-¿Qué tal don José María?
-Evaluando.
-Siempre tan serio...
-No lo crea. Es una pose. En realidad casi nunca estoy pensando en nada serio... Ni en nada, en general.
-¿En nada en absoluto?
-Bueno no, en nada no. En mí sí que pienso. Soy tan grande.
-Lo tiene usted claro...
-Mire usted, cuando yo era un niño era el más bajito de la clase, nadie me elegía en el equipo de fútbol, todos se pensaban que eran mejores que yo. Ahora están todos arrepentidos. Y los que no están arrepentidos son despreciables y se han metido a periodistas o han medrado en alguna ONG.
-Yo quería preguntarle por la situación política actual, por cuál es su opinión...
-Mi opinión es la de cualquier persona de bien.
-¿Y las opiniones diferentes?
-Evidentemente, las opiniones diferentes son las de cualquier persona de mal.
-¿Cree usted que debería gobernar Mariano Rajoy?
-Ni harto de vino.
-¿Por qué esa inquina a Mariano Rajoy?
-Ha llegado a creer que es más alto que yo.
-Es que es más alto que usted...
-Pudiera ser. Lo malo es que él se lo ha creído.
-¿Qué hubiera pasado de haber sido usted el candidato de su partido?
-¡Qué pregunta! Yo ya estaría gobernando desde hace ocho meses.
-¿Y cómo?
-Bajándome los pantalones, como hice con Pujol.
-Pero eso es contrario a lo que su partido propugna...
-¿Ya no se acuerda usted de mi Movimiento Vasco de Liberación? Mariano también le cambia el nombre a las cosas, pero lo hace sin sacar rendimiento alguno.
-¿Permitiría usted un referéndum en Cataluña?
-No habría hecho falta. A esos les nombras un par de ministros, les sueltas cuatro euros y se quedan tan contentos. No habrían dicho ni pío. Los de ERC seguirían siendo unos bichos raros.
-¿Y qué me dice de Podemos?
-A esos hay que detenerlos, separarlos y encerrarlos...
-Es usted muy drástico.
-No lo crea, no pediría la reinstauración de la pena de muerte.
-¿Cree usted que habrá terceras elecciones?
-Lo que dudo es que haya unas cuartas elecciones.
-¿Y cuándo acabaremos?
-Cuando los españoles voten correctamente.
