Y por fin El Vaticano
se ha dejado de pamplinas
y pasaporta a Valencia
al Angelito Salinas,
que asegura bien tranquilo
que no estaba enamorado
y que ni tan solo estaba
por el Demonio tentado.
Aunque luego convengamos
que hay algo de extraordinario
en ver a Javier y a Sonia
cuando rezan el rosario
en su grupo de oración,
en ese grupo de dos,
obispo y su secretaria:
Angelito, Cuqui y Dios.
Qué sensación da
que te quieran atrapar.
¡Es horrible!