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Memorias de la cocina

De cazado a cazador y protector del medio

De cazado a cazador y protector del medio

En un principio, alimentado sólo con raíces, tallos vegetales y frutos, el hombre era presa fácil de los depredadores. Con el descubrimiento del fuego, y el paso de nómada a sedentario, se convirtió en agricultor y ganadero, pasando de cazado a cazador.

Con el desarrollo de las culturas del Medio Oriente la caza cobró un carácter social y deportivo, mejorando con nuevas técnicas -se pasó de la piedra y el hueso al metal-, hasta el punto que hizo temer por la posible extinción de algunas especies.

Las técnicas avanzaron: batidas en grupo, redes, arco, etc. hasta la llegada de la ballesta. De Oriente llegó la cetrería, utilizada por la nobleza, así como grupos de grandes lebreles. A partir del siglo XVI apareció la pólvora aplicada a la caza, aunque la ballesta continuó vigente por ser precisa y silenciosa.

Con el inicio de la deforestación y el uso generalizado de la pólvora, se dictaron las primeras normas proteccionistas. El uso de escopetas y rifles y de perros amaestrados, obligó a la regulación y a la creación de órganos que protegieran las especies y representaran al cazador.

Después de la Revolución francesa la caza dejó de ser exclusiva de la nobleza y las clases humildes accedieron a ella, aunque des de siempre, a su manera un tanto furtiva, ya lo habían hecho. Hoy, el cazador es el mejor protector de las especies y del medio donde se desarrollan.

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