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La casa

Con un guiño japonés

Una vivienda unifamiliar, proyecto de Miquel Florit Pastor, ubicada en Alcúdia y que apuesta por detalles arquitectónicos del país del sol naciente

El arquitecto Miguel Florit Pastor se ha inspirado en detalles orientales para hacer realidad esta vivienda unifamiliar de Alcúdia. Concretamente, ha apostado por detalles arquitectónicos japoneses para aportar identidad a esta casa ubicada en la colina de Bonaire.

La edificación se ubica en un solar muy estrecho, en el que Florit trabajó con la idea de que la casa evocara una especie de templete japonés adosado a una muralla, siempre cumpliendo con la normativa urbanística de la zona, que obliga a construir las cubiertas inclinadas de teja, manteniendo la línea tradicional mallorquina de volúmenes y acabados.

El resultado es una casa que se configura en dos volúmenes adosados y contrapuestos en forma y uso. En el primero encontramos dos ´cajas´ cerradas con aperturas pequeñas, divididas en dos plantas, donde su ubican las habitaciones, la cocina, los aseos y los cuartos de baño, unas estancias que se unen a través de un puente y que, a la vez, están separadas por una entrada de doble altura. Este volumen se ubica en la zona norte, separando los accesos peatonales y de vehículos de la zona orientada al sur.

El segundo volumen se encuentra anexo al primero y situado en la zona sur. Está inspirado en los templos japoneses, y consta de una gran cubierta de vigas de madera que da cobijo a un placentero salón y comedor abierto a la naturaleza y a la luz, gracias a unas grandes cristaleras correderas que sirven de escaparate del exterior. En los interiores se han utilizado materiales naturales como la madera, el estuco y la piedra, que se combinan con otros industriales como el acero corten, el aluminio y el vidrio, creando un diálogo entre la tradición y la modernidad.

En los exteriores encontramos la piscina, colocada en un lateral del estrecho solar y relacionada con la cocina. Se inspira en el ´safareig´ mallorquín, pero con un lenguaje moderno. Al estar orientada a la Serra de Tramuntana, Florit la ha dotado de un rebosadero tipo ´infinity´ que permite nadar y disfrutar de las vistas. Además, la piscina está forrada de gresite negro que le da una sensación de profundidad y misterio (el mismo que tienen los ´safareigs´) y, a la vez, se integra en el paisaje, ya que con este fondo se reflejan los pinos de la colina.

Volviendo a los elementos orientales, el arquitecto ha apostado por el sistema tradicional para recoger el agua en casas y templos japoneses. Hablamos de las cadenas de lluvia, un sistema funcional y decorativo con el que se recogen las aguas pluviales de las cubiertas inclinadas. El sistema sustituye las bajantes típicas en occidente para convertir la recogida de agua en un espectáculo visual y sonoro.

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