Nada igual en este mundo
a que vayan y te voten
y tú después te aproveches
del chollo sin que lo noten.
El orgullo de tus padres,
el orgullo de tu tía,
orgullo de regidores,
también de la policía,
que solícita obedece
a todo cuanto le ordenes,
y de recompensa hay copas
y ocio para los penes.
Claro que no es un delito
hablar con un delincuente;
solamente queda feo,
pero tú sigues presente.
Qué sensación da
que te quieran atrapar.
¡Es horrible!