Las bodegas de Mallorca y sus viñas ya empiezan a convertirse en peregrinación obligada para los enoturistas. Una actividad complementaria beneficiosa para el sector enológico español, que empieza a tener en la isla sus clientes, especialmente grupos del norte de Europa, siguiendo los pasos de otras zonas vinícolas españolas. Una de las bodegas con gancho para los enoturistas es Cellers de Tramuntana, situado en la frontera de Pollença con Alcúdia, frente al mar, con un paisaje muy particular. Uno de sus vinos más recientes es el tinto Ca´n Xanet 2012. Se elaboró con un 50% de merlot, combinándose con cantidades menores de syra, callet, manto negro y gorgollassa. Su crianza fue de un año, en barricas de roble francés, reposando en botella otro año. Presenta un tono rojo muy cubierto. Desprende aromas a cigarro habano, con notas a de frutales mallorquines. Su paso por el paladar atrae, con toques golosos.
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La cata