcione, ni tenga visos de funcionar en las próximas décadas, a pocos importa, lo que permite seguir atesorando pingües beneficios al no destinar al reciclado el dinero recaudado.

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