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Diez buenas razones para conocer lo mejor de Eslovaquia (II)

Vista de una calle de Kosice.

Eslovaquia preside por primera vez la ahora un tanto convulsa Unión Europea desde el 1 de julio de 2016. Este país, uno de los más pequeños de Europa, esconde sin embargo numerosos secretos que bien justifican una visita. Hay mucho que descubrir en esta parte de la antigua Checoslovaquia, pero aquí otros buenos motivos más para visitarlo.

04.- Gozar del ambiente cultural de Kosice

La segunda ciudad más grande de Eslovaquia, situada en el centro de la parte oriental del país tiene su toque único. Su principal monumento en pintoresco centro de la ciudad es la catedral de St. Elisabeth, que se remonta a principios del siglo XV, es la catedral gótica más oriental de Europa y la iglesia más grande de Eslovaquia, con una capacidad de más de 5.000 personas. El interior está formado por cinco naves y resulta verdaderamente impresionante. Se recomienda visitar el altar mayor, compuesto por unos cincuenta paneles pintados y dorados. Su decoración suntuosa lo convierte en una pieza única en Europa. Kosice fue Capital Europea de la Cultura el año 2013 y, además de los eventos que tuvieron lugar entonces, hay una actividad cultural durante todo el año. Hay que pasear por la calle mayor, que conserva preciosas casas de los siglos XVIII y XIX. Este itinerario permite descubrir al mismo tiempo el teatro de estilo neobarroco, la casa del Distrito que acoge una galería de arte y el antiguo ayuntamiento, cuyos techos están decorados con frescos del siglo XVIII.

05.- Buscar oro y plata en Banská Stiavnica

Esta histórica ciudad minera se hizo famosa en los siglos XVI y XVII por la extracción de oro y plata, y ya en el año 1764, acogió la primera Escuela de Minas en Europa y se estableció la Escuela Técnica más antigua del mundo. Todavía hoy se puede alquilar un traje especial y visitar socavones donde se extraen oro y plata. Una mina al aire libre se ha convertido en museo ofreciendo una visita de dos kilómetros por las galerías del siglo XVII. Otra vieja mina, Glanzenberg, es la más antigua atrayendo numerosos visitantes ilustres como Francisco I, José II, y Leopoldo II. El centro histórica han sido declarados Patrimonio de la Humanidad. La ciudad está rodeada de lagos artificiales denominados tajchy. Sesenta embalses fueron construidos entre el siglo XV y el XVIII para proveer de energía a las bombas hidráulicas de la industria minera. Estos embalses fueron conectados por más de 100 kilómetros de canales.

06.- Echar un vistazo a la era soviética en Presov

El viaje al pasado continúa con la llegada a Presov. Esta ciudad, de 100.000 habitantes, creció durante la época comunista gracias a la industria. Su pequeño centro de calles empedradas está muy cuidado y merece un paseo, pero lo que vale la pena es palpar ese aire que resta de la era soviética con los cables de las líneas de tranvía y los edificios de pisos de ladrillo y cemento. Los monumentos se concentran en su núcleo histórico que se extiende alrededor de la calle Hlavná ulica, que se ensancha en la plaza en forma de huso. Un incendio destruyó buena parte de las bellas cassas de esta calle en 1887. Su punto dominante es la iglesia parroquial de San Nicolás desde la mitad del siglo XIV, con una alta torre reconstruida en estilo gótico.

07. Rebozarse en barros medicinales en Piestany, paraíso termal

Con poco más de 30.000 habitantes y a orillas del río Vah, se encuentra la ciudad balneario más importante de Eslovaquia, Piestany. Famosa por sus fuentes termales y sus barros medicinales, esta ciudad es conocida desde antaño por las propiedades curativas de sus aguas. Los editores de Lonely Planet incliuyeron este lugar entre los 20 mejores balnearios en Europa. No hay que olvidar que el genial compositor Beethoven pasó por Piestany para probar sus efectos allá por el año 1801. A finales del siglo XIX y gracias al buen hacer del empresario Alexander Winter, Piestany se convirtió en una ciudad-balneario de fama internacional muy visitada por toda la aristocracia mundial. Hoy en día los lugares más recomendables de Piestany son el Hotel Thermia Palace, un establecimiento de cinco estrellas en un edificio de principios del siglo XX.

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